El sonido de la puerta abrirse alertó todos sus sentidos.
Respiró profundo bajando suavemente los pies del sofá en el que estaba y no apartó la vista de la televisión ni por un segundo. Mantuvo sus manos ocupadas quitándole la cáscara a una pequeña mandarina, pero sus pies comenzaron a moverse de arriba a abajo conforme escuchaba las pesadas pisadas acercarse.
De todo lo que pensó que podría pasar, jamás esperó tener frente a sus ojos un helado de vainilla cubierto de chocolate. Frunció el ceño girando la cabeza hacia el lado izquierdo viendo a Geto con un par de bolsas en su otra mano. Este levantó sus cejas y luego vio el helado, seguido a ella.
—¿Qué quieres? —Preguntó tomando el helado a lo que él sonrió.
—¿Por qué asumes que quiero algo a cambio de helado? —Respondió con otra pregunta, mientras tomaba asiento junto a ella.
—Porque estás loco.
Geto se encogió de hombros dándole la razón, seguido tomó la mandarina que ella había comenzado a pelar.
—Me gustaría hacerte una pregunta sencilla.
Nara rodó los ojos tomando una cucharada de helado.
—Puedes hacerla. Que recibas respuesta es otra cosa.
—¿Por qué eres tan hostil? —Gruñó —lo único que quiero es hablar.
—No lo sé, tal vez porque fracturaste mi brazo.
—¡Tú me apuñalaste!
—¡Estabas fingiendo ser mi exesposo!
—En mí defensa, mí idea era ser él para que así te sintieras cómoda.
—Sí, muy cómoda. Ver al amor de mi vida frente a mí, cuando se supone que está muerto, es realmente bonito —murmuró metiendo una cucharada de helado tras otra a su boca. —Encima de eso lejos de mi nuevo amor y de mis chicos.
—Justo por eso quería ser Suguru.
—No digas su nombre —lo señaló con la cuchara. —No ensucies lo que queda de él.
—Su cuerpo está bastante limpio. ¿Quieres ver?
—No.
Geto rió suavemente viendo la pantalla de la televisión. Al ver que eran caricaturas levantó las cejas.
—Hay una orden de ejecución con tu nombre en ella y tú estás viendo caricaturas.
—No es como que tenga muchas opciones.
—¿Crees que el rubio te logre encontrar?
Nara tragó el helado y suspiró.
—Esperaba que sí, pero se qué jugaste con su mente. Ha de estar buscando en el lugar incorrecto. Además, solo Suguru y yo sabemos de esta casa.
Geto levantó las cejas sorprendido. Entonces ella ya sabía dónde estaban.
—¿Cómo lo sabes? Nunca viste el interior de la casa.
—Pero sí sabía la vista que tendría —sonrió levemente sin poder evitarlo. Al darse cuenta de que sonrió apretó los labios. —Desde mí habitación puedo ver la colina y el árbol con nuestras iniciales.
—Prestas mucha atención a los detalles —suspiró colocando el brazo en el respaldo del sofá. —No es que quiera crear un problema... En realidad sí, sí quiero. ¿Cómo es que Nanami no ha hecho hasta lo imposible por encontrarte? Es decir, si de verdad de quisiera ya te habría encontrado. ¿No? Es raro que un hechicero tan poderoso y con buenos métodos de investigación no haya encontrado a la “mujer de su vida”.
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Nana de hechiceros |Nanami Kento|
FanficCuando Nara propuso que salieran a divertirse no esperaba terminar con cinco niños y una gran responsabilidad. Tras lo que se suponía sería una tarde divertida, se tornó una noche y madrugada ajetreada. Siendo asistente de Gojō la castaña podía espe...