Arreglando el malentendido True_Contract: Parte 11

4 0 0
                                    

Sakura y Shaoran esperaban sentados en la banca de un parque cercano a la secundaria. El día era tranquilo y el sol no era muy fuerte, así que se sentía agradable con el poco viento que hacía. Compraron jugos en una máquina expendedora, así que no se sentía como si estuvieran en un mundo desconocido.

—Shaoran-kun, esta ciudad es muy linda... —veía los rascacielos modernos que se asomaban por encima de las copas de los árboles—. ¿Crees que nuestro mundo se vuelva así en unos años?

—Supongo que sí, es el futuro después de todo —no tenía idea, así que lo dejó ahí con una sonrisa—. Sakura, ¿de verdad quieres involucrarte en esto?

Ella dejó la lata de jugo a un lado, sobre la banca, y tomó la mano del chico.

—No tengas miedo...

—¡Pero...! —Parecía que se soltaría a llorar en cualquier momento—. ¡Si algo te sucediera...!

—Estamos con todos —apretó la mano de Shaoran—. Mami-chan, Sayaka-chan, Madoka-chan, Akemi-chan, Onii-chan, Yukito-san, Kero-chan, Yue, Dai-kun y hasta Rilet-san... No tengo miedo en absoluto, no me pasará nada.

El suave tacto de su mano y lo delgado de sus dedos no lo convencían del todo. ¿Cómo podía decir ser tan fuerte con un cuerpo tan delicado? No lo entendía, pero si lo pensaba con calma, siempre había sido así. Por eso pudo tranquilizarse un poco.

—Shaoran-kun...

—Sakura...

Por alguna razón que desconocía, sintió ganas enormes de besarla. Ella tenía una mirada completamente inocente y común, así que se sintió mal consigo mismo. Pero lo haría, daría el primer paso, se sentía con la necesidad porque la sombra de la catástrofe se veía cada vez más cerca; sin embargo, antes de que pudiera siquiera poner sus labios por lo menos en su mejilla, los pasos rápidos de una chica lo sacaron del trance.

—Ya... regresé... —respiraba con dificultad y había tardado casi nada, así que seguro que corrió a toda velocidad de ida y vuelta—. ¿Cuánto... me tardé...?

Sakura, sin ser consciente de las intenciones de Shaoran, vio su reloj y dio un veredicto.

—Catorce minutos... —se levantó para cederle el asiento—. ¡Eres muy rápida, Sayaka-chan!

—Sí, bueno... —se tiró en el banco con todo y su equipaje, amenazando con tirar también el jugo de Sakura— años de experiencia corriendo tras de cierto idiota...

—¿Hoee?

Era mejor que Sakura no entendiera esas palabras.

—Es mejor que no preguntes, Kinom... —se lo pensó— Sakura.

¿Lo ven? Hasta Homura sabía de lo que hablaba.

—¿¡Qué quiere decir eso, Akemi!?

—He visto cien futuros distintos, en ninguno estuviste con Kamijou.

—¡Eso sólo aumenta las posibilidades de que sea yo la que se lo quede!

Cargando una mochila blanca no muy grande, Akemi Homura suspiró en preocupación.

Sakura sólo pudo sonreír. Sabía lo que era no ser correspondida, pero al mismo tiempo no se imaginaba cómo sería que Shaoran no la quisiera a ella.

—No deberíamos involucrarnos en la vida amorosa de otras personas —se puso de pie, la banca era cómoda con Sakura a un lado, pero ya no más—. Vámonos.

—¿Hoe? —Ladeó la cabeza—. Pero Madoka-chan y Mami-chan...

—Kaname y Tomoe ya están aquí —señaló en dirección de la casa que los acogía—, vienen por allá.

Ninguno podría verlas, pero Sakura y Homura asintieron al «sentir sus presencias». Con el ceño fruncido y tratando de verlas, Sayaka se levantó con todo y sus cosas, comenzó a seguirlos.

Al cabo de un tiempo, las encontraron a las orillas del parque.

—Ara... ¿No decidimos vernos más al fondo?

—Las vimos llegar.

—¡No es cierto —respondió al chico—, ¿cómo ibas a verlas desde tan lejos?! —Se giró hacia la castaña—. Sakura, ¿verdad que no las veías?

Sakura llevó uno de sus dedos a un lado de su sien, buscaba palabras adecuadas.

—No las vimos, pero se sentía como «pumu pumu» y «pin pin»...

—Entiendo, entiendo... —se encorvó y siguió su camino— cosas de magos, ¿no?

—Sayaka-chan... —sonrió, de nuevo, como diciendo «no tienes remedio».

Todos iniciaron la caminata. Comenzaban a comentar sobre las cosas más triviales del día y de qué sería lo que quería platicar Dai, pero en su camino apareció cierto ser blanco de ojos rojos.

[Hola, Madoka, ¿pensaste en mi propuesta?], luego caminó hasta la Card Captor, [Tú, Sakura, ¿pensaste en lo que te dijo Armando?]

Obviamente, Armando no le dijo nada, así que Sakura no supo qué responder, por otra parte, Madoka...

—Kyubey... —puso cara seria y negó con la cabeza—. No puedo aceptar el trato.

[¿Por qué? Si lo piensas bien, no es un mal tr-.]

—Voy a salvar a las Puella Magi de la maldición que lanzaste sobre ellas... —permaneció en silencio unos segundos— y encontraré una manera de arreglar el problema que tienen ustedes...

[Eso es imposible. ¿Por qué tú y Armando se esfuerzan en decir tales sin sentidos?], sin malicia, sin una pizca de burla; Kyubey hablaba muy en serio.

Si lo pensamos con calma, Kyubey tenía razón. No se darán los detalles, pero la Segunda Ley de la Termodinámica, el constante aumento de la entropía, la pérdida de información constante y la muerte térmica del universo... Lo veas como lo veas, no se puede luchar contra eso; es por la Segunda Ley que existe la contraparte de la vida. Pero ella...

—No importa que sea imposible —sus ojos ardían en pasión—, no importa que me lleve toda la vida, ¡yo...!

Se percató de los ojos completamente abiertos y las cejas curvadas que la veían. Ella simplemente se dejó llevar y ahora su cara comenzaba a teñirse en rojo.

—Yo... no sé... ¡Ya pensaré algo!

Abrazó su mochila con ropa y útiles y corrió sin tapujos en la dirección equivocada.

—¡Kaname-san, espera!

—¡Madoka!

—¡Madoka-chan, no es por ahí!

Las chicas se fueron tras la pelirrosa. Así pues, sólo quedaron Shaoran, Homura y Kyubey.

[Vaya... Se fueron.] Realmente sonaba como algo trivial. [¿No quieres formar tú un contrato conmigo?, pareces muy interesante.]

—No, gracias.

—¿Y si lo acribillo? Ayuda a calmar los nervios.

—Deja eso, vámonos.

Akemi se alzó de hombros. Shaoran emprendió camino en la dirección correcta esperando que las demás los alcanzaran en algún momento. Entonces Homura lo siguió con la expresión de un niño pequeño al que le dijeron que no debía jugar más videojuegos.

[Si cambias de opinión estaré cerca...]

El pequeño monstruo se quedó ahí, viéndolos desde atrás con una especie de sonrisa que, más que vacía de emociones como sus ojos, parecía llena de expectación.

Puella Magi Madoka Magica: 青 怪物 の 物語 (Ao kaibutsu no monogatari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora