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-¿Hombre lobo?- tocaste su rostro- Claro, te creo.
-¡TE LO JURO!- Izana movió su cola- yo lo vi, me hizo Grrr, debes tener cuidado.
-Hablo, la persona que anda con un humano.
-__, tu celo esta por llegar, ¿no te tocaba en luna media?, pues mañana sera media luna.- Lo miraste- sera mejor que tengas cuidado, sabes bien que el olor de los zorros es diferente al de otro animal, son mas olorosos, incluso yo siendo un gato me siento tentado al olerte.
-Tienes pareja.
-Pero tengo pareja- Izana se levanto y tu lo despediste, caminaste hacia tu casa en donde seguramente estaba el.
Taiju.
El chico lobo que tenia locas a las mujeres, tanto de la especial animal, como la humana, todos estaban lamiéndole los pies.
Menos tu.
No le veías lo genial, solo aullar en luna llena y tener buen pelaje.
Sin embargo el buen pelaje un zorro también lo tenia y tal vez era eso, al ser zorro tenias las expectativas algo altas ya que todos los de tu especie eran lindo, nada agradable ya que tienden a manipular y mentir, pero eran apuestos.
Tal vez eso hacia que podían tener a todos en sus pies.
A Taiju le heria en el ego que alguien como tu no lo notara, el pasaba y ni lo veías, incluso si te decía algo solo le respondías cortante porque no veías nada extraordinario en el.
-Hola- Taiju te miro de pies a cabeza, comenzó a olfatear tu cuerpo- ¿De nuevo ese gato con olor a pescado?.
-Izana es mi mejor amigo, así que ten mas respeto por el, lobito- El gruño y se hizo a un lado, te siguio pero lo detuviste- ¿Que haces aquí?.
-Vine a verte.
-No quiero ver tu horrible rostro.
-Dices cosas que me lastiman.
-Busca algún doctor que te cure entonces- el sonrió de lado
- tu celo es pronto, el olor que desprendes es diferente y mas fuerte, incluso tu cola se anda poniendo algo rígida con el leve toque.
-¿Y que si estoy en celo?.
-Puedo ayudarte- lo miraste- Los hombres lobos la tenemos grande, puedo satisfacerte- le cerraste la puerta y subiste a tu cuarto, Taiju grito pidiendo que le abras pero lo ignoraste, se convirtió en lobo para poder entrar por la mini puerta que tenias cuando en ocasiones estabas transformada en zorro y no querías convertirte en humano.
Sacaste tu ropa y te pusiste solo una camisa grande de botones que le habías robado al tatuado, incluso quedaste con pequeñas medias ya que no querías ensuciar tus pies con la poca tierra que había en tu casa.
