El conjuro más poderoso Love_Sacrifice: Parte 2

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Después de caer tan lejos del grupo principal, Armando encontró algunos problemas para ponerse de pie, pero finalmente lo logró.

—Chingá, ¿qué le enoja tanto? ¿Está tonta o qué?

Por si no fuera poco estar tan cansado, esas tres se ponían a golpearlo. Tal vez tendría que darles una lección más tarde.

Con pasos penosos, se abría paso de regreso. Pero se atoró en un manojo de hilos que ni siquiera fue capaz de ver antes; eran prácticamente transparentes y tan delgados que parecía que se romperían apenas los tocara, pero...

—Son resistentes y duros, ¿qué es este mate...? ¡...!

¡Oh, te diste cuenta! —Era la voz de una mujer; no, tal vez era la voz de varias de ellas—. Estaba pensando en tomar a ese chico que lamentaba su debilidad o a esa chiquilla tan confundida, pero tú eres perfecto: tu oscuridad es realmente profunda.

—¡Walpurgis Nacht!

La misma —la voz sonó desde detrás.

Armando volteó de inmediato, aunque la fuerza de esos hilos rebanó su piel como si estuviera hecha de queso. La sangre escurría, pero extrañamente sus heridas no dolían.

La dueña de la voz usaba un vestido negro con púrpura que en la parte baja tenía, como si fuera las alas de una mariposa, un par de círculos blancos que de alguna manera se veían venenosos. Su piel era blanca, demasiado para ser francos. Y su cabello estaba atado en dos coletas altas a los lados; los adornos de cabello que mantenían su peinado se parecían al sombrero de la bruja.

Bueno, tal vez tenga que hacer una corrección —movía sus carnosos labios pintados de negro sin deformar ni siquiera un poco su sonrisa perfecta—. Soy la Gran Bruja —tomó las orillas de su vestido con sus delgados dedos—, Schwarz Nacht, mis naturalezas son la impotencia y la desesperación, soy la Bruja de los Espectáculos, el Circo, el Teatro y las Tragedias.

—Al diablo con tu presentación, puta bruja —intentó jalarse más, pero los hilos se enredaron aún más a su alrededor.

Es inútil, inevitablemente esos hilos se enredarán en ti —lamió su dedo índice—. Como lo hace el destino alrededor de esa mujercita o de esos chiquillos acaramelados. Sin embargo... —Tapó su boca y rio en voz baja—. Jamás imaginé que cargaras un peso tan grande en tus hombros... tantas tragedias, tanto dolor...

Schwarz desapareció. Dai, rindiéndose de moverse aunque fuera un poco más, la buscó con la mirada, pero no la encontró. Sintió un escalofrío en la espalda.

—... tanta impotencia... —Le susurró al oído.

«¡Suficiente, pediré ayuda!»

Intentó gritar, pero su voz no salió.

¿A cuántos has dejado morir ya, muchacho?

«¡Cállate!»

¿Qué se siente sólo tener malos recuerdos y a nadie que te dé consuelo?

«¡Que te calles, maldita! ¡Cállate!»

Su voz resonaba especialmente fuerte dentro de su corazón. Cada palabra que decía causaba que quisiera lanzar todo a un lado y simplemente desaparecer. Eso tenía que ser una especie de magia o truco, lo entendía, pero era demasiado poderoso como para ignorarlo o pensar una contra estrategia.

Vamos, chico, quieres ser libre, ¿no? ¿Por qué no te liberas y te vuelves parte de mi obra de teatro?

La canción de una caja de música empezó a sonar en su cabeza, no podía ser una buena señal. Se mordió la lengua para resistir, pero ni así fue suficiente para dejar de oír esa melodía.

Se levantan los telones. Ésta será —acarició el rostro del chico con sus fríos, delgados y firmes dedos— la mejor obra de todas.

Puella Magi Madoka Magica: 青 怪物 の 物語 (Ao kaibutsu no monogatari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora