Capítulo 13.

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A D A R A.

―Cielo, no llores ―sorbí por mi nariz

―Pero él murió justo cuando estaba a punto de cumplir su sueño e ir a la universidad con ella ―la vi negar con una pequeña sonrisita ―Ni siquiera tiene sentido ese final.

―Seguro aparece vivo en el segundo libro, ya verás ―pasó una mano por mi cabello con cariño

―¡Es auto conclusivo! ―me quejé soltando un sonido de frustración contra mi almohada, ruido que de no ser porque mi abuela estaba a millas de distancia me hubiera traído un par de reprimendas

―Auch ―suspiró ―Bueno... es solo un libro, Adi, no es real ―sabía que no lo decía con mala intención, simplemente no lo entendía porque no era lectora

―Pero lo que yo siento sí ―limpié mi nariz con un pañuelo, ella asintió

―Tienes razón, me disculpo... ¿quieres un abrazo? ―ni lo pensé cuando fui hacia ella ―¿No quieres hablar sobre el pelinegro caliente y estúpido? ―reí viendo como quería alejarme del sufrimiento por el libro, suspiré y me separé, abracé mis piernas y ella me imitó dejando sus tacones en el suelo

―¿Qué puedo decir sobre Wad?, no hay nada que decir ―me encogí de hombros resignada ―No vino porque tenía cosas más importantes que hacer, lo viste salir de ese súper restaurante en el que seguro estaba pasándola genial con otra chica.

―No vi que saliera acompañado, Adi ―alegó y asentí lanzándome de espaldas sobre mi colchón, mi largo cabello desparramándose por la superficie

―¿Le has visto?, es obvio que compañía no le debe faltar, yo solo soy... la princesita encerrada en el castillo que vive con un itinerario que seguir ―reí, pero fue una risa de dolor, porque en estos tres días que había estado sola, había notado cuan aburrida y solitaria era mi vida, de no ser por los empleados de la casa estaba segura de que el canto de los grillos hubiera sido mi único compañero

―Adi, vives así porque quieres, está en ti cambiar las cosas ―reí otra vez

―No es tan sencillo como parece, Kate ―volteé para acostarme de lado y así poder verla ―Ella es mi...-

―Es tu abuela y se lo debes y mucha mierda más, Adara, sí, sí ya me sé el discurso justificativo, ¿y sabes por qué?, lo llevas repitiendo desde que tienes conciencia ―suspiró levantándose y comenzando a caminar en círculos ―No le debes nada, lastimosamente tus padres se fueron antes de que pudieras siquiera notar su presencia, pero cariño, no le debes nada a tu abuela y odio verte así ―me señaló y fruncí el ceño sin comprender que hablaba

>>―Adara, no soportas verte en el espejo desde lo que pasó en la fiesta, vas con miedo a las discotecas tanto de los hombres como de que al regresar tu abuela te descubra ―suspiró y se agachó frente a mí ―Nena, spoiler, la sociedad es tan mierda como tú permites que lo sea, los hombres con los que te topaste son una mierda, pero no todos son unos neandertales recién salidos del paleolítico, hay chicos civilizados y respetuosos, hay chicos buenos ―apreté mis manos encajándome las uñas ―No te mereces bajar la cabeza y aceptar cada golpe que la vida quiera darte, Adara ―sonrió dulcemente y se sentó en el suelo ―Tienes que vivir tu vida, decir que no y mandar a la mierda aquello que no te sume, mereces todo lo que quieras y más, pero eso no va a venir solo, si lo quieres búscalo, quedarse con las ganas no sirve, no funciona.

―Hablas desde tu posición privilegiada, Kate ―todo lo que decía me sonaba como un ataque que me obligó a crear un escudo ―Es... fácil cuando eres la chica que puede hacer y ser lo que quiera sin que nadie la juzgue ―respondí levantándome, ella hizo lo mismo ―Tus padres apoyan que quieras ser artista, respetan tu vida, te ayudan con lo que necesites, no te juzgan si te equivocas, al contrario, te aplauden mientras te levantas ―apretó los labios ―Yo tengo reglas que seguir, expectativas que cumplir, necesito ser perfecta, debo serlo y tú nunca vas a entender eso, mi abuela solo quiere lo mejor para mí, pero no la entiendes porque...-

Mi razón para escapar {R. #2} ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora