(En esta historia el no es hermano ni de emma, Izana o Mikey).
-Abre bien- su miembro entraba hasta donde podía en tu pequeña boca, había lastimado tus labios al querer ingresarlo todo.
Ni siquiera entendiste fue como de un momento a otro terminaste en la cama con aquel completo extraño.
Habías llegado al bar para librar tu malestar, no te habías sentido satisfecha con tu esposo, aunque tenía un buen tamaño sentías que simplemente le faltaba, incluso el sexo era jodidamente aburrido, no fue tu idea ir a buscar sexo como alguna necesitada, pero algo paso con ese chico.
- Abre más, ¿acaso no puedes con esto? - apretaste su pantalón, el saco su extensión de golpe jalando tu cabello hacia atrás.
- Mierda, ¿cómo quieres que meta eso en mi boca? - Shinichiro sonrió.
-De la misma manera en la que voy a meterlo en tu agujero- te tiro a la cama y ubico bien tu cuerpo - ¿No te gustaría tener 26 centímetros en tu agujero? - sus dedos rozaron ambos estrechos agujeros haciendo quejar- dime, en cuál de los dos.
Te iba a doler, incluso en tu boca te dolió meterlo solo hasta menos de la mitad, que sería de tu cuerpo.
-No quiero- hablaste, el abrió tus piernas, palmeo tu coño con fuerza haciéndote jadear y echar tu cabeza hacia atrás.
- ¿No quieres? - metió dos dedos para luego moverlos y sacarlos- ¿segura? - la palma de su mano paso por tu zona agarrando los fluidos que salían -Mira, solo me diste una mamada y estas toda húmeda- extendió sus dedos mostrando el hilo de fluido que los conectaba y como estos resbalaban en sus dedos, llevo su mano a su miembro empapándolo - ¿Decides tu o lo hago yo?
Agarro un vibrador, sentiste miedo al ver que eso se veía demasiado diminuto al lado de su pene.
Comenzó a jugar con tus dos agujeros pasando el vibrador por la entrada y mojándolo de tus fluidos- Decido yo.
Metió el vibrador en el agujero más pequeño sacándote un grito, para luego tapar tu boca y entrar casi por completo dentro, tu cuerpo se elevó y eso pareció gustarle.
Levanto tus piernas ubicándolas a los lados de su cadera al mismo tiempo que elevaba tus caderas dejando solo tu espalda y cabeza pegadas al colchón, no entraba del todo y eso pareció fastidiarle.
-Diablos...me duele.
- ¿Quieres que cambiemos de agujero?- negaste.
El llevo un ritmo suave, pero parecía ese no ser su forma de hacerlo así que empezó a penetrar con fuerza, sus manos presionaban tu piel dejando moretones, te aferrabas a las sábanas del mismo dolor, pero no negabas que se sentía bien.
Una de tus manos rasguño su muñeca y gimió ante la sensación de ardor.
- Tan apretada- sonrió para luego salir de ti dejándote temblando, saco el vibrador y el ubico un condón al mismo tiempo que lo hacia el. - Cambiaremos- te ubico boca abajo dejándote con el trasero arriba.
Extendió tus glúteos y sonrió al ver que tal vez faltaba un poco para que su miembro entrara, pero no le importo.
Metió el vibrador y te quejaste por la sensibilidad de tu cuerpo- Tal vez duela un poco- hablo, ubico las manos detrás de tu espalda, encendió el vibrador y entro lento, cuando al fin entro todo sentiste tus entrañas contraerse provocando que el gimiera.
-No te muevas- le hablaste.
-Debo hacerlo- Comenzó lento disfrutando un poco de la lentitud, pero luego solo empezó a su ritmo, tu mano fue a su abdomen empujándolo hacia atrás ya que empezaba a dolerte, pero él no quería parar.
