un héroe para mi.

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V E I N T I S É I S

s e b a s t i a n  s t a n .


un héroe para mi. 


-¡Tián! -chille en un intento de calmar al revoltoso de ojos eléctricos que no paraba de moverse de un lado a otro arruinando mi pintura. 

-Es solo que no puedo dejar de moverme, me incomoda estar así. -bufo sentándose en el suelo. 

Sebastian y yo llevábamos cuatro largos años de amistad, él estaba enamorado de la actuación, y yo seguía intentando darme a conocer a la sociedad con mis pinturas. Y se podría decir que ese había sido el primordial motivo por el que nos habitamos conocido. 

-Sebastian, dijiste que me ayudarías con esta pintura. -gruñí dejando a un lado mis acuarelas. 

¿Cómo podía ser él tan egoísta? 

En todo lo que llevaba de conocerlo siempre estuve a su lado intentando dar lo mejor de mi para ayudarlo, y la primera vez que yo le pedía ayuda ¿él me pagaba así?

¡Al carajo!

Tome mi cartera, el celular y dispuesta a irme de su habitación de hotel me dirigí a la puerta de entrada. 

-¿Te vas? -curioseo rascando su nuca. 

-Adiós, Stan. -afirme con enojo y abrí la puerta de la habitación. 

Pedí el ascensor y sentí como todo el enojo que tenia comenzaba a descender. Recordé la cara de Sebastian, su torso desnudo y todo sobre él. Me encantaba estúpidamente, y no paraba de recordarme a mi misma que yo estaba bien hundida en la FriendZone por él y que nunca saldría de allí. 

¿A quién engaño? ¡Él no me quiere de esa manera!

Era una estúpida si pensaba que Sebastian saldría corriendo de su habitación, detendría el ascensor y uniría sus preciosos labios con los míos en un beso fogoso después de decirme que me amaba, una completa estúpida de pensar en eso, pero lo era. Yo simplemente quería un héroe para mi.

Binh. Bihn. 

El sonido del ascensor me sacó de mis pensamientos y en ultimo intento suspire y me subí en este para después marcar lentamente el primer piso aún con un poco de esperanza. 

Una vez dentro de un taxi las lagrimas empezaron a salir descontroladamente de mis ojos. Anuncie mi dirección al hombre en el puesto de adelante y llorando como estúpida estruje el cuadernillo entre mis manos. Saque el pequeño lápiz que cargaba siempre en mi mochila y dibuje al héroe que yo quería, al hombre que yo amaba, mis lagrimas descendían hasta el dibujo manchandolo con dolor.

Sentía que me ahogaba, dolía tanto esta situación, pensar en cómo yo había estado ilusionandome sola dolía muchísimo mas. 

-¿Se encuentra bien? -él señor del taxi me observaba por el espejo retrovisor con ojos preocupados, asentí. -él no la merece, si no puede ver la gran chica que esta perdiendo. 

Reprimí un sollozo y vi como él me daba una sonrisa reconfortante. 

Después de unos minutos llegamos a mi conjunto y estrujando todas mis cosas me baje del automóvil, no sin antes pagarle al señor conductor. 

Tome el ascensor hacia mi piso con la esperanza de llegar de una vez por todas y dormir por tres días seguidos para después marcharme del país de una vez y para todas. Realmente no tenía caso seguir aquí, necesitaba irme y olvidar todo lo que alguna vez ocurrió, que tampoco fue mucho. 

Baje del ascensor una vez llegó a mi piso y mientras buscaba mis llaves me detuve en seco al ver la puerta entre abierta. 

¿Qué demonios? 

Con fuerza sostuve el gas pimienta que alguna vez me había dado mi padre dispuesta a atacar lo que fuese que estuviese dentro de mi casa. 

Termine de abrir la puerta y avance cautelosamente por toda la estancia buscando a alguien o algo, note por el rabillo del ojo una sombra y presionando vorazmente el gas pimienta lo aventé hacia su cara. 

-¡Agh! ¡Auch! -gritos y aullidos de dolor hicieron eco por toda la casa- Se supone que oprimes el gas, no que avientes el botesillo, idiota. 

-¿Qué demonios? ¿Sebastian? -él me miró sobando su frente- ¿Qué haces en mi puta casa? 

-¿Qué hago yo aquí? ¿Por que tu no estabas aquí? -cuestionó enojado.

-Tome el camino largo para llegar aquí. -él me miro aún enojado- ¿Qué haces tú aquí?

-Quería disculparme, aparte dejaste tus llaves encima de mi cama. -se acercó hacia mi con las llaves junto al llavero del brazo de Winter Soldier en la mano.

-Gracias. -gruñí- Ya te puedes ir. 

-Se que estas enojada, pero déjame hablar. -me senté en el sofá mirándolo detenidamente- Se 

que te gusto, y lo se hace unas semanas, Chris me lo dijo. -mi expresión cambio totalmente. 

-Y-yo, yo n-no. -intenté excusarme. 

-No, déjalo, ya lo se. -él suspiro y se sentó enfrente de mi- Lo que no entiendo es porque, tu mereces a alguien mejor, alguien que te ame cada minuto de su vida, y que no este tan dañado como yo. -negué con la cabeza en un intento de evitar que dijese lo que iba a decir- Eres la mejor chica que he conocido, Alex, y me duele que pienses que lo mejor para ti es estar conmigo, porque no lo es. No diré que eres como mi hermanita o algo así, porque no es cierto, yo también te amo, pero no puedo ser tan egoísta de retenerte junto a mi cuando lo que mereces es algo muchísimo mejor. Intentaré con todas mis fuerzas alejarme de ti, tienes que rehacer tu vida y encontrar lo mejor para ella. -de su bolsillo trasero sacó un boleto de avión y me lo dio con una sonrisa- Si decides hacerlo, te juro que no te faltará nada, ya esta todo arreglado. -en este punto las lagrimas descendían de mis mejillas sin pudor- Te amo, Alex, y por lo tanto tengo que dejarte ir. 

Él se acercó hacía mi, tomo mi mentón con sus dedos para quedar nuestros ojos a la misma altura, observo mis labios y los tomó entre los suyos en un pequeño y dulce beso intentando dejar su huella sobre estos, era el beso mas pequeño y a la vez mas grande que había dado en mi vida, y ahí entendí que no podía tomar lo que él me daba. 


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¡Oh cielos! 

¿Qué tal les pareció este shot para  el regreso? 

Rayos, he estado tanto tiempo lejos que ni siquiera estoy segura de si aún se escribir. Quiero aclarar que me inspire en una de ustedes para el shot, así que espero te haya gustado. No se olviden de dejarme aquí abajo lo que opinan y si quieren su propio shot, las quiero mucho :)

-Lía.











ONE SHOTS / SEBASTIAN STAN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora