El conjuro más poderoso Love_Sacrifice: Parte 10

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 —¡Midari Hoshiennrei!

El reloj de arena apreció y las llamaradas verdes cubrieron todo el espacio. Tenía que evitar que Kaname Madoka pidiera tal deseo y se convirtiera en alguna criatura desquiciada como la que poseyó a Armando, pero, incluso con el tiempo detenido, una columna de luz color sakura pareció engullir el mundo.

Una suerte de llama sagrada del mismo color de la luz, que ya había desaparecido, envolvía a Kaname. Su cabello estaba suelto y era ligeramente más largo de lo que él recordaba que debía ser. La rosa en la punta de su arco se abrió por completo.

Las puella magi que intentaron llegar hasta Kaname se quedaron paralizadas en su lugar.

—¡No, Madoka! —Ya no podía volver atrás en el tiempo, ya no podía salvarla—. ¿¡Por qué hiciste esto, Madoka!?

—Perdóname, Homura-chan, pero es la única forma de acabar con esto...

Sus ojos dorados, llenos de misericordia y tranquilidad, ni siquiera vieron a esa, su mejor amiga.

En el cielo, dos monstruos chocaron. Rilet fue atravesada en el abdomen por la Xiuhcoatl, pero, al mismo tiempo, Armando fue perforado justo en el corazón por ese muchachita de alas de mariposa.

—Por fin... te alcancé... —sonrió, no como siempre, era la sonrisa más cálida y linda que Armando hubiera visto jamás.

—¿Ri...let?

Detrás de Armando apareció esa bruja de cabello negro y vestido púrpura con azabache. Reía, estaba más que complacida con el final de su obra, pero una flecha rosa los atravesó a los tres en hilera.

El poder del jaguar negro, que ahora contenía todo el odio de Armando hacia el mundo y su existencia misma, que tenía el resentimiento por haber dejado que sus amigos murieran, desapareció; lo mismo pasó con Schwarz Nacht, fue borrada por completo antes de que alguien pudiera siquiera decir algo. Y la flecha siguió su camino hasta el cielo, en donde se convirtió en una lluvia aún más impresionante que la que hizo Sakura.

El mundo volvió a mostrar un cielo claro y limpio. La noche forzada había desaparecido y no quedaba rastro alguno de ella.

¿Qué efecto tuvo esa flecha en Rilet?

—Dai... —sus lágrimas se desbordaron por sus mejillas—. ¡Dai, yo...!

Las alas de ambos desaparecieron y la Xiuhcoatl regresó a su forma sellada: la katana azul cielo. Entonces ambos cayeron en picada, pero fueron rescatados por Cerberos.

—¿Sakura-sama? ¿Qué fue lo que...?

—Fallamos, Armando-san... —Sus cuerpos y los de Shaoran y Touya, se descomponían en pequeñas partículas de luz, como cristalitos—. Madoka-chan se convertirá en una diosa...

Era la información que le fue proporcionada por Rilet. Armando no tenía manera de saberlo, pero lo cierto es que, si ella lo decía, debía ser verdad.

—¡Maldición, maldición! —La sangre de su abdomen no se detendría y eso significaba que serían borrados de ese mundo—. No pude salvarla, maldición...

Incluso entre sus lamentos y maldiciones, la chica que disparó la flecha sonrió satisfecha. Su figura estaba frente a él, lo veía con dulzura.

—Gracias, Dai-kun, pero este no era tu problema desde el principio —le dio un beso en los labios, esos que ya eran prácticamente transparentes—. Ten una vida feliz junto a Rilet-chan.

El mundo fue borrado y reescrito otra vez, pero esta vez la Card Captor, sus amigos, Rilet y Armando ya no estarían ahí.

La gratitud hacia Homura, la derrota de Kriemhild Gretchen, las luchas contra los demonios... Todo seguiría la misma línea que en la ocasión original, sólo una cosa sería distinta: el odio que sentiría Akemi Homura por Armando Luna.

—¡Si te vuelvo a ver alguna vez, no te escaparás tan fácilmente!

Puella Magi Madoka Magica: 青 怪物 の 物語 (Ao kaibutsu no monogatari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora