Puella Magi Madoka Magica: 青 怪物 の 物語 (Ao kaibutsu no monogatari)

Sentimientos de amor Chaotic_Future: Parte 8

El mar estaba picado y el cielo relampagueaba, era raro a esas horas, aún era un momento entre las 11:00 pm y las 12:00 a.m.; además, unos momentos atrás ni siquiera se movía y no había nubes.

—David, ¿qué quieren decir con el Tenebroso? ¿Qué es el ejército de la humanidad?

—No lo pienses demasiado —se dio media vuelta, aún tenía un poco de tos—, nosotros no somos combatientes.

—¡Pero...!

—Sígueme, nuestro trabajo está adentro.

Se metió de nuevo entre los locales. De ahí salían personas con armas largas. Algunos eran humanos, pero otros claramente no lo eran: orejas largas, garras afiladas, pelo en partes del cuerpo donde no es normal tener... algunos ni siquiera parecían personas...

Siguió a David por detrás y volteó de reojo. Vio a su hermano y su cuñada, ambos con las armas largas que llevaban los demás, gritando y moviéndose de un lado a otro; parecían los generales dando indicaciones.

—¿Por qué mi hermano está usando armas? ¿Qué pasó con el poder de Tezcatlipoca?

—Lo sacrificó para detener el avance de la radiación.

—Entiendo...

Dentro había locales y bodegas llenas no sólo de pescado y productos del mar variados, también había armas y comidas distintas. Algunos de los locales tenían agujeros en el suelo o las paredes, de ahí es de donde salían los seres no humanos.

—¿Qué está pasando?

—Aún hay —lo atacó un poco de tos— grupos de seres vivos que están en la Tierra en fases diferentes... No les llegaba la radiación y pudieron permanecer en sus viviendas durante un tiempo, pero...

—Una fase colapsada causó el colapso de las demás. ¿Cuándo empezó esto? ¿Por qué la humanidad está...?

El sonido de disparos interrumpió su conversación. El andar de todas las personas se aceleró. Cuando el muchacho quiso salir corriendo a ver lo que sucedía, David lo sujetó por el brazo.

—Tu hermano te dijo que te quedaras aquí, no puedes ir a pelear. ¿Quieres que se enoje contigo?

—¡Pero...!

Un Night Crawler blanco entró corriendo con una niña pequeña inconsciente en su base.

[¡Necesito ayuda con esta niña!]

Armando reafirmó su pisada y se zafó del agarre. Entonces corrió hasta ellos y tomó a la pequeña en brazos.

—¿¡Qué le pasó!?

[No lo sé, cayó desmayada al bajar de la barca.]

Los demás pasaban corriendo y algunos hasta con heridos. Pero él no estaba concentrado en eso. La muchachita tendría unos cinco añitos, su piel era más blanca que la de su hermano incluso y su cabello, igual de negro que el suyo, sus orejitas eran larguísimas comparadas con las de un humano y era tan ligera como una pluma.

—Es una elfa... Pero tiene poca afinidad con el maná de agua... ¡Ya sé! —Extendió su mano hacia atrás—. ¡David, una navaja!

El hombre delgado se la pasó de inmediato. Cortó su propia muñeca y la de la niña. La sangre no se hizo esperar.

[¿¡Qué le haces!?]

—Dejaré que se salga el maná que absorbió del mar por medio de su sangre y le daré mi maná por medio de mi sangre; tengo afinidad con el fuego, ella también.

Puso su muñeca sangrante a la altura de la boca de la niña, la hizo tragar a la fuerza. Sostuvo su brazo con fuerza para controlar la salida del sangrado de la pequeña.