Sentimientos de amor Chaotic_Future: Parte 9

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Estuvieron dando vueltas por el parque y platicando de cosas triviales, las cosas estaban marchando muy bien. El asunto es que el estómago de Sakura rugió por sí solo en un momento determinado, causando que todos dijeran que también tenían hambre con tal de no hacerla pasar vergüenzas. Así, terminaron llegando a una cafetería de estilo occidental que estaba perdida en una esquina de un edificio de la ciudad.

—Dai-kun, éste no se siente como un lugar que tú frecuentes...

—Eres más directa con las cosas más extrañas, de todas formas me duele...

El sitio, a pesar de que no parecía ser muy popular, era elegante, un sitio que unos chicos como ellos no deberían estar visitando. Bueno, tal vez Shaoran y Sakura sí tenían el porte, pero los otros dos...

Como fuera... El local fue amueblado con mesas, sillas y sillones de una madera que se veía diferente de la que ella estaba acostumbrada a ver, se preguntaba si serían de caoba o algo como eso, pero la verdad es que sólo estaban cubiertas con un barniz especial; cualquiera que no supiera de maderas no podría decir la diferencia. Había una barra tras la cual había una bella mujer que preparaba todo tipo de cafés, hay una palabra para ese tipo de especialista, pero ninguno de los dos lo sabía; «se llaman baristas», terminaría aclarando Shaoran.

La cafetería se veía como un buen lugar, del tipo que podría volverse famoso rápidamente, pero por alguna razón no tenía muchos clientes. Tal vez era más famoso de noche porque había una sección de bar que, aunque de momento estaba cerrada, se veía ridículamente bien armada de vinos y licores.

En fin, esos cuatro ya estaban sentados y listos para ordenar, pero Shaoran y Armando lograron ver cierto cabello rubio y a cierto hermano celoso a la distancia sentados en la última mesa.

—Armando, eso es...

—No te fijes, no los conocemos...

No le dirían a las chicas, pero ¿quién sabe? A lo mejor ya se habían dado cuenta.

—¡Esta malteada se ve deliciosa! —Le enseñó el menú a su chico—. ¡Pide una de estas y me das un trago, yo pido esta y te doy del mío!

—¿Eh? ¡Ah! —Estaba nervioso por tener a Touya vigilándolo—. Sí, sí. Voy a pedir eso...

—¡Armando-san, esto es increíble! ¿¡Cómo encontraste este lugar!?

—Salgo en las mañanas a buscar brujas con Kyouko, encontramos este sitio hace una semana... ¡...!

Mencionar a otras mujeres en una cita está... ¡Rotundamente prohibido! La expresión de Madoka se quedó completamente congelada sólo con escuchar esas palabras. Pretendía esconderlo detrás de su menú, pero...

«¿¡Qué hago ahora!?», vio a Sakura preguntando eso.

—¡Oh...! —Tenía que ayudar a no romper el corazón de Madoka—. ¡Onii-chan me dijo que fueron los tres juntos, ¿no?!

—Sí... También Touya nos acompaña en las mañanas... Y Rilet... O sea, todos... Porque somos nakamas, ¿cierto?

¿Eso habría arreglado algo? Quién sabe.

Una mesera de mirada helada y traje negro llegó y se paró a su lado. Su presencia era terrorífica.

—Hoee... —se apresuró a ver el menú, supuso que su presencia era una manera de decirle que se apuraran—. ¡Yo voy a querer una... eh.... EH...!

—Un club sandwich y una malteada de fresa, por favor.

—A los extranjeros suele interesarles el omuraisu —sus penetrantes ojos perforaron el alma de Armando—. Eres otaku, ¿no? Vas a querer omuraisu...

—¿¡Qué clase de mesera eres!? —Estaba indignado por la discriminación, no a los extranjeros, sino a los otakus—. ¡Pero sí, dame también un maldito omuraisu!

Madoka se rio desde el otro lado.

—Yo quiero un té verde, una malteada y... —enseñó el menú a la mujer que escribía en su libreta sin siquiera ver— uno de este —señaló una ensalada— y otro de eso —luego una pasta con carne.

—Entendido —asintió—. ¿Para esta linda pareja de por acá?

Los rostros de Sakura y Shaoran casi explotan, pero ella logró recobrar un poco de entereza y ordenó.

—Croquetas de pescado y ensalada, por favor... Y té verde...

«¡Sakura-sama, tu malteada, dijiste que querías malteada!»

—Yo... quiero estos camarones a la mantequilla y... té oolong.

«¡Ustedes dos se olvidaron por completo de sus malteadas!»

Armando una vez se enfermó por comer productos del mar y leche, por eso no les recordaría acerca de sus malteadas, pero había algo raro en la manera en que perdieron por completo la concentración.

—Oigan —giró un poco su cabeza, su rosado cabello revoloteó un poco—, lo he estado pensando, pero... ¿No nos han estado siguiendo los demás?

Shaoran y Armando se petrificaron en su lugar. Se dieron un vistazo y suspiraron.

—¿Te habías dado cuenta, Kaname? ¿Tú también, Sakura?

Madoka asintió, Sakura quiso proponer algo.

—Sí, pero... No sabía si estaba bien decirlo... ¿No deberíamos decirles que vengan?

Armando sonrió.

—No, de hecho... —sus ojos estaban llenos de maldad incluso ahora que parecían más humanos—. ¿Por qué no los troleamos un poco?

—¿Hoee?

—¿Eso está bien...? ¡¿Cómo?!

—Armando, es peligroso, déjalo as-.

Se calló porque vio que el chico no le haría caso. Se levantó un poco de su asiento y acercó su cara a la de Madoka. Entonces quitó unos mechones de cabello de su mejilla y acarició su piel.

—¡¡Da-Da-Dai-ku-ku-kuun!!

—Aguanta un poco —susurró—. Madoka, tú... —dijo más fuerte.

Levantó un poco los labios, obvio no la iba a besar, pero eso bastó para que un mondadientes volara directo a su ojo.

—¡Aaaaahhh! —Llevó sus manos a su cara y se retorció—. ¡Maldición, Homura!

[¡Eso te pasa por lascivo e inapropiado!]

[¡Espera mi venganza, chiquilla!]

Sakura y Shaoran suspiraron. Fue una suerte que no los hubieran sacado por los gritos de Armando. Madoka tenía el corazón en la mano, así que ni siquiera se dio cuenta de quién había protegido sus labios.

Puella Magi Madoka Magica: 青 怪物 の 物語 (Ao kaibutsu no monogatari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora