El conjuro más poderoso Love_Sacrifice: Parte 8

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La lluvia sagrada de Sakura y los impactos de Rilet y Armando eran todo un espectáculo. Si eso fuera una película de acción, sin duda se llevaría el premio a los mejores efectos especiales.

Las cuatro integrantes del Holy Quintet que protegían a Shaoran ya estaban también en las últimas. No se imaginaban que un choque entre esos bandos fuera a causarles tanto daño.

—Sayaka-san, necesito tu espada por acá —su vientre sangraba—. No pude desviar otra piedra...

—Ya voy.

Shaoran las veía pelear sin poder hacer nada realmente. Aunque ellas tampoco se estaban enfrentando directamente al enemigo. Siendo francos, esa era la peor situación de todas.

—¡Maldición...! —Se mordió el labio hasta hacerlo sangrar—. ¿¡Por qué somos tan débiles...!?

Intentó levantarse con la carta del pactio en sus manos, pero Touya lo detuvo.

—¿A dónde vas, mocoso? ¿No te dijeron que esperaras?

—Pero...

—No eches a perder su plan —no podía moverse, pero seguía siendo tan engreído como siempre—. Tú y yo podremos regresar a nuestro mundo y fingir que esto fue un mal sueño, pero ¿y ellas?

Shaoran levantó la vista. Vio a un grupo de chicas peleando con nada más que escombros y remanentes de los ataques de Armando. No habían ayudado a su querida amiga Madoka sólo para protegerlo a él y a Touya. ¿Podía hacer algo que las pusiera en riesgo? Por supuesto que no.

—Lo siento —desistió por completo—. Es sólo que...

—Tienes un deber, cúmplelo cuando sea el momento. ¿Entendido?

Un meteorito de cabellos plateados y tez casi tan negra como el cielo estrellado cayó del cielo. Por poco se lleva a Kyouko con el impacto, pero Homura la jaló a un lado.

—¿Eso es todo? ¡Vamos, pensé que eras la actriz principal de esta obra!

Rilet se levantó del suelo. Su ropa estaba toda rota y un poco de la piel de su vientre, pecho y piernas se revelaba al mundo. Habría sido algo erótico si su cuerpo no estuviera lleno de desgarres por culpa de las piedras preciosas de la Xiuhcoatl; las heridas abiertas en rojo sangre se abrían como flores esperando marchitarse.

—¿Actriz principal? —Se limpió un poco de sangre de la boca—. No sé de qué hablas, las peleas no son obras de teatro, ¡que te quede claro!

Otra vez esa risa múltiple. Tal vez porque tenía demasiadas frecuencias y timbres... Esa risa desquiciada se metía hasta lo más profundo de sus cabezas.

—Tal vez sea hora de terminar la obra... —levantó la mano izquierda con todo y la macana—. ¿Qué dicen ustedes, princesas?

Un pulso de energía las abrumó por un instante; respirar se volvió incluso difícil después de eso. El arma de la bruja, del demonio, o lo que fuera, resplandeció en azul marino; era una extraña luz que oscurecía el lugar. Entonces el cielo se volvió oscuro y una luna negra y un sol azul se posicionaron detrás de ella. Era un hechizo a gran escala tan abrumador que cambiaba las leyes del cielo vistas desde la tierra.

—¡Pero que...! —Su voz apenas salía de su garganta—. ¡Madoka —gritó, volteando hacia atrás—, aún no acabas de reunir poder má...!

Su cabeza se quedó en blanco cuando vio la figura que se mantenía a un lado de Madoka.

—¡Oye, Rilet, mira, Madoka está con...!

Kyouko fue ignorada por la huitzilica. En cambio, volvió a dispararse a sí misma.

—¡Tlilipaapalootl! (Mariposa negra.)

La pistola con joyas coloreadas en negro desapareció y se metió en su cuerpo. Las alas se volvieron negras, como las de ese monstruo, su piel, pálida como la luz de la Luna y su cabello, negro como esa noche artificial. Su cuerpo se hinchó, sus uñas, ahora de color negro, crecieron tan largas como unos 10 cm y sus escleróticas se volvieron de color sangre.

—¡Daaaiiiii! —Sus colmillos eran también más grandes.

Se elevó en el cielo a una velocidad de locos. El choque entre los dos monstruos ahora era inminente, pero había algo que preocupó más a las puella magi.

—¿Madoka?

—¡Espera, Madoka, te está engañando!

—¡Madoka-chan, detente!

—¡Esa idiota...!

Las cuatro corrieron para intentar detenerla, pero antes de que incluso recorrieran la mitad del camino, escucharon su linda pero decidida voz pronunciar algunas palabras.

—Formaré el contrato contigo, Incubator, por eso... cumple mi deseo.

Puella Magi Madoka Magica: 青 怪物 の 物語 (Ao kaibutsu no monogatari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora