problemas. |parte 2|

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C U A R E N T A   Y  O C H O
s e b a s t i a n   s t a n .

problemas. parte 2.

Dos días después de que Sebastian se había marchado por la puerta, dos días son saber nada de él. Era viernes y me encontraba arreglándome para la cita con mi destino, estaba nerviosa, demasiado nerviosa, y extrañaba a Stan con cada partícula de mi ser, en las noches podía imaginarlo abrazándome y diciéndome que era lo más bello que había visto en el mundo, pero esas noches ya no se repetirían, no hasta que él estuviese de acuerdo en que arreglásemos nuestros problemas, pero eso no sucedería, no tenia manera de contactarlo, su teléfono me mandaba siempre a buzón.

"Espero que te vaya de la verg*, y lo logremos.

Xoxo, Sia"

El mensaje de texto de Sia provocó una sonrisa espontanea en mi rostro inmediatamente, nosotras éramos amigas desde la secundaria, y ella siempre había estado para mí, así que era indudablemente correcto que ella estuviese bien adentro en mi corazón, no podría simplemente sacarla por las razones desconocidas de odio de Sebastian hacia ella.

El tránsito en Nueva York era tan congestionado como mi nariz en invierno, lo más prudente que pude haber hecho fue salir una hora y media antes, así que cuando llegué media hora antes de lo acordado al despacho de O'Connell Inc, lo único que pude hacer fue sentarme en las bancas que se encontraban afuera de la residencia. Si, el día era perfecto, el sol brillaba, los pájaros cantaban, solo debía calmarme y pensar exactamente lo que iba a platicarle acerca del proyecto, si, era bastante sencillo, si solo quitásemos los nervios que provocaban que mis piernas temblasen, dios, se me iba a caer la vida al entrar por esa puerta.

-Vaya, tantos años y sigues con esa manía –aquella voz profunda provocó que mis sentidos se activasen, la reconocía, la súper reconocía, y al levantar la vista mi cara se iluminó en cuanto lo vi.

-Daniel Amder –susurré.

-El mismo que te hace suspirar, cariño. –sonrió.

Oh, por, dios, no, no, no, esto no podía ser cierto, tenía enfrente a mi crush de la universidad, ¿acaso el destino me estaba jugando una mala pasada? No lo podía creer, Daniel Ambder, ojos ámbar y profundos, sonrisa juguetona, cabello ruloso y pelirrojo, y ese cuerpo, vaya, sí que su cuerpo había ido a mejor, los músculos parecían saltar de las mangas de sus brazos.

Oh, por todos los dioses de los vegetales.

-No lo puedo creer, es como ver un oasis en el desierto –reí intentado aligerar la tensión que se estaba acumulando en mi cuerpo.

-Oh vamos, ven acá. –sus brazos fornidos rodearon mi cuerpo en busca de un abrazo, estaba consternada, más de cuatro años desde la última vez que lo había observado- Tanto tiempo sin verte.

-Desde qué me enviaste directo a la friendzone. –rió- ¿Qué haces aquí? ¿En Nueva York? ¿Cuándo volviste de Praga?

-Calma, calma, una a la vez –su cuerpo se cernió a las bancas y con ello me arrastró a mí, es momento de que corras y no empieces a babear- ¿Qué te parece si contesto todo eso en cuanto salgas de cita con Cyrus?

¿Había escuchado bien? ¿Cómo sabia sobre mi cita de trabajo? La consternación estaba subiendo a mil por hora, y al parecer mi mente no solo pensaba en eso, ya que al ver mi cara el rió.

-Lo sé porque trabajo con Cyrus, hace un par de años, así que deja esa cara –con sus palabras mi mente hizo Kaboom!, esperen, esperen; todo cobraba sentido, mi oportunidad con Cyrus después de toda la competencia que había para conseguir este trabajo, ¿acaso el había interferido por mi?

-¿Tu hiciste esto posible? –susurré señalando todo el edificio.

-No, yo no soy arquitecto, aparte, creo que este edificio tiene como cincuenta años –rió.

