Capítulo 41.

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W A D.

Miré la hora y volteé hacia la asiática que me observaba preocupada. Se suponía que Adara debía haber llegado hace una hora y media, pero todavía no había noticias de ella y no contestaba el teléfono.

Volteamos con urgencia hacia el móvil de Kate cuando comenzó a vibrar con un tono en un idioma extraño ―Son mis padres ―suspiró antes de responder ―¿Sí, mamá? ―hubo una pausa ―No, ¿por qué? ―me observó y entonces vi sus ojos aguarse ―¿C-cuándo?, ¡no!, ¡no!, ¡no! ―negó

―¿Qué ocurre, Kate? ―la llamé y ella cubrió su rostro con una mano

―¿D-dónde f-fue?, mami... ella no puede.

Las alarmas se dispararon en mi cabeza.

Adara.

Kate colgó y soltó un chillido de desesperación antes de que su cabeza cayera contra el capó de mi auto.

―¡Kate joder, háblame!

―A-Adara tuvo un accidente con Austin ―sentí mi cuerpo enfriarse en el acto ―Él... murió hace media hora, pe-pero... no encontraron a Adara por ningún lado.

Negué.

―No ―sacudí la cabeza con frenesí ―¡No!, ¡no,!, ¡no! ―mi corazón se aceleró y mi cerebro se puso a trabajar con velocidad ―Ella no... ella no está muerta.

―Es mi mejor amiga, Wad, es mi hermana ―sollozó ―No... no puede haberme dejado, no así.

Tragué grueso sintiendo mis pulmones incapaces de llenarse de oxígeno.

No, ella no murió.

―No hay cuerpo ―murmuré y me miró con el maquillaje corrido ―Sube al auto, Kate ―demandé haciendo lo mismo

―¿Q-qué vas a hacer?

―No hay cuerpo, ella no... ―tragué grueso ―No está muerta ―me negué a aceptar ―Voy con alguien que puede conseguirme todas las respuestas que la policía no.

―Wad y si ella...- ―sollozó

―Jodidamente no, esta vez la vida no me va a quitar a la mujer que amo.

―Pe-pero...- ―la miré poniendo en marcha el coche

―Deja de ponerte en lo peor, ella está en algún lugar, pero está viva.

Entonces comencé a conducir como un maniático a casa de Stuart.

[...]

―Más vale que lo que quieras valga la pena niño, porque has despertado hasta a mis hijas ―se puso sus gafas y frunció el ceño ―¿Por qué estuviste llorando? ―preguntó extrañado y alzó una mano ―Espera, ¿se relaciona con lo que me vas a pedir? ―asentí y me señaló el asiento frente a su buró ―Entonces te escucho.

―Necesito que encuentres a Adara Trionte.

―¿La prometida del pequeño Jones? ―apreté la mandíbula

―Ella no es la prometida de nadie, es mi novia y hoy tuvo un accidente de tráfico.

―Oh... mi más sentido pé...- ―golpeé su mesa poniéndome de pie

―No está muerta.

―¿Eso dijo la policía? ―enarcó una ceja

―No, pero no hay cuerpo ―él me miró con seriedad

―Puedo buscarla, pero no prometo encontrarla en el estado que tú quieres, niño ―suspiró ―Ahora, hablemos de precios, sabes que esto te costará caro, ¿no?

Mi razón para escapar {R. #2} ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora