Estiró su brazo en la cama esperando dar con la cabellera de Nara, pero en su lugar dio con la almohada vacía. Poco a poco abrió sus ojos notando que se encontraba solo en la cama, como solía estarlo cada mañana antes de todo. Giró hacia el reloj en la mesa de noche notando que eran las once de la mañana. De golpe se sentó colocándose las pantuflas, había dormido más de la cuenta.
Se dirigió a su cómoda tomando ropa limpia y su cepillo de dientes. Antes que nada, debía darse una ducha y por ello se dirigió al baño cerrando la puerta a sus espaldas. Llevó a cabo toda su rutina de aseo como siempre lo hacía, solo que esa vez dejó su cabellera sin gel. Al salir del baño escuchó la risa de Yūji y luego la de Nobara acompañándolo, estaba seguro que algo se traían entre manos. Lo confirmó cuando, después de dejar la toalla en su habitación, se dirigió a la sala y se encontró con una escena algo extraña.
Un círculo de almohadas en el suelo rodeaban a Yūji y a Nobara, quienes tenían bajo sus camisas almohadas. Era imposible que sus pequeñas camisas pudiesen ocultar una almohada, así que supuso que la ropa que usaban era de Nara. Aún intentaba descifrar que ocurría cuando Sukuna, Megumi y Gojō comenzaron a vitorear en cuanto Nara entró a escena con unos lentes de sol, un pantalón como bufanda, un colador en la cabeza y un papel que decía round 1.
Kento frunció el ceño cruzándose de brazos. Se preguntó ¿Qué estaba pasando exactamente? Su pregunta fue respondida cuando Nara silbó. Nobara impulsó su cuerpo hacia adelante chocando con fuerza su barriga de almohada contra la de Yūji. El pelirosa cayó al suelo y los niños comenzaron a decirle que se levantara. El pequeño reía a carcajadas intentando levantarse del suelo, mientras Nara se cubría el rostro con el papel ocultando su risa. Nobara estaba por saltarle encima al pequeño, pero Nanami la atrapó en el vuelo.
—Yūji tiene puntos en la frente que no pueden herirse —dijo dejando a Nobara en el suelo para luego levantar al pelirosa.
—Es solo con las panzas de almohada—dijo Nara dejando el papel a un lado.
—Lo siento, pero Yūji no juega.
Los quejidos de todos inundaron la sala. Todos le decían aguafiestas a Nanami y el los ignoró por completo retirando la almohada de la ropa de Yūji.
—Esta es su sexta pelea y no me ha pasado nada.
Kento levantó las cejas sorprendido viendo la naturalidad con la que Nara lo decía.
—¿Sexta pelea? ¿Pero que es esto? ¿Un callejón de mala muerte? No, no.
—Yūji es el inevicto —dijo Sukuna con orgullo.
—¿Inevicto?
—Eso dijo Nana —señaló Satoru.
—Invicto —suspitó ella. —Vamos, Kento, no le arruines la diversión.
—Porfis —pidió Yūji uniendo sus manitas.
—No —dijo tomándolo en brazos. —Hasta que no te sane la herida no más juegos de ese modo.
Los quejidos volvieron a inundar la sala y esta vez Kento se dirigió a la cocina con Yūji en brazos.
—¿Desayunaron? —Preguntó cambiando el tema ignorando por completo las quejas.
—No, aún no. Los estoy dejando morir de hambre —bufó Nara acercándose a la cocina.
—¿Qué desayunaron?
—Pancakes —respondió Megumi frotando su panza de almohada.
—Hice para ti y están en el microondas —dijo llegando a su lado. Kento giró hacia ella retirándole el colador de la cabeza y las los lentes de sol.
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Nana de hechiceros |Nanami Kento|
Fiksi PenggemarCuando Nara propuso que salieran a divertirse no esperaba terminar con cinco niños y una gran responsabilidad. Tras lo que se suponía sería una tarde divertida, se tornó una noche y madrugada ajetreada. Siendo asistente de Gojō la castaña podía espe...