C I N C U E N T A Y C I N C O
s e b a s t i a n s t a n .
ojos café.
Las gotas de lluvia descienden una tras otras sobre los cristales, invisibilizando un poco más cada segundo que transcurre, mis ojos sintiéndose pesados, intentado cerrarse por si solos con dolor.
Respiro.
El golpeteo en el cristal cada vez más continuo taladra en mi cabeza, se escuchan pisadas, gritos, sirenas y lluvia, esta ultima con más claridad, intento concentrarme en ella, recordando sus momentos, su olor, su sabor.
- ¿Podemos entrar? -escucho su risa contagiosa- Vamos, nos vamos a enfermar aquí.
Sonrío recordando; su sonrisa, aquellos ojos eléctricos y sus manos, en como se aferraban a mi cintura, en como nos hacia girar bajo la lluvia, aquella risa vivaz, aquella voz profunda.
- Te amo, ¿lo sabes, cierto? -su voz un poco entrecortada por la línea telefónica- Por favor, necesito que vuelvas a casa.
Una lagrima desciende rápidamente, quemando cada pedazo de piel que recorre, ardiendo; los gritos se hacen cada vez más lejanos, las pisadas, el ruido de la avenida.
- Dios, solo vuelve -solloza rápidamente.
Los parpados caen rápidamente, imposibilitando mi vista nublosa, mis sentidos desvaneciéndose, aquel cuerpo mallugado y adolorido, volviéndose uno con el auto destrozado, podría escuchar su voz como despedida tranquilamente, seguramente era el momento, haber huido de aquella escena desgarradora, sus labios juntándose con los de alguien más, sus manos firmes sosteniendo otra cadera, si tan solo no hubiese llegado, no me hubiese marchado, si tan solo no hubiese tomado decisiones estúpidas en mi vida.
- Yo te sacaré de aquí -una lejana voz interrumpe- Estoy aquí, estoy aquí.
Hago un máximo esfuerzo por abrir los ojos adoloridos, el sonido del cristal principal desplomándose en pedazos me trae a la realidad.
- Dame tu mano, por favor -la voz me guía y unos ojos castaño profundo me reciben.
¿Es este el cielo?
Intento tomar su mano extendida ignorando el dolor de todo mi cuerpo, sus dedos se entrelazan a los míos y me atrae hacia su cuerpo con fuerza, el dolor punzante recorre mi cuerpo sin pudor, envolviéndome rápidamente.
Él sonríe.
- Ya te tengo -me abraza con alegría- Ya te tengo.
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ONE SHOTS / SEBASTIAN STAN.
FanfictionPorque en el momento en que te enamoras de aquel par de ojos eléctricos, tus sueños se inundan simplemente con ellos. • One Shots de Sebastian Stan •