Incidente en Shibuya

609 91 23
                                    

—¡Papá! —Exclamó Ryōmen molesto arrojando el crayón al suelo. —El tío Sato no deja de molestarme.

—Gojō, déjalo tranquilo —dijo desde la cocina cortando las frutas para el pequeño.

—Que no sea chillón —bufó. —Nada más dibujé en su papel.

—¡Dibujaste un culo!

—Ryō, lenguaje.

Satoru rió a carcajadas acostándose en el piso. Tan pronto lo hizo, el pequeño castaño le saltó encima y comenzó a pegarle con la cartuchera llena de crayones. Los 120 colores volaron por los aires quedando así en cada rincón de la sala y el comedor. Al escuchar el desastre, Kento inhaló y exhaló con los ojos cerrados.

—Ryōmen, ten tus frutas —dijo acercándose a ellos.

—Pero papá...

—Toma las frutas y ve con Kurō a ver tele.

—Pero el tío Sato se portó mal.

—Lo haré sentarse en el rincón.

—Sí, como no —bufó el peliblanco con una sonrisa.

Kento rió sin gracia y en un abrir y cerrar de ojos lo había tomado de un pie provocando que soltara un grito agudo.

—¡Suéltame!

—En mi casa se siguen mis reglas —gruñó evitando las patadas de Satoru con sus brazos.

El timbre del celular de Nanami comenzó a sonar en la sala y él solo lo ignoró.

—También es la casa de Nara —forcejeó intentando zafarse de su agarre. —Puedo comportarme como yo quiera.

—No en mi presencia.

—¿Aló?

La voz aguda de Ryōmen contestando el teléfono captó la atención de Kento, pero no lo suficiente como para dejar que Gojō lo pateara.

—Está peleando con el tío Sato. No... Está ocupado. Sí porque se portó mal. No, primero que atienda... ¡No me grites! —Exclamó dando un pisotón.

—¿Quién es?

—Gumi —respondió acercándose al par. —Dijo que es importante.

Kento soltó a Satoru para luego tomar el celular de las manos de Ryōmen.

—¿Qué ocurre, Megs?

El semblante de Kento cambio de inmediato a uno preocupado y serio, esto no pasó desapercibido ni por Satoru ni por Ryōmen. El peliblanco se levantó del suelo en solo segundos y el pequeño comenzó a preguntarle a su papá qué pasaba.

—Vamos para allá enseguida —dijo para luego finalizar la llamada. —Están en la bendita estación de policía.

—¿Qué? —Preguntó Satoru con las cejas arriba. —¿Pero por qué?

—Los chicos tuvieron un incidente en Shibuya con unos tipos.

—¿Los mataron? —Preguntó Ryōmen espantado para luego comenzar a llorar. —¿Van a encerrar a Gumi y a Yūji?

—Ya los encerraron, baboso. ¿Qué no oyes? —Bufó Satoru tomando su billetera y celular. —¿Dónde está Nara? ¿Por qué ella no llamó? ¿Y Nobara y Maki? ¿Dónde están las nenas?

—No lo sé, pero se escuchaba alguien llorando de fondo —dijo tomando sus llaves y a Ryōmen. —Andando.

( • • • )

—Megumi en serio debe ver a un psicólogo. Esos arranques de ira no son normales —dijo Satoru dirigiéndose a la entrada de la estación de policías con Kento a su lado cargando a Ryōmen.

Nana de hechiceros |Nanami Kento|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora