¡Hola! El capítulo es bastante largo porque lo escribí, mientras pasaba un huracán. Tardé mucho en actualizar y esa es la razón.
Si ven algún error de ortografía o gramática, por favor díganme en los comentarios para arreglarlo.
Sin más me despido y disfruten el capítulo.♥️
_____________💫_______________
—No puedo hacer eso.
—¿Por qué no? Nana, es bueno que tengan otra oportunidad.
—¿Otra oportunidad para quién exactamente? Panda, no puedo tomar sus vidas como si nada hubiese pasado. Por más adorables y bonitos, no son míos y yo no soy su mamá. Los quiero más que a nada en el mundo, sí, pero no puedo tomar un rol que no me corresponde.
—Dime una cosa, Nana —habló Maki llamando su atención. —¿No quieres porque piensas que está mal o no quieres por el imbécil de Gojō?
Kento levantó la vista de su postre viendo a Nara dejar de cortar la fruta para los niños. La castaña se mantuvo con la vista en las frutas en completo silencio, dejando a sus chicos y a su rubio esperando una respuesta.
—No puedo quedarme con ellos como míos.
—Esa no fue mi pregunta, Nana.
—¿Me puedes poner más sandía, Nana? —Preguntó Yūji en un susurro llegando hasta ella. Una sonrisa salió de sus labios y asintió.
—Ve y dile a los demás que vengan por el suyo —sonrió entregándole el pequeño tazón amarillo.
—Gracias —sonrió abrazando sus piernas.
—Yūji, ya vamos a empezar —dijo Nobara desde afuera y el pelirosa salió corriendo.
—No corras —dijeron Kento y Nara al unísono.
No fue hasta que el pelirosa salió de la casa que la castaña soltó el cuchillo para luego cubrirse los ojos con el antebrazo. De inmediato, Toge se disponía a rodear la isla para abrazarla, pero Maki lo sostuvo del brazo negando con la cabeza.
—Los extraño demasiado —confesó en un sollozo. —Sé que son ellos, pero no se sienten como ellos. Quiero a mi Megumi de vuelta y a mi pendejo también —dijo intentando secar sus lágrimas, pero tras apartar una salían más. —No puedo criar a Satoru, no puedo perder toda nuestra historia por un capricho. No puedo dejar a mi mejor amigo por más que mi corazón quiere salvar a Yūji y a Sukuna de la muerte.
—¿Tan importante es ese imbécil para tí?
Nara asintió sosteniéndose de la isla, mientras dejaba salir las lágrimas sintiendo un dolor en el pecho. Ya había experimentado el dolor de perder a su amistades, a sus padres, a su bebé y a su esposo, no estaba dispuesta a perder también a su mejor amigo.
—No quiero perderlo —confesó. —Tampoco a Megumi. Ellos no recuerdan nada del pasado, no saben quién soy yo o las memorias que tenemos todos juntos. No puedo simplemente olvidar a Yūji riendo a carcajadas con Satoru, a Megumi pelear con todos menos conmigo, a Nobara saltando de alegría cuando usamos la tarjeta de Satoru o las noches de películas en el sótano. Yo no quiero perder lo que teníamos antes, pero...
—Tampoco quieres perder lo que tienes ahora —completó Kento junto a ella.
La castaña negó, mientras era abrazada por el rubio.
—¡Oye! No sigas tocando a Nana así —gruñó Satoru llegando a la cocina. —Pégale, Maki-san.
La mencionada rió negando con la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Nana de hechiceros |Nanami Kento|
FanfictionCuando Nara propuso que salieran a divertirse no esperaba terminar con cinco niños y una gran responsabilidad. Tras lo que se suponía sería una tarde divertida, se tornó una noche y madrugada ajetreada. Siendo asistente de Gojō la castaña podía espe...