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-Jefa- Golpeaste la mesa con mas fuerza de la que tenias, tus manos quedaron rojas y solo podías mirar las imagines que tenias encima de estas- Por favor cálmese, aun no sabemos si ellos están saliendo.
-¡¿COMO NO ESTAN SALIENDO SI AQUI SE PUEDE VER TODO?!- Tiraste todo lo que tenias en el escritorios-¡Tráiganme a Mikey!, incluso si el no quiere, solo tráiganlo....el no puede estar con otra mujer que no sea yo.
Manjiro Sano, mas conocido como Mikey, es tu ex pareja, jefe de la Boten, una de las pandillas mas buscadas aparte de la pandilla K, la cual era la que tu tenias a mando.
Terminaron por tus celos, no querías que ninguna persona se le acerque, incluso hombres, Mikey te termino cuando tuviste un problema con Sanzu, en donde terminaron con balas en sus piernas y brazos y casi dándoles la muerte.
Sanzu era como un perro detrás de Mikey llamándolo rey, te daba coraje.
-¿Que hacemos con la chica?.
-Mátenla- Tus subordinados salieron, miraste el cuaderno en donde anotabas todas las chicas con las que había salido Mikey, a su lado pusiste la palabra "Muerta".
Al cabo de varios minutos te avisaron que el ya estaba en el sótano, no mas de segundos y Sanzu te empezó a bombardear de mensajes.
-Si el loco viene, díganle que me fui de viaje desde hace tres días, si entra muéstrenle el lugar, solo eviten que pase a la sala de música que dudo que le interese.
Al llegar a la sala de música apretaste una tecla de un piano y rápidamente se abrió un pasadizo el cual te llevo al sótano, un subordinado la volvió apretar para cerrar el pasadizo.
Caminaste por las cortas escaleras, algunos ya estaban ahí, amarrando a Mikey quien solo se dejaba.
No era su primera vez después de todo.
Agarraste un bate y luego un látigo, observaste cual de los dos estaría mejor y optaste por el látigo.
Tampoco querias matarlo.
-Nos vemos de nuevo- Te sentaste frente a el, estaba sentado en una silla con todo el cuerpo y las manos amarradas, el levanto su cabeza.
Sus ojos rasgados con bastante ojeras se fijaron en ti- Es un gusto verla, líder de la pandilla K.
-No me llames así- sacaste la navaja de tu bolsillo y desamarraste sus manos- Ustedes largo, quiero estar a solas, no entren sin importar que, yo les daré el aviso.
