Coincidencia inevitable Blue_and_Pink: Parte 5

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[Ayúdame, Kaname Madoka.]

La escena no era muy realista: Ella, Kaname Madoka, de 14 años de vida, con cabello rosado atado en un par de colitas cortas y tiernas, con una cara más linda que hermosa y con el uniforme de su escuela puesto, estaba frente a una especie de gato blanco y de ojos rojos que podía hablar usando algo que bien podría considerarse telepatía, ya que resonaba directamente dentro de su cabeza. El animalillo frente a ella estaba hecho polvo y acababa de caer del ducto de la ventilación.

Por más inofensivo y tierno que pudiera aparentar ser esa cosita blanca, la cuestión es que ella aún tenía miedo de él, seguramente más por ese miedo innato que tenemos a lo desconocido.

—¿Cómo es que sabes mi nombre?

Enternecida y preocupada por ese «gato» blanco de orejas de liebre, se acercó y lo tomó entre sus brazos, con cuidado, para no lastimarlo más de lo que ya estaba. Lo que vio al levantarse fue...

—Homura-chan...

Ahí, con una pose intimidante, se encontraba Akemi Homura; ya no tenía su arma de fuego. Justo detrás de la niña estaba la persona extraña a la que acababa de encontrar.

—Aléjate de eso —ordenó la chica de cabellos azabaches.

Aún con la extraña creatura entre sus brazos, la pelirrosa con uniforme escolar replicó.

—¡Pero este pequeño está herido! —Ese gato tan extraño respiraba con dificultad—. ¡No le hagas cosas crueles!

Homura comenzó a caminar, Rilet permaneció en su lugar viendo la escena con unos ojos de quien está viendo una emocionante película en el cine.

—Esto no tiene nada que ver contigo —las planas palabras de la chica del escudo resonaron por el oscuro espacio en el que estaban.

—¡Pero él me llamó! —Gritó desesperada—. Lo escuché diciendo "sálvame".

—Ya veo...

El ambiente se heló y, por un segundo que pareció eterno, Madoka y Homura se miraron a los ojos tratando de decirse algo, tratando de entender a la otra.

Rilet giró la cabeza hacia la derecha y vio algo ahí.

—Homur...

No terminó de decir su oración, ni siquiera una palabra, porque un baño de dióxido de carbono proveniente de un extintor eliminó la visión de ambas y amenazó con asfixiarlas.

—¡Madoka, por aquí! —Gritó la chica peliazul que vació el extintor.

—¡Sayaka-chan!

Miki Sayaka era una chica de lo más normal (aunque tenía el pelo azul hasta poco arriba de los hombros). No resaltaba en nada más que un poco en deportes y en lo alegre que solía comportarse. Ella era la mejor amiga de Kaname Madoka y el tipo de persona que arriesgaría su vida por sus amigos y por lo que consideraba correcto. Ese tipo de personas, aunque elogiables, eran algo molestas a veces.

En fin, Sayaka lanzó el extintor con todas sus fuerzas hacia la nube de gas. Luego tomó la mano de Madoka y salieron corriendo para perderse en la oscuridad de los pasillos de ese centro comercial.

Akemi Homura, sin embargo, levantó la mano y, como si de magia se tratara, provocó una gran ventisca que disipó el CO₂.

Ahí, a su lado y agachada en el piso, estaba Rilet sobándose la cabeza y con lágrimas a punto de salir de sus ojos.

—¿Por qué siempre me pasan estas cosas a mí?

El contenedor vacío del extintor le había dado en la frente.

Homura se limitó a verla hacia abajo.

—¿Eres estúpida? ¿Qué pasó con tu gran velocidad?

—¡Sí, lo soy! —Se levantó de su lugar—. ¿¡Algún problema!?

La pregunta retórica de ese monstruo de piel morena fue ignorada. Para empezar, no se suponía que respondiera a la pregunta retórica de Homura.

Justo en ese momento, un paraje extraño, psicodélico y retorcido se superpuso con el panorama del estacionamiento y la bodega de un centro comercial. Pero no sólo eso, una sensación viscosa y trepidante de peligro y de que algo estaba terriblemente mal atravesó el corazón ambas.

—¡WWoaaahhh! ¡Esto es increíble, pato! —Giró sobre su propio eje para ver lo más que pudiera—. Y yo que pensaba que era cosa del estudio...

—¿Sabes lo que está pasando?

—Es la barrera de una... —no recordaba el término que debía usar— bruja, ¿no es así?

—Pareces estar bien informada. Me dirás todo lo que sabes cuando acabemos con esto.

—Sí, sí, Homura-sama.

Puella Magi Madoka Magica: 青 怪物 の 物語 (Ao kaibutsu no monogatari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora