R E G A L O

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R E G A L O
s e b a s t i a n  s t a n .

En el momento en que observé la ventana finalizando la clase mi corazón se detuvo; la lluvia arremetía contra nuestra pequeña ciudad sin misericordia alguna, temblé asustada.

El día había estado demasiado soleado y cálido que en ningún momento por mi mente llegó a cruzar la posibilidad de una lluvia, y menos una tan fuerte como esta. Y aunque la lluvia no me molestara en lo absoluto llevar mi trabajo de grado en mis pequeños y delgaduchos brazos no era una buena combinación.

-¿Ya te vas, Danielle? -curiosee a mi amiga con esperanza.

Si ella planeaba ya marcharse a su casa sería mi oportunidad para que me diera un aventón a la mía, después de todo no vivíamos tan lejos.

-Lo siento, bebé -suspiró- ¿Recuerdas que te conté que mi horario había quedado del carajo? Pues tengo clase hasta las 19h.

Un breve flashazo de nuestra conversación telefónica surcó mi mente. Dios, aún faltaban dos horas para que ella saliera de la Universidad, no podría quedarme dos horas aquí, quería llegar a mi casa.

-Oh si, cierto. -le sonreí brevemente- Nos veremos mañana entonces.

Me despedí de ella con un par de besos en las mejillas y tomé rumbo a las escaleras, solo tenía que bajar tres pisos para llegar hasta el Hall de la universidad y tener la lluvia esperándome a unos metros.
Contaba cada escalón intentando hacer tiempo con la esperanza de que la lluvia calmara, pero sucedía inversamente a lo que pensaba.

Era ahora, la lluvia contra mi, yo contra la lluvia, mi proyecto en juego, el frío calando los huesos. Agarré tan fuerte como pude el proyecto y avance esperando lo peor, adiós proyecto, adiós diploma universitario.

-¿Te aventuraras solo así? -una voz profunda lleno mis sistemas auditivos.

-No tengo otra opción. -volque mi cuerpo hacia su voz y aquellos ojos brillosos me recibieron, tan electrocutantes como siempre.

-Tengo un paraguas. -su sonrisa cálida señaló el aparato azul.

Sebastian Stan.
Veinte años.
Estudiante de artes escénicas.
Ojos profundos que podrían ser tu perdición, y no hablar del resto de su cuerpo, era un adonis, un adonis con la reputación más maltratada que podría existir.

-¿Y bien? ¿Te apuntas? -me observó detalladamente- ¿O prefieres lanzarte al agua y quedarte otro año en la universidad?

-No pensé que supieras sobre que podría ser esto. -señalé los planos en mis manos con la mirada.

-Joah también estudia arquitectura, [T/N] -rió hasta ponerse a mi par- Caminemos entonces.

Los pasos de Sebastian eran largos y precisos, mis piernas cortas batallaban por seguirle el paso, mientras mis brazos se aferraban a mis planos audazmente.
Estábamos tan cerca que podia componer una melodía con el ritmo de su respiración, y eso me ponía nerviosa. Debía admitir que yo había tenido un leve crush con él la primera vez que lo había visto, y eso había sido en primer año.

-No habíamos hablado desde que Joah se fue de intercambio. -su voz era suave, como intentando no asustarme- Y eso fue hace, ¿Un año y medio?

-Dos. -respondí rápidamente- Desde que Joah se fue no vi la necesidad de seguir fingiendo.

Él rió bromista, no entendía el hecho de su particular risa, no era un broma lo que yo acababa de decir.

-Así que eso fue. -afirmó- ¿Solo fingías que yo te agradaba por mi mellizo?

-Fingí que nunca llegaste a lastimarme, Stan. -solté con amargura- Pero lo hiciste, y cuando Joah se fue de intercambio a Bangkok no era necesario seguir cerca a ti.

-Lo lamento, [T/N] -sus ojos eléctricos me observaron mientras se detenía.

-Es lo que siempre dices, pero son solo palabras Sebastian, no es lo que sientes. -me miró por unos segundos y siguió con su andar.

El resto del camino saliendo del campus fue silencioso; mi mente vagaba en si tomar un taxi hasta mi casa (que eran quince minutos andando) o salir corriendo desquiciadamente. Pero al llegar a la portería de nuestra universidad Sebastian afirmó que me acompañaría hasta mi casa.

-Nunca fue mi intención lastimarte. -su voz salió en un susurro tomándome por sorpresa- Después de lo que pasó entre nosotros en mi casa yo enserio tuve sentimientos fuertes por ti, enserio me enamoré.

-No sigas por favor. -a lo lejos lograba visualizar mi edificio, tan solos unos metros y estaría allí ahorrandome esta agria conversación. Era terca, lo sabía, pero yo no quería oir un lamento más por parte del mayor de los Stan.

-No, yo quiero seguir, quiero explicarte todo. -suspiró- Nunca me has dado la oportunidad de hablar [T/N] y realmente tengo muchas cosas por las cuales defenderme.

-¿Así que de eso va? -lo señalé con mi dedo- ¿Defenderte?

-No quiero que me odies. -mis ojos se pusieron en blanco ante sus palabras- [T/N] yo nunca quise hacerlo, te lo juro. Pero nuestra relación estaba complicando tu vida, tu carrera, y Joah me había dicho que por mi culpa tú ibas a negar esa beca en Italia.

Sus palabras salieron tan rápidas que fue difícil procesarlo en el momento. La lluvia se tornó eléctrica y un rayo me cegó por un momento. No supe en que momento mis ojos se tornaron vidriosos impidiendome observar con claridad a Sebastian, mi respiración era pesada, y mi corazón se había vuelto un manujo de dolor, era como revivir esa pesadilla de hacía dos años atrás.

-Lo siento tanto. -su labio inferior tembló.

-No, ¡No! -grité repetidas veces- No intentes culpar a Joah, no intentes culparlo. ¿O es que él te envió a engañarme en aquella fiesta? ¿Él te obligó a hacerlo? ¿Él te obligó a decirme que terminabamos mientras esa chica te montaba? ¿Él lo hizo?

Mi voz eran gritos adoloridos que trepaban rápidamente por mi garganta, dolía tanto, dolía recordar aquellas memorias que pensé haber tirado, dolía oírlo, dolía verlo a él.

-Quería que te fueras a Italia, y no sabía cómo hacerlo -su voz también elevada unas cuantas octavas- Tal vez mi decisión de terminar no fue la mejor, pero hice que me odiaras y eso sirvió para que te marcharas por ese año, y cumplieras tu sueño.

-¿Cómo podrías saber cuáles son mis sueños, Sebastian? -susurre con dolor- No tenías ni la más mínima idea de realmente mi sueño, y es una pena realmente que mi sueño fueses tu.

El paraguas cayó. Su mirada arrepentida se detuvo por un largo tiempo en mis ojos, la lluvia mojandonos rápidamente ocultando mis lágrimas.

-Y-yo... -intentó hablar pero fue interrumpido por mi agria voz.

-Feliz cumpleaños, Sebastian Stan. -pronuncié con dolor y corrí dejándolo solo, alejándome de todo lo malo que él era.

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¿Por qué siempre en el cumpleaños de Sebastian hago One Shots tan tristes? 🤔😭

Bueno bebés, lo siento por un día de retraso para nuestro bebé rumano, espero lo hayan disfrutado mucho.
No se olviden de pedirme su propio Shot si quieren, solo si quieren.

PD: He publicado el primer capítulo de mi fic aquí en Wattpad, es del perrito rumano y Lucifer, así que si quieren pueden pasarse, su nombre es suplicio y lo estarán encontrando en mi perfil. ¡Gracias por todo! 😚

-Lía.

ONE SHOTS / SEBASTIAN STAN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora