A D A R A.
Cerré la maleta con una sonrisa de oreja a oreja y se la entregué a Charlie que también lucía emocionado. Hoy me iría a la cabaña de Kate a pasar mi pre cumpleaños con mi mejor amiga y la felicidad no me cabía en el cuerpo. Había sido complicado convencer a mi abuela, pero luego del almuerzo con Austin se mostró bastante permisiva por mi fecha especial así que tomé la oportunidad.
―La noto muy feliz, señorita ―asentí una vez ambos estuvimos en el coche
―Lo estoy, Charlie ―confirmé escribiendo un mensaje
La mejor amiga del jodido mundo
y universo galáctico: Espérame dentro, la llave
está bajo la maceta cuatro de izquierda a derecha.<3
Me encogí de hombros y observé a través de la ventanilla haciendo un recuento de los últimos días. Tras haber hecho... tras haber dejado que... Wad me enseñara a... tocarme y eso, había estado un poco intranquila, y por mucha vergüenza que me diera admitirlo lo había intentado sola en mi habitación, pero no se comparaba ni un poco a lo habíamos hecho juntos. Mordí mi labio trayendo el recuerdo de esa noche donde me sentí querida y apreciada, pero sobre todo respetada porque en ningún momento Wad me presionó a hacer algo que no quise.
Sacudí la cabeza con una risita y seguí desenredando mi maraña de pensamientos. El almuerzo con Austin lo habíamos pasado solos los dos, suponía que había sido un intento de acercarnos por parte de mi abuela, pero lo cierto es que no hubo nada, no sentí ni una pizca de la química que sentía con mi pelinegro favorito.
Austin en ningún momento había sido grosero, al contrario, entendió que no quería extender mucho el almuerzo y se marchó. Lo cierto es que él me agradaba, pero no de la manera que mi abuela deseaba. Notaba sus actitudes a mi alrededor y asumía que tal vez le atraía, pero a pesar de ello en ningún momento se había mostrado agresivo o enojado, al contrario, era comprensivo y me daba espacio.
Aún recordaba aquél viaje de regreso de la feria a la que habíamos ido juntos. En lugar de hacer mil preguntas me dio una sonrisa amable y dejó que un silencio amistoso se instalara. Solo habló conmigo otra vez para despedirse una vez llegamos a mi casa. No quiso saber o tal vez no quiso indagar mucho en algo que resultaba obvio tras el intercambio entre Wad y yo.
De corazón deseaba que encontrara a alguien que lo hiciera feliz en el ámbito romántico, ya que yo no podía ofrecerle más que una amistad.
Días más tarde había terminado de concretar las partes de la decoración en las que mi abuela me había dejado intervenir, no me escondía. No estaba feliz con la fiesta pomposa que había planificado para mi cumpleaños diecinueve, pero no puse mucha resistencia, tendría a Kate y a Wad conmigo ese día, cosa que para mí era suficiente. Lo demás después de todo eran globos que se reventarían antes o después y un pastel que mal sabor no tendría.
―La noto pensativa, señorita ―alcé la vista al hombre
―Oh, solo... hacía un recuento de estos días en mi cabeza.
―¿Está emocionada por su escapada con la señorita Kate? ―asentí
―Bastante, es la primera vez que recibiré mi cumpleaños con ella ―sonrió
―Su abuelo lamenta no poder estar aquí ―oculté lo mejor que pude el gesto triste
―¿Dónde está, Charlie? ―cuestioné, la abuela no me había dicho y la verdad necesitaba hablar con él
―Él está en Egipto, señorita ―respondió ―Según sé hay un importante grupo de inversores.
―¿Y no pudo retrasarlo o... llamarme personalmente? ―pregunté algo herida
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Mi razón para escapar {R. #2} ✔
Teen Fiction¿Cómo escapar de esa persona que te hace sentir tan viva, tan tuya, tan dueña de una libertad que creías no merecer?, simplemente no lo haces, porque no lo deseas, es la vida quien te pone en una encrucijada donde toda decisión parece derrumbar un e...