Cuando Nara propuso que salieran a divertirse no esperaba terminar con cinco niños y una gran responsabilidad.
Tras lo que se suponía sería una tarde divertida, se tornó una noche y madrugada ajetreada. Siendo asistente de Gojō la castaña podía espe...
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Si Nara había aprendido algo durante su tiempo como asistente de Gojō era que jamás estaría lo suficientemente preparada. Cuando menos lo esperaba Panda la arrojaba por los aires y terminaba en el suelo o, con suerte, en los brazos del mismo Gojō. En algunas ocasiones se encontraba corriendo por su vida junto con alguna víctima de las maldiciones y en otras atrapada en los brazos de Gojō convenciéndola de ayudarlo en alguna de sus tonterías.
Si bien le gustaba su trabajo y formar parte de esa rara escuela, lidiar con su compañero de trabajo y tres jóvenes de primer año era realmente un lío. Justo cuando pensaba que las cosas no podían ser peor, cuatro niños llegan a su habitación y se ve obligada a pedirle ayuda a un hombre que a duras penas conocía.
Con Nanami y mucha ayuda, Nara esperaba volver a la “normalidad” cuanto antes.
