C A P I T U L O 1 5

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Corría tan rápido cómo podía, los pies me dolían, el aire me faltaba pero necesitaba llegar cuanto antes.

Cuando salí de la universidad me enteré que Emma había tenido un accidente y que Mikey estaba ahí cuando sucedió.

Temía por la salud de ambos, que Emma no me agrade tampoco significa que quiera que algo malo le pase.

Ya estaba a unas cuadras del hospital y atravesé el estacionamiento, reconocí la motocicleta de mi novio y seguí hasta el área de espera.

Busqué a mi rubio por todo el lugar hasta que por fin lo vi.

Mikey estaba sentado en uno de los asientos del fondo y miraba al suelo, Draken estaba a su lado y tenía la misma expresión que Manjiro.

Desolación, frustración y enojo era lo que podía ver en ellos dos.

Takemichi también estaba ahí, pero su cara era totalmente distinta a los capitanes de la pandilla.

Terror y desesperanza, es lo que tenía él.

-¿Mikey?- su mirada estaba perdida y tenía la cara roja.

Él se levantó y fue a mi, abrazándome y escondiendo su cara en mi cuello, podía escuchar sus sollozos y cómo sus lágrimas mojaban mi piel.

No hubo necesidad de preguntar que era lo que pasó, su llanto me lo decía todo, no puedo imaginar cómo se siente.

-Mi amor, cuando lo siento.

No sabía que más decir, solo dejé que Mikey llorara hasta que le fuera suficiente.

Estuvimos ahí por horas, esperando a que el cuerpo de Emma fuera entregado a su familia.

Después del hospital nos fuimos para su casa, él se arrastró hasta su cama y se tumbo boca arriba y miraba a un punto fijo en el techo.

Soy pésima tratando de animar a las demás personas, quiero ayudar a Manjiro, quitarle todo su dolor y hacerlo mío para que él no sufra, pero soy consciente que eso no se puede hacer y solo me toca a esperar que su sufrimiento se disipe y darle mi apoyo incondicional.

-Naoko- Mikey estiró su mano y yo se la agarré.

-¿Si?- sus ojos estaban tristes pero ya no había más lagrimas -¿Quieres que te traiga algo de comer?

-Tenemos que terminar- mientras dijo eso formaba círculos con su dedo pulgar en mi mano y no me soltaba.

-No- le dije tajante -No pienso dejarte.

-Todo lo que amo siempre muere, no podría soportar perderte a ti también.

-Mikey, te amo... y por esa razón me quedaré a tu lado, no importa que...- le di un beso en su nariz y me acosté sobre su pecho - Tendrías que matarme para que me alejara de ti.

-Dime otra vez que me amas.

-Te amo Sano Manjiro.

Esa noche me quedé a dormir con Mikey, Suki me dio permiso para cuidar de él, era incapaz de preguntarle cómo falleció Emma, estaba devastado y no quería que reviviera ese trauma otra vez.

Al día siguiente era el funeral de su hermana y Nyoko había venido a traerme un cambio de ropa negra y a ayudar en cualquier cosa que se pudiera ofrecer.

Tuve que ayudar a Mikey a vestirse y arreglarse el cabello, también lo obligué a comer un poco y salimos a la estancia con todas las personas que venían a ver a la familia Sano.

Manjiro me mantuvo todo el tiempo a su lado, con nuestras manos entrelazadas y escuchando un sin fin de pésames.

Poco después él y su abuelo se sentaron frente a todos y era más de lo mismo, diciéndoles las mismas palabras vacías de siempre y que no le van a regresar a su hermana.

Por casualidad mientras acomodaba unas cosas en el cuarto de Mikey encontré el informe forense de la muerte de Emma, al parecer fue una contusión lo que la mató, Mikey estaba ahí y la llevó al hospital, pero cuando llegaron ya había fallecido.

Para la noche ya solo quedaba mi familia y la de él, Suki estaba hablando con el abuelo de Mikey y mi novio y yo estábamos recostados en el sofá, mientras Nyo nos preparaba la cena.

Nunca lo había visto así, siempre es una bomba de energía y todo el tiempo esta demandando la atención de las personas a su alrededor.

-¿Cariño, quieres algo?

-Estoy bien... Nao ¿Te puedo preguntar algo- su mano estaba debajo de mi blusa y acariciaba mi abdomen con la llema de sus dedos.

-Sabes que si Manjiro.

-Un amigo necesita que lo ayude con un asunto de pandillas ¿Tú qué harías en mi lugar?

-No sé si lo has notado, pero no tengo muchos amigos... pero si tú, Nyoko o cualquier de ustedes me pidieran de mi ayuda, no duraría en hacer lo que me pidiesen.

Mikey se quedó callado por unos largos minutos meditando mi respuesta hasta que se decidió a hablar.

-Necesito que me cubras por un par de horas, ven vamos.

Me jaló de la mano y me llevó a su cuarto, cerró la puerta en cuanto entramos y de su armario sacó su uniforme de la pandilla, se lo puso y yo le ayudé a ponerle el típico lazo que lo diferenciaba cómo el capitán de la Tokyo Manji.

-Te los traeré de vuelta Naoko.

-¿A quienes Manijro?- lo abracé por atrás recargando mi cabeza en su espalda y pasandole mis manos por el abdomen.

-A Sanzu y Koko... te prometo que los tres te haremos muy feliz.

-Ya lo hacen Mikey- me dio la vuelta para ponerse frente a mi y me acunó la cara en sus manos.

-Será la última pelea, después de esto no tendrás que preocuparte por nosotros.

-¿Lo prometes?

-Por el amor que te tengo lo prometo dulzura.

Nos besamos, cómo cada una de las veces que lo hacíamos, pero esta vez Mikey sellava su promesa con este beso.

Regresé al interior de la casa y dije que Mikey se sentía muy cansado y que quería dormir solo, pero para seguir con la mentira yo me quedé en una silla que estaba frente a la ventana que daba a la habitación de Manjiro.

Cuidando de que nadie se acercara a molestarlo, ya para la media noche Nyoko y Suki se quedaron en una de las habitaciones vacías y yo me "Fui a dormir" con mi novio.

Pero casi inmediatamente después de que entré al cuarto recibí una llamada de Kaku, después de esta absurda pelea de Mikey le voy a decir sobre el cuarto y así poder salir con Hitto sin necesidad de esconderme de los otros tres.

-¿Kaku?

-Nao... necesitamos terminar.

Me lo dijo sin titubeos, de fondo solo lograba captar voces masculinas murmurando y otros riendo se forma histérica.

-¿Qué?- fue lo único que logró salir de mis labios, pude haber agregado algo más, pero es la primera vez que terminan conmigo, porque antes de ellos no había tenido novios y que te boten cuando crees que todo va de maravilla no es un sentimiento agradable.

-Fue bueno mientras duró y me divertí mucho contigo, pero no creo poder seguir con nuestra relación.

-Kakucho, yo...

Pero la llamada terminó, del otro lado se escuchó un interminable beep, no eramos la pareja perfecta pero tampoco un desastre.

Me puse a llorar, cómo una niña pequeña que le acaban de quitar su juguete favorito y para colmo no sé nada de Sanzu y Koko desde hace días, estoy tan preocupada por todos ellos.

Sólo me queda esperar en que Mikey logre solucionar todo, después de todo los cuatro somos un equipo.

F E T I S HDonde viven las historias. Descúbrelo ahora