-Sabes que no me refiero a eso, Daniel. –bufé- Tu provocaste que tuviese suerte para el empleo, por favor, quiero la verdad.

-No, bueno, tal vez si interferí un poco –molesto su cabello con nerviosismo- Pero es que cuando vi tu nombre en las listas, no pude evitar mostrarle tu diseño a Cyrus, pero quiero que sepas, que tu gran trabajo fue lo que le encantó, en eso si no metí mis manos.

-¿Es enserio? –susurré preocupada.

-Te lo juro, vamos, debes ir ya a tu reunión –nos levantó a ambos de las bancas- Ve, y podremos tomar un café luego para adelantar nuestras agendad, ¿te parece?

Tan rápido como asentí él beso mi mejilla y me guio hacia la recepción, se notaba que llevaba bastante tiempo trabajando allí, todo el mundo lo conocía, era increíble que viviendo en la misma ciudad no nos hubiésemos topado en ningún momento después de cuatro largos años; lo último que sabía de él, es que después de la graduación se había enamorado de una Europea y se habían ido a vivir a Praga, y luego, nada; ¡y ahora aparecía de la nada ayudándome! Que consternación.

Mi cita con Cyrus había salido mejor de lo previsto, le encantaba el concepto de mi proyecto, el diseño, y todo lo relacionado a el, y yo, estaba fascinada con todo lo que decía acerca de mi proyecto, me sentía orgullosa. Cyrus me había pedido que tuviese todos mis papeles en regla, porque en dos meses nosotros viajaríamos a Amsterdam para comenzar con la construcción de la Villa, esta emocionadísima, el nerviosismo cada vez desaparecía más y más.

Al salir de la sala de reuniones de O'Connell Inc la primera cara que aprecié fue la de Daniel, él mantenía una sonrisa y al tiempo que nos despedíamos de Cyrus, nos alejábamos del edificio, su mano no soltó la mía sino hasta que arribamos la cafetería.

-Estoy muy feliz por ti. –sonrió- Ya quiero que viajemos a Amsterdam, te encantará.

-¿Tu irás? –curiosee.

-Claro que sí, soy el abogado de Cyrus, y a donde va él, voy yo, así que tu querida amiga, me estarás viendo la cara muy seguido –sus ojos chispeaban de alegría- ¡Que emoción!

-Pareces un niño de cinco años –reí, su cara se ladeó con una sonrisa- Yo también estoy emocionada de verte.

Estuvimos hablando el resto de la tarde, se sentía como la universidad, nosotros pasando el tiempo sin más, hablando de temas random que surcaban por nuestras mentes; él menciono toda su travesía desde la graduación hasta como empezó a trabajar con Cyrus, menciono como la chica Europea lo engañó y el abandonó Praga, y como su padre le había conseguido un puesto en O'Connell Inc, no paraba de mencionar lo agradecido que se encontraba con la vida y lo emocionado que se sentía porque yo hubiese conseguido el empleo. Mencionó en como por casualidad había ojeado los proyectos y había visto el mío en uno de ellos, y citando sus palabras "No pude no presentar tal perfección a Cyrus" él siempre había alagado mis proyectos, Daniel y yo se sentía bien, se sentía como aquella manta que daba más calor en invierno, y eso me encantaba, y aunque nosotros nunca funcionamos como pareja, siempre fuimos los mejores amigos, y eso estaba bien.

-Deberías llamarlo. –mencionó en algún momento.

Si, hablamos toda la tarde, era obvio que le iba a contar sobre Sebastian y todo lo que estaba pasando, Daniel tenía esa cualidad, tu no le podías mentir ni esconder nada, así que con fuerza tome mi celular con ganas de llamar a mi enojado novio, pero al encender la pantalla, aquel mensaje cayó como un balde de agua fría sobre mi.

"Espero que te estés divirtiendo con él, cariño. Su cabello rojo te sienta bien

-Sebastian."

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Oh, oh, ya solo queda una parte, ¿cómo se desenvolverá esto? :0

Dejen sus teorías abajo :)

-Lía.

ONE SHOTS / SEBASTIAN STAN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora