XIII

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Si ven algún horror ortográfico o gramático déjenme saber porfis. Estoy luchando con el sueño, pero quería subir capítulo hoy.♥️
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El frío líquido azotó contra el rostro del señor empapando su camisa, corbata y saco en el proceso. Todos jadearon sorprendidos y ella pudo sentir una cálida mano intentar detenerla, pero fue muy tarde.

—Cuando quiera humillar a un hombre, asegúrese de que su esposa no esté cerca, imbécil.

Tiempo antes

—¡Kento!

El grito de la castaña, a esa hora de la mañana, sobresaltó al mencionado provocando que casi se derramara el café encima. Con rapidez, pero con cuidado, dejó la taza humeante sobre la isla para después correr hacia el pasillo chocando con la castaña de frente.

—Au —se quejó ella con una mano en el pecho.

—Disculpa. ¿Estás bien?

—Sí —agitó la mano restándole importancia para después seguir su camino hacia la cocina. —Estaba pensando en Satoru.

El rubio suspiró siguiéndola.

—¿Por qué?

—¿Recuerdas que dijo que un amigo pelinegro le dio un globo? —Preguntó sirviéndose café en una taza en forma de calabaza para luego añadirle azúcar.

—Sí. Todavía no sabemos de quién se pudo tratar.

—Yo creo que sí —sonrió tomando un sorbo de café para luego hacer una mueca. —Mucho azúcar.

Estaba por arrojarlo al fregadero, pero notó la taza sobre la isla y sonrió. Deslizó la calabaza hacia Nanami y ella tomó la taza roja. Antes de que él pudiese protestar, ella le dio un sorbo al café.

—¿Quién entonces? —Preguntó dirigiéndose a la cafetera para servirse un nuevo café.

—Yūji conoció a un chico pelinegro. ¿No? Junpei, si mal no recuerdo.

—No puede ser él. Mahito dijo que terminó con él.

—¿Viste el cuerpo?

—No.

—¿Y Yūji?

—No que yo sepa.

—Entonces está desaparecido y si está desaparecido...

—Debe estar muerto, Nara. Las maldiciones no dan oportunidades.

Nara rodó los ojos.

—Se suponía que dijeras “puede ser encontrado”.

—¿Por qué?

—“Lo que está perdido puede ser encontrado y lo que está roto puede ser reparado” —citó con una sonrisa.

—¿Quién dijo eso?

Ella se encogió de hombros.

—Lo leí una vez en un cuadro del hospital, pero eso no importa. Lo importante es que puede que sea Junpei.

—No lo creo, Nara.

—Kento, sé un poquito más positivo.

—Junpei era amigo de Itadori, no de Gojō.

Nara cerró la boca viendo un punto en específico.

—Tienes razón.

—No conozco otros amigos de Gojō aparte de ti.

—Megumi es pelinegro, pero queda descartado.

Kento tomó un sorbo de café y luego giró hacia Nara.

Nana de hechiceros |Nanami Kento|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora