Sentimientos de amor Chaotic_Future: Parte 5

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Shaoran y Armando esperaban bajo un reloj en un pequeño parque arrebolado. El suelo era tan blanco que lastimaba los ojos del moreno.

—¿Por qué me hiciste cambiarme si sólo vamos a comer?

—B-b-bueno —desvió la mirada—, Sakura y Kaname me dijeron que querían agradecerte por todo...

«Sospechoso...»

Vio su ropa. No era nada como lo que estaba acostumbrado a usar en su día a día. Zapatos de vestir, un pantalón café que sí era de su talla y no tres o cuatro arriba, una camisa negra... También lo hicieron peinarse, Mami fue especialmente enérgica respecto a eso. La única posibilidad que se le ocurría era demasiado buena para ser cierta; y no es que no haya tenido indicios de ello con todas las veces que Madoka se sonrojó hablando con él, pero pensó que sólo era cosa de su personalidad introvertida.

—Shaoran, ¿te sientes cómodo teniendo una cita doble con Sakura, Madoka y un tipo extraño tres años mayor que tú?

—No.

—Eso creí...

—Si ya sabías lo que estaba pasando, no deberías haber preguntado...

Se recargó en el poste del reloj y suspiró; también se cruzó de brazos.

—Bueno, tú siempre vistes apropiadamente; al principio supuse que no era así —señaló el cuerpo de Shaoran—. ¿No tienes calor con esa cosa?

Llevaba un chaleco color azul marino y ropa muy formal. Normalmente, alguien no estaría parado en medio del sol con semejante atuendo, pero ese chico estaba hecho de otra cosa.

—No, pero... —no sabía si lo que estaba por decir sería perjudicial—. ¿Estás de malas?

—Sí. Este día era para quedarme a revisar a Touya, me tiene preocupado. De todas formas, le dije a Rilet que le echara un ojo por mí.

—¿Y eso es seguro?

—De momento sí, lo que me preocupa es que no se lo tome en serio.

Kinomoto Touya estaba siendo consumido por el poder de un Dios. Ya era malo desde el principio que un humano manejara algo como eso; ahora que estaba completamente dentro de él, las consecuencias eran peores todavía.

—Lo siento... —bajó la mirada—. No sabía que...

—No te preocupes, no es tu culpa. Igual pude haberme negado y estoy aquí...

Sacó la carta del pactio de Madoka y la colocó en su frente.

[Madoka, ¿me escuchas? ¿Todavía tardan mucho?]

[¡Da-Dai-kun! ¡No, ya cas-! ¡Ah... el perro se cruzó la calle! ¡Sakura-chan, ayúdalo!]

La comunicación se cortó.

—¿Qué rayos hacen esas dos?

—Bueno... —rascó su mejilla—. Sakura es rara...

Armando soltó una carcajada.

—Y tú más raro por salir con ella sabiéndolo.

—¿¡Qué significa es-!?

—¡Shaoran-kun! ¡Armando-san! ¡Lo sentimos, nos retrasamos un poco!

La melodiosa voz de Sakura lo detuvo. Ambos giraron sus cabezas en dirección de la voz. Las dos chicas iban corriendo de la mano, pero una radiante y la otra torpe como nadie más. Llegaron frente a los chicos. Ambas estaban sudando un poco, casi nada; seguro que fue por ayudar a ese perro.

—Da-Da-Da... —se mordió la lengua y apretó los ojos con todo lo que tenía—. ¡Ho hiento!

—Tranquila, respira.

Sus ojos estaban todos lagrimosos. Dejando de lado eso... llevaba una blusa blanca sin mangas y una falda roja oscuro con holanes en los que se perdían unas medias negras; sus zapatos eran rojos, del mismo tono que los de su traje de Puella Magi, pero más afilados y con un poco de tacón. Su cabello estaba suelto y tenía un labial bermellón que la hacía ver simplemente más grande de lo que realmente era.

«La blusa... fue Mami. La falda es cosa de Kyouko, las medias... Homura. Los zapatos... ¿fue Sayaka? El maquillaje es cosa de... ¡Junko-san! ¡Maldición, esto es serio!»

Sakura vestía algo más lindo, como ella. Un vestido rosa de una sola pieza, un pequeño suéter blanco en su brazo y zapatos blancos bajos. Era una buena niña, seguro que no se dejó manipular con las salvajes mujeres de sus alrededores.

—Te ves muy bien, Sakura.

—Tú también, Shaoran-kun.

Se sonrieron mutuamente, parecían haber olvidado que los otros dos estaban con ellos. Madoka y Armando los vieron desde un costado y se vieron también. El rostro de la chica se puso rojo de inmediato.

—Te quedan bien... esas medias... —puso su mano sobre su cabeza—. También el cabello suelto...

—¡Gracias...! —Apretó sus labios, no sabía qué más decir—. ¡Yo... gracias por venir...!

Levantó la mirada para ver el rostro de Dai. Él estaba viendo hacia otro lado, parecía avergonzado.

—No hay problema...

«¿¡Cómo se supone que la rechace!? ¡Madoka-sama no puede ser manchada con mis sucias manos!»

Puella Magi Madoka Magica: 青 怪物 の 物語 (Ao kaibutsu no monogatari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora