Ran Haitani.

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Un matrimonio arreglado y falsos sentimientos que tuvieron que crear entre ustedes, sin embargo, sabían cómo iba a terminar todo eso.

- ¿Deberíamos divorciarnos? - le hablaste a Ran, el solo tomo un poco de su vino.

Nunca se amaron en su totalidad, al principio lo aceptaron por el hecho de que les convenia, ambos eran atractivos en todos los aspectos y la unión de sus empresas solo les daría más dinero, pero con el pasar de los años la poca chispa que había se agotó.

-Lo estuve pensando y siento que es lo mejor.

- ¿Qué dirán nuestros padres?, llevamos 20 años casado, ya estamos viejos como para divorciarnos.

-No tenemos hijos, no le veo ningún problema a nada- asentiste ante lo que dijo Ran- sin embargo, voy a extrañar las noches de sexo.

Tal vez era lo único por lo que no se separaban, el sexo era demasiado bueno para ambos y a pesar de estar con otras personas, ninguno podía ofrecer lo que ustedes se daban.

-Podemos seguir enrollándonos, simplemente ex que aun quieren placer, no voy a buscar a otor hombre, pasare mi vida sola.

-Me tienes a mí, a pesar de todo soy tu amigo- sonreíste, Ran se levantó y te dio un beso en los labios, tus manos fueron a sus abdominales.

-A pesar de tener 40 años sigues estando como alguien de 20- Ran retiro tu camisa.

-Digo lo mismo-  Ran agarro tu cuerpo para llevarlo al sofá, a pesar de no tener la misma energía que cuando eran jóvenes disfrutaban sus rondas algo largas para al día siguiente ir a trabajar.

Ran coqueteaba con una de las chicas que trabajaba en su oficina, incluso frente a ti, no te importaba, sin embargo, cuando un chico te coqueteaba el interfería diciendo algún comentario fuera de lugar.

No te amaba, lo sabias, el simplemente era posesivo con lo que tenía en sus manos y tú eras de su propiedad.

No les llevo mucho tiempo hacer el divorcio, a pesar de las quejas y todo lo demás, y aunque creías que se iba a ir de la casa o el esperaba que te fueras.

Ninguno lo hizo, se acostumbraron a su presencia, su rutina, porque en su corazón solo cabía el otro, la amistad del otro.

Ran era un excelente compañero y para el tu igual, vivieron juntos como de costumbre, algo que se les hizo raro a su familia, pero pensaron que tal vez habían tenido sus problemas en el matrimonio y si pasaba algo ya sabían que podían solo irse de la vida del otro.

Pero no fue así, ambos permanecieron juntos hasta viejitos, disfrutando de la amistad del otro y de lo que el otro le daba.

Porque a pesar de haber perdido al que sería el amor de tu vida, acabaste consiguiendo al mejor compañero y la mejor amistad que pudiste haber tenido.


One shot- Tokyo RevengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora