Capítulo 7.

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-- Segunda parte del capítulo 6. --

A D A R A.

―Continúa tu explicación ―murmuró con voz ronca mientras con su mano tomaba mi muñeca que aún reposaba sobre el barril

―Yo... creo que eso es todo, me gus-gustaría volver a... a la fies-fiesta ―con su otra mano tomó mi cintura y con la que yo aún tenía libre puse una mano en su pecho ejerciendo presión ―Me estás incomodando, aléjate Andy ―pedí entrando en pánico

―Aún no mes has persuadido de invertir, tal vez deberíamos llevar la explicación más a fondo, Adara ―sugirió subiendo su mano por mi pierna

―Yo-yo no tengo nada más que explicar, por favor suél...- ―de forma brusca tomó mis labios entre los suyos, solté sonidos intentando alejarlo en medio de su asalto a mi boca, pero al parecer lo impulsaron a aumentar su brusquedad en el beso, reaccioné dándole un fuerte pisotón con mi tacón, aunque logré que soltara una grosería separándose de mis labios con un mordisco fuerte y doloroso, no logré que me soltara ―Aléjate ya mismo o voy a gritar ―amenacé asustada

―Alondra me dijo que eras más tranquila ―con una mano tomó ambas de mis muñecas ubicándolas sobre mi cabeza y con la otra cubrió mi boca, entonces entendí, todo, la persuasión a la que él se había referido y todos los toques inadecuados que me había estado proporcionado en la noche ―Ahora serás una buena chica y harás silencio ―entré en pánico y comencé a llorar mientras mis gritos se ahogaban en la palma de su mano intenté patearlo, pero apoyó su peso encima de mis pies pisándome con sus zapatos y dejándome inmóvil ante sus acciones, llegada a este punto ya estaba desesperada mientras sentía su boca en mi cuello

Sus besos me asqueaban, me hacían sentir sucia, como si con cada roce me contaminara, quería entender que fue lo que hice, que dije, que me hubiera podido traer a esta situación, que hubiera hecho que él llegara a esto, pero no lograba entenderlo, no podía hacer más que quejarme contra su mano, sentir el peso de su cuerpo en mis pies aplastados por sus zapatos, su otra mano ascendiendo, no impedí que las lágrimas cayeran ante el pensamiento de que él se iba a propasar conmigo y nadie me iba a escuchar. Continué removiéndome y sin esperarlo un fuerte impacto llegó al rostro de Andy de lado alejándolo de mí, cuando me libré de él deslicé mi espalda por el barril detrás de mí, débil, triste, sucia... abracé mis piernas mientras sentía otro estruendo enfrente.

No quería saber que ocurría quería abrir los ojos y despertar de esta pesadilla en mi cama, me sentía ultrajada, asqueada de mí misma, me sentí totalmente fuera de mí... desvalorizada.

―Adara ―negué mientras seguía llorando y sentía una caricia suave en mi cabello ―Adara, ya pasó ―sollocé ―Cerecita, mírame ―sollocé nuevamente reconociendo ese apodo finalmente, alcé la vista y con los ojos nublados logré distinguir a Wad acuclillado frente a mí, sin pensarlo lo abracé como pude, no lo conocía mucho, pero en esos momentos era un lugar seguro, me había salvado, de nuevo

―Wad él... él me-me acorraló y... y... yo... ―sollocé intentando explicarme con voz ahogada y rota

―Lo sé, lo sé, no tienes que hablar ahora ―sonrió comprensivamente ―Sonará estúpido, pero ¿estás bien? ―negué, él asintió y sentí un beso en mi cabeza

―Voy a denunciarte maldito bastardo ―di un respingo al escuchar la voz del ojiverde y me apegué más a Wad buscando seguridad

―¿Y qué vas a decirle a la policía?, ¿Que te golpeé por intentar abusar de una chica? ―preguntó con rabia el que me sostenía

―¡Tú no sabes quién soy, estúpido camarero!

―¿Te crees que cualquiera de tus ofensas me afectará lo más mínimo, abusador de mierda? ―preguntó ayudándome a estabilizarme de pie

Mi razón para escapar {R. #2} ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora