Noche de chicas Schwarz_Nacht: Parte 16

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Los aplastaba con las manos, usaba las garras de esos monstruos para perforar la cabeza de los que parecían más débiles, a los grandes los mordía incluso si parecían venenosos... ¿Recibía ataques? Por supuesto, prácticamente era una berserker en el campo de batalla, ésa era Rilet. ¿Le importaba morir? En ese momento, no: la batalla frente a sus ojos lo era todo para ella.

Abajo, el resto de chicos estaba teniendo problemas para contener las hordas de monstruos que se le escaparon al no fijarse en lo que hacía. ¿Le importaba eso? Por lo menos en ese momento, no.

—¡Idiota! —Rebanó unos cuantos gusanos con la espada—. ¡Te dije que tenías que ayudarme a protegerlos, no que los ignoraras!

—¡Pero mira el festín que hay delante de nosotros! —Le arrancó las tripas a uno de los elefantes, desapareció—. ¡Sería grosero no hacer algo al respecto!

«Si la dejo aquí, la matarán, pero si no regreso...», apretó los dientes y las manos. «¡Maldición!»

Regresó volando lo más rápido que pudo. Tuvo que esquivar los ataques de uno o dos de sus propios aliados; eran tiros perdidos, pero no había problema, seguro que le pegaban a algo.

—¡A un ladoooooo! —Blandió el filo sagrado de su espada y el fuego azul acabó con cientos de esos monstruos.

Entonces tuvieron un respiro.

—¿¡Qué pasa con Rilet-chan!?

—Es estúpida, déjala. Tal vez no muera.

—¿¡Qué tan insensible puedes ser!? —Cortó la espalda de Mami con la espada azul y le quitó una rajada de al menos veinte centímetros de largo—. ¿¡No es ella tu compañera!?

—...

Todos tenían las manos llenas, no podía sobreponer a la egoísta Rilet sobre la vida de los demás.

—¡Armando, usaré mi poder para tragarme cuantos pueda!

—¡No, espera tú tam-!

Fue demasiado tarde. El humo negro se alzó como un torbellino e hizo desaparecer incluso a algunos de los pájaros gigantes. Era bueno, ahora parecía que había un camino hacia esa mujer gigante, pero Kinomoto Touya comenzaba a sentir los efectos de utilizar un poder que superaba por completo sus capacidades.

—¡Deshaz la transformación! —Señaló a Touya—. ¡Yue, cuídalo!

Los bazookazos de Mami comenzaban a perder fuerza, las flechas de las chicas también. Eran el poder de fuego más grande que tenían. A ese paso, perderían sin enfrentarse a la bruja siquiera.

«La opción correcta en esta situación es...»

—Subiremos, Dai-kun —mantenía su arco apretado contra su pecho—. Tenemos que salvarla antes de que nos mate.

«Es lo mismo que estaba pensando, pero... ¿Cómo...?»

—Yo me hago cargo —sus espadas desaparecieron, en su lugar apareció el reloj de arena—. ¡Dios del tiempo, Hoshiennrei!

El tiempo se detuvo. Ni Walpurgis, ni los familiares se movían.

—¡Ey, ¿quién los apagó?! —Reclamó esa descarada desde el cielo—. ¡Préndanlo de nuevo!

—¡Haberlo hecho antes, Shaoran!

—Aún no acabo —sus ojos, que se habían vuelto azules al usar el Hoshiennrei, brillaron esta vez en rojo; era extraño, eso no tenía relación alguna con el otro Shaoran—. ¡Midari Kuroennrei!

Armando no tuvo que parpadear. Todos aparecieron por encima del cuerpo de la enorme bruja. El aire era escaso, pero nada que no pudieran soportar gracias al entrenamiento.

En cuanto al aspecto de esa nueva Walpurgis, no había mucho distinto: además de la falta de engranajes en la parte baja de su cuerpo y el hecho de que flotaba parada, lo único cambiado era la presencia de unas cosas que parecían tumores, estaban cerca de su cuello.

—¿Qué es eso...?

Sí, sólo era eso, y casi nadie notó lo qué eran esas cosas, pero por el tamaño y la forma, sólo podía ser "eso".

—Brujas y chicas mágicas...

Sí, tenían forma de personas o el tamaño perfecto para ser una bruja. Arriba, fuera del alcance de su puesta en escena, podían sentir la presencia de esa cosa: ya no era una bruja, sino algo más.

—¡Rápido, no puedo aguantarlo tanto tiempo...! ¡Menos si tengo que retenerla a ella...!

La hoja de la espada de Armando brillaba como Kyouko lo vio aquel día. No dejaba de sorprenderle lo hermoso que era.

—Rosae...

La flor a medio abrir en el arco de Sakura se volvió un poco más grande y vistosa. No era una buena señal, pero si esos cambios se detenían ahí, no había de qué preocuparