piedra de luna.

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S E S E N T A Y T R E S

B u c k y b a r n e s .

piedra de luna.

La melodía que transmite el piano es suave y hermosa, se siente dulce, mágica, casi fuera de este mundo. Las teclas blancas y negras se balancean con armonía dando un espectáculo envolvente, y las manos que tocan el piano de cola negra impresionan al público deleitando a cada uno de los presentes, haciéndolos rogar por más.

Incapaz de apartar su mirada del centro de la sala, Barnes escanea a la interprete, notando el delicado tacto que proporciona la mujer en las teclas, en como sus labios se curvan en una sutil sonrisa y en como la respiración de la chica se balancea al compás de los acordes.

Poco a poco, los últimos acordes de la pieza van llegando, finalizando de esta manera el espectáculo que mantenía cautivo al publico allí presente. Los aplausos inundan rápidamente la sala opacando la anterior pieza presentada, siente nauseas, han arruinado la paz que estaba manteniendo.

- Es una diosa, ¿a qué sí? -el grave tono de voz del barón lo hizo volver a la realidad.

- No toca para nada mal, -le sonríe sin mostrar los dientes- debo admitir que me ha mantenido cautivo.

- Seguro que si -Helmut bebió un poco de su copa de champagne.

Si todo salía de acuerdo con el plan, en aquel lujoso lugar podrían encontrar las pruebas que necesitaban para completar la misión, sus ojos no se apartaron ni un segundo del castaño, a pesar de trabajar con él nunca confiaría tanto, estaba preparado por si al barón se le ocurría traicionarlo a él y Sam.

Zemo continuo con una sonrisa a la espera de que los invitados se alejaran un poco del centro del salón y le dieran la oportunidad de adentrarse hacía allí con la idea de alcanzar a quien podría denominar el amor de su vida; el ultimo trago de champagne dio el paso a su acercamiento, el soldado del invierno solo lo observaba con detalle a unos pasos de distancia, sin interferir.

- Permíteme aplaudirte querida -su acento se marcó aún más cuando la tuvo de frente provocando una ligera risa en la chica.

- Me sorprende verte -le sonrió con elegancia- la ultima vez que te vi te marchabas de EKO.

- Estaba planeando una venganza -le susurro acercándose a su oído- te pedí que vinieras conmigo, si mal no recuerdo.

El cabello rubio de la chica se meneo en desaprobación, él la había abandonado y dejado a su suerte en aquel grupo paramilitar con el fin de destruir a los Vengadores, y si bien no había tenido noticias de este en muchos años verlo le había cautivado, casi olvidando aquellos malos ratos.

- Alguien debía liderar el equipo, luchábamos por nuestra gente -le recordó la rubia.

- Yo debía luchar por mi familia -le recordó el castaño con amargura.

- ¿Y no por tu amante? -su ceja arqueada y la sonrisa siniestra trajo de vuelta a la realidad a Helmut, bajo aquella apariencia de ángel se encontraba la mejor guerrera que tenia aquel equipo de elite- ¿Quién es tu perro guardián, Zemo?

Los ojos de la chica habían detectado instantes atrás aquel hombre, su imponente aura lo resaltaba entre todos, no era ningún embajador o algún otro rico que se encontraba en la sala, sus ojos demostraban feracidad, como si fuese capaz de acabar con cualquiera que se atravesara ante él.

- Es el soldado del invierno, -le murmuro con indiferencia cautivando a la chica- te aconsejo que no lo mires tanto, él si muerde.

- Entonces vamos a probar aquellos dientes -la rubia dio algunos pasos hasta que el barón la tomó de la muñeca deteniéndola.

- Necesito tu ayuda Sofen -le suplicó con los ojos- tus habilidades nos serían de mucha ayuda.

- No me hagas reír, cariño -el barón soltó su agarre- ¿de repente ahora eres un héroe?

Los pasos de la chica se detuvieron una vez estuvo en frente del soldado, este la miraba desde arriba con curiosidad, Karla conectó sus ojos con aquellos eléctricos incitándolo, solo debía hablar y aquel cuerpo de músculos caería ante ella embelesado.

- Por favor, Karla -sus sentidos captaron nuevamente el acento del barón- Tenemos que salvar a la tierra, ¿no era lo que queríamos en un comienzo?

- Nosotros ayudábamos a los sokovianos, ellos eran la prioridad -lo encaró.

- Ellos también corren peligro, -la voz fuerte del barón la descolocó, él nunca le había levantado la voz- Ya no se trata solo de Sokovia o si somos buenos o malos, todos debemos ayudar.

Los ojos de la chica buscaron nuevamente aquel par de eléctricos hipnotizantes, debía verlos una vez más para tomar una decisión, sentía que se había amarrado aquel par sin haber escuchado aún su voz, la luna brillaba en ellos y podía captar como las piedras que se unían a ella actuaban como locas por aquella presencia.

- Dime que me necesitas y lo haré -ronroneó la rubia ante el soldado.

- Si es lo que se necesita para salvar el mundo, -el soldado enredó sus dedos en el mentón de la chica- me acostaría contigo si fuese necesario. -gruñó.

Ella sonrió, sus ojos eléctricos lanzaban chispas, si que sería una misión bastante movida y traviesa para ella.

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Holis, traigo shot nuevo, y también el primer capítulo de mi historia "Last First Kiss" con Pedro Pascal y Oscar Isaac, me encantaría que se pasaran por allá y me den sus opiniones. ¡Que tengan un lindo día!

-Lía.

ONE SHOTS / SEBASTIAN STAN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora