Arreglando el malentendido True_Contract: Parte 12

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Dai despertó para encontrarse con un techo que no reconoció. Se levantó, recordando que estaba en «un sueño», pero encontró una cobija manchada con sangre seca.

—Yo estaba...

—Cortaste la maldición de una bruja, pato —el sonido venía exactamente de un lado—. Casi te mueres sin darme amor.

Giró su cabeza en dirección de la voz y encontró a Rilet recostada a un lado de él. ¿Por qué no la había notado antes?

Levantó la cobija y vio que estaba desnudo de arriba a abajo, luego la levantó de su lado y vio que lo mismo pasaba con ella: su figura era diabólicamente encantadora, no pudo evitar sentir «el impulso», pero lo suprimió de inmediato.

—Espero que no hayas hecho que te diera amor mientras estaba inconsciente —muy dentro de él sentía que no sería tan malo recibir un «Sí, lo hice» por respuesta.

—¡Soy una peleadora, no una violadora, pato!

—Sí, lo que digas... —se puso en pie y notó que las secuelas de usar el Destructor de Estrellas habían desaparecido—. ¿Qué hiciste?

Ella también se bajó de la cama y comenzó a vestirse.

—Te curé con un poco de mi... ¿Cómo le dices tú...? ¿Ki?

—Entiendo —tocó sus labios, comprendió el procedimiento sólo con esa información—. Gracias —se encontró viendo sus hombros y cómo su cabello se pegaba a la piel desnuda de su espalda—, te debo una, Rilet.

—No, estamos a mano, pato —se puso el sostén—, ahora yo también te salvé la vida, podemos pelear a gusto.

«¿Acaso todo es pelear contigo?»

—¿Cómo está Kyouko?

—Limpié su Soul Gem como lo hiciste con la de Mami-chan ayer —se puso la torera y sacó su cabello de golpe, parecían varias fibras de telaraña brillante—, ella terminó de limpiar la sala.

—¿Y Touya y Yukito?

—Pateé un poco a ese pato, es un poco fastidioso.

—Tendré que disculparme con él...

El silencio permaneció por un instante, entonces Rilet lo rompió, extrañamente siendo consciente de eso.

—Dai... —mostró su sonrisa alargada—. No has dejado de verme, pato, ¿se te paró el amiguín?

El rostro de Armando se prendió automáticamente en rojo y llevó sus manos a su entrepierna para comprobar. No era cierto, no se había levantado nada.

—¡No inventes cosas!

Ella se rio y salió corriendo del cuarto.

—¡Escuchen todos, a Dai se-!

—¡AAAAHHHHHHHHHH!

No dejaría que esa información se filtrara, no importaba qué. Abajo, los chicos se asustaron por el grito y subieron corriendo a toda velocidad; los guardianes de las cartas hasta se transformaron.

—¿¡Qué sucede, Armando-han!?

—¿Por fin mostró su verdadero rostro?

—Esto es...

—Presiento que es algo estúpido, vámonos.

Rilet y Armando forcejeaban en el suelo. Él trataba de taparle la boca y ella de decir algo. Ambos tenían lágrimas en sus ojos, pero claramente eran de orígenes distintos.

—¡No vas a decirle a nadie lo que pasó!

—¡Pa-! —Amordazada—. ¡...ai...! —Otra vez amordazada—. ¡... su pit...!

Kyouko se tapó las orejas y comenzó su camino hacia abajo.

—Definitivamente, es algo estúpido, ¡vámonos!

Puella Magi Madoka Magica: 青 怪物 の 物語 (Ao kaibutsu no monogatari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora