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El vídeo en multimedia tiene su razón.😂 Aquellos curiosos pueden acceder fácilmente a él cuando llegue el momento.

Ahora sí, el capítulo.

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Las pisadas del rubio eran rápidas y con esa misma rapidez inspeccionaba las habitaciones de la casa. El silencio ensordecedor era bastante raro en ese lugar, es decir vivía con las seis personas más ruidosas que conocía. ¿Cómo es que no escuchaba nada en absoluto? Al principio creyó que estaban coloreando o algo similar, pero cuando pasaron más de diez minutos sin un grito o una risa comenzó a preocuparse. Es por ello que se levantó del sofá dejando el libro de “Cómo no malcriar a los niños y sobrevivir en el intento” a un lado para emprender la búsqueda del silencio... O más bien del ruido.

Buscó bajo las camas, en los armarios, en el baño, en la tina e incluso fuera de la casa y no los encontró. Sus manos sudaban cada vez más ante el pensamiento de que Mahito los hubiese encontrado. ¿Dónde debía buscar? ¿En qué lugar iniciaba? ¿Dónde estaban? ¿Cómo es que perdió a seis personas de un solo golpe? ¿Cómo rayos perdió a una adulta ruidosa casi tan alta como él?

Sin querer perder más el tiempo Nanami fue a su habitación buscando su traje y su arma contra maldiciones. Tendría que comunicarse con los estudiantes para embarcarse en la misión de encontrar a los niños y a Nara. Sentía como su pulso aumentaba conforme se colocaba la ropa, estaba ansioso y preocupado del cómo se encontraban los niños y Nara ante el secuestro. Si algo les ocurría no se lo perdonaría. ¿Cómo es que no escuchó siquiera la puerta o una ventana abrirse?

Justo cuando estaba por verificar las ventanas de toda la casa, escuchó la puerta del patio deslizarse. Con sus piernas bastante torpes, corrió hacia el ruido encontrándose con los seis desaparecidos comiendo galletas.

—¿Dónde carajos estaban? —Exclamó casi en un grito sobresaltando a los seis causantes de su estrés.

—¿Acabas de decir una palabrota? ¿Tú? —Preguntó Nara luego de tragar la galleta. —¿Quién eres y dónde está Nanami?

—¿Dónde estaban? —Preguntó tomándose el puente de la nariz con su dedo índice y pulgar.

—Con la vecina —respondió Nobara abriendo la nevera en busca de leche.

—¿Qué?

—Nos vio en el patio y nos ofreció galletas recién horneadas —explicó Nara quitándose las sandalias.

—¿No pudieron decirme que irían con la vecina?

—Estabas leyendo —dijo Sukuna junto a Nobara intentando alcanzar el tarro de leche. A esto, Nanami se acercó tomándolo por ellos y Nara les brindó un vaso a cada uno.

—No hagan eso otra vez —suspiró vertiendo leche en los vasos para niños.

—Estás vestido y todo. ¿Estabas preocupado por nosotros? —Preguntó Nara llevándose la mano al pecho. —Ay, Nanami, ya nos quieres.

—Son mi responsabilidad —bufó guardando la leche en la nevera.

—Por cierto, la señora Yamamoto nos invitó a cenar hoy. Le dije que sí —sonrió subiéndose a la isla de la cocina.

—Tengo planes para hoy en la noche.

—¿Leer y acostarte tempranito? —Preguntó Nobara dirigiéndose a la sala con los demás pequeños. Nara rió suavemente para luego ver al rubio de brazos cruzados.

—Esa actitud la han copiado de ti.

—Mejor esa y no las otras —se encogió de hombros. —Vamos, Nanami, nos hace falta hablar con personas mayores de seis años.

Nana de hechiceros |Nanami Kento|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora