F E T I S H

C A P I T U L O 4 3

Por el momento vivíamos todos juntos, incluyendo a Rei y Nyoko, hasta que fuera seguro para todas, ellas volverían a mi casa y nosotros encontraríamos la forma de llevarnos bien y tratar de coexistir cómo matrimonio.

Y de todas yo soy la única que no puede salir de casa, tuve que falsificar un certificado médico para ausentarme unas semanas al trabajo, porque ni eso tenía permitido hacer.

Para celebrar nuestro matrimonio quería darles una sorpresa, conseguí siete argollas para ellos y una para mi, serían cómo nuestro anillos nupciales, pero al tener a mis esposos cómo guardias personales Nyo y Reiko fueron a recogerlas apenas estuvieran listas y mientras las esperába me puse a jugar cartas con Sanzu, Koko, Ran, Kaku y Hanma.

Sé muy bien cómo se juega al pokar, pero fingí que no para que Haru me ayudara y restregarles en la cara que una "principiante" les ganó, debo entretenerme de una u otra forma.

Cada vez que alguien ganaba el resto se tenía que quitar una prenda, ya había desnudado por completo a Ran y lo único que le quedaba por perder eran sus aretes, Koko estaba en ropa interior, Kakucho tenía toda la parte baja puesta, a Hanma solo había logrado quitarle los zapatos y la corbata, para que no sospecharan de mi, perdí un par de veces quitándome el pantalón y mis zapatos. El único complementamente vestido era Akashi porque me estaba ayudando a jugar y no podía participar.

Estaba sentada sobre Sanzu con mis cartas frente a nosotros y lista para desnudar a Koko, después de él mi próxima víctima será Shuji.

-¿Pongo esta Haru?- señalé mi par de cartas ganadoras.

-Claro reina tienes todas las de ganar- me susurró al oído para que solo yo pudiera escucharlo y que el resto no intentara hacerme trampa.

Puse mi par de cartas sobre la mesa sabiendo que yo tengo la mejor mano de todos.

-Creo que volví a ganar, Hanma quítate el saco- aventó sus cartas sobre la mesa y se quitó el saco dejándolo caer a sus pies, pocas veces me mira con enojo y hoy lo logré por ganarle en su propio juego.

-¿Cómo lo haces linda?- Incluso Kakucho ya comenzaba a sospechar de mis múltiples victorias -Eres muy buena.

-Aprendo rápido Kaku y tengo al mejor maestro- giré mi rostro para besar a Sanzu.

-Naoko cuenta las cartas- la traidora de mi hermana acababa de llegar con mis regalos y siendo escoltadas por Mikey y Rindou.

-No es cierto, Nyoko es una mentirosa- me excusé y puse a la defensiva, que haga trampa no significa que quiero que todo el mundo se entere.

-Eres una tramposa de mierda Naoko- Koko se paró de su silla y me confrontó.

-Y tú un mal perdedor Hajime, yo no cuento cartas, solo hago estadística... es todo- yo también me levanté de Haruchiyo, lista para ir a los golpes de ser necesario.

-Tienes suerte de ser mi esposa sino tu trasero estuviera en peligro- hasta Ran se había molestado despues de todo fue al que hice perder primero - Si hicieras eso en los casinos de Bonten estarías muerta.

-Su trasero es peligroso y más con esa tanga de encaje- Rin se había acercado a mi jalando el resorte de mis bragas y soltándolo para que me golpeara la piel -Yo te dejaría hacer trampa si estuvieras en tanga todos lo días- Ni en sus mejores sueños, es la cosa más incomoda solo me la puse porque era lo único que Mikey me compró.

-Rin, mi amor eso no va a pasar- sentí una nalgada que resonó por toda la habitación mezclándose con mi chillido de dolor, el culpable Manjiro.

-Perdón es que no me pude resistir - sigue siendo el mismo adolescente impulsivo del que me enamoré.

Ignoré su muy extraña forma de demostrarme amor y les pedí las bolsas a Nyo y Rei, puse cada cajita con los anillos sobre la mesa y los abrí para dárselos a sus dueños, había hecho que les grabaran los kanjis de mis esposos en individual y al lado del de ellos el mío, pero en mi anillo estaba el símbolo de Bonten, es muy pequeño para que le pongan los nombres de todos mis maridos. Lo que más me gustaban de las argollas es que las escogí con una pequeña piedra con el color que los representaba.

-¿Les gustaron?- tengo que preguntar para estar del todo segura

-Nos encantaron gatita- Ran fue a agradecerme con un beso olvidanse por completo que cada centimetro de su piel estaba al descubierto.

-¡Oh por Dios! Ran tapate- Nyoko le gritó a mi esposo cubriéndose el rostro con sus manos.

Si algo disfruta él es ser el centro de atención, además de que está muy cómodo con su cuerpo, pero aveces se le olvida que hay más personas ajenas a nuestro estilo de vida y no le importa que lo vean desnudo.

-Ya le veo el encanto- Rei le dio el visto bueno a la gran dotación de uno de mis maridos y eso que no ha visto a los demás.

-Mi amor ponte los pantalones.

Todos nos pusimos nuestras prendas en su lugar, estaban tan encantados con esa pequeña muestra de afecto de mi parte que dejaron el asunto de las cartas de lado.

Además dijeron que así mi molesto compañero de trabajo no se me insinuaria al verme la argolla en el dedo.

Es increíble lo celosos que son con las personas a mi alrededor y lo permisivos que son entre ellos, aunque al que más trabajo le cuesta es a Hanma.

Si tengo sexo con alguno y de casualidad escucha tengo una tercera ronda con él porque dice que hago preferencias entre mis esposos y él, reprochandome que no me es suficiente y que tengo favoritos.

Por eso me comporto un poco más permisiva con él, dejándolo hacer cosas que al resto no o durmiendo en su cama.

Aún seguimos adaptándonos al nuevo ambiente porque no es lo mismo ser su novia a que su esposa.

Tienen una suerte de que no sea celosa porque ya les hubiera hecho una escena cada vez que les llegan mensajes de mujeres muy coloridos sobre todo lo que quieren que ellos les hagan, pero lo que no saben es que en cuanto les llegan esos mensajes se los enseñan a su esposa para burlarse de ellas y después bloquearlas.

Y los únicos que han aceptado los tríos son Hanma y Sanzu, y los Haitani solo cuando están muy borrachos, aún sigo trabajando por que el resto también quieran.

✨️REIKO✨️

No puedo esperar a irme de aquí, quiero regresar a mi casa y no tener que ver a Naoko completamente enamorada de siete idiotas y no de mi.

Hay veces que me enojo de que mis sentimientos no sean correspondidos, de que si ellos se quejan de cualquier cosa Naoko quiera aboserver ese dolor y hacerlo propio para que ellos no sufran, pero tampoco puedo culparla porque se le ve feliz y al menos sus esposos parece que la aman.

Pero lo peor es cuando va a pasar un rato a la habitación de Rindou o Kokonoi, porque es cuando escucho todo y me refiero a cada sonido, agradezco y a la vez maldigo que mi cuarto esté entre el de ellos dos.

No puedo evitar imaginarme que estoy con ella cómo en aquellas ocaciones donde venía a buscarme por aburrimiento, yo aceptaba porque solo así podía tenerla conmigo.

Si tuviera que soportar a esos siete descerebrados por estar con Naoko sin duda lo haría.

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Ya no sé que hacer con Reiko así que dejó que decidan ustedes.