pequeños ojos eléctricos. |parte 2|

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T R E I N T A  Y  T R E S

s e b a s t i a n   s t a n . 


pequeños ojos eléctricos. |parte 2|

chase point of view.

En el momento en que me subí al auto y me observé a través del espejo retrovisor supe que había perdido un amigo. La sangre salía de mi labio y daba un recorrido hasta llegar al inicio de mi cuello, el indicio de un gran moretón en mi ojo derecho y el pómulo eran el recordatorio de que yo amaba a [T/N] y qué haría lo que tuviese que hacer por estar junto a ella.
Al encender el automóvil este parecía tener vida propia y de tal manera llegue a la casa de [T/N] y Caleb.

Extrañamente los nervios se apoderaron de mí en el instante que llame al timbre.

Había supervisado en el estacionamiento y el único auto que había allí era el de mi amada, pero pensar en que Sebastian estuviese adentro y [T/N] curándole sus heridas a la par de escuchar las risas de Caleb provocó que mi sangre hirviera.

-¡Chase! -el grito angustiado de [T/N] me sacó de mis pensamientos, su rostro era un pluzze en ese mismo instante- ¿Qué demonios te ocurrió?

-Una escena que salió mal. -mentí ágilmente, no estaba seguro de decirle que había peleado con el padre de su hijo.

La sala de estar se encontraba repleta de juguetes y tulipanes, nunca había visto tanta cantidad y en esa combinación en la casa de la chica.

-Sebastian los ha enviado esta mañana. -respondió ella a mis pensamientos, tal vez el quedarme atónito me había delatado.

[T/N] tomó rumbo en busca del botiquín y la curiosidad me dirigió hacia una de las tarjetas negras con dorado que resplandecía en uno de los muchos ramos de tulipanes.

"Para la chica más hermosa y especial, se que son tus favoritas"

La ira me cegó por unos instantes, yo no era un hueso fácil de roer, no perdería lo que más quería contra alguien que no lo había valorado.

-Ven aquí, siéntate. -su voz suave me relajó- Deberías pensártelo mejor antes de esas escenas.

-¿Y Caleb? -curiosee cambiando el tema mientras ella limpiaba mi labio.

-Está durmiendo, Sebastian y él jugaron toda la mañana. -rió- El pobre está rendido.

Gruñí. Dios, si que sentía los celos florecer en mi interior cada vez que lo nombraba.

Su mirada se encontraba fija en mi ojo amoratado, ella mordía levemente su labio inferior y mis ojos no eran capaz de desviarse de su acción. Ella simplemente me traía loco.
Aleje sus manos del trabajo y la bese con intensidad. El ardor en mi labio no se hizo esperar, aunque realmente no podía dejar de besarla.
Sus piernas se acomodaron a cada lado de mi cuerpo y mis brazos se enroscaron en su cintura atrayéndola más hacia mi.

-Se mía. -supliqué en un jadeo- Solo mía.

Ella cortó el beso, mi boca exigía seguir tomando la suya con desesperación.

-Chase. -gimoteó de vuelta, sin dar una respuesta.

Los besos parecían ser nuestro único medio de comunicación en ese instante, mis dedos no dejaban de apretar sus caderas y en un movimiento rápido su centro rosó con mi miembro a través de la ropa. Un gemido gutural salió de mi boca sin previo aviso. Nuestros ojos se conectaron, y un destello de deseo picoteo en cada uno.

ONE SHOTS / SEBASTIAN STAN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora