N A V I D E Ñ O |TRES|

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c a r t e r b a i z e n

sorpresa navideña.


Habían dos palabras que definían a Carter en navidades.

Cambio. Total.

Claramente al llegar las épocas decembrinas ocurría el milagro de la navidad y este se transformaba en otra persona. Y era lo mejor de la vida existencial.

Londres no se había sentido tan hermosa como aquella mañana. Al despertar el aroma a chocolate inundó mis fosas nasales, y al notar bien toda la habitación me di cuenta que está se encontraba totalmente llena de flores.
Rosas, tulipanes, girasoles, margaritas, toda clase de flor se encontraba por toda la habitación.

Camine en puntas hacia la cocina del pequeño departamento y mi mano se cernió sobre mi boca ante la sorpresa.
Un Carter cubierto de chocolate me miraba tiernamente.

-Feliz navidad, bebé. -felicitó él.

-Feliz navidad, mi vida. -camine hacia él y plante un suave y chocolatoso beso en sus labios.

Desayunamos y después de la petición de salir a correr con él me dispuse a alistarme.

El clima era agradable, y todo el recorrido me hacía sentir amada, afortunada y sumamente feliz.
Carter insistió en tomar caminos extraños y aunque quería replicar, sus besos me confundían y dejaba que siguiésemos por aquellos raros tramos.
En un punto nos detuvimos y Carter anunció que se encontraba agotado, y tomando un taxi nos machamos hasta nuestro departamento.

-Iré a ducharme -comentó- ¿quieres acompañarme?

-No, gracias -reí.

Limpie un poco la cocina y después de tomar muchísima agua me encaminé a nuestra muy florida habitación.
Carter se encontraba abrochando los últimos botones de su camisa y al verme sonrió ampliamente.

-Ven, bebé. -sus dedos se enroscaron en mi muñeca y jaloneo hacia él.

Del bolsillo trasero de sus vaqueros alcanzó su celular y después de desbloquearlo lo alcanzó hacia mi.

-Abre el gps, quiero que veas lo que recorrimos. -murmuró aún sonriendo.

Apurada hice lo que me ordenó, y al abrir la aplicación sentí las lágrimas llegar a mis ojos. Carter se arrodilló y con una enorme sonrisa pronunció.

-¿Te quieres casar conmigo? -las lágrimas a este punto ya recorrían mis mejillas y con un gritito respondí un gran si.

-Mil veces, por la eternidad te diría que si. -Carter me tomo en sus brazos y dándome vueltas reía, al bajarme sus labios se estrellaron con los míos, el beso era tierno y necesitado, con un toque de salado por mis lágrimas, pero no dejaba de ser totalmente hermoso.


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¡Ahh! Dos en un día 😂

-Lía.

ONE SHOTS / SEBASTIAN STAN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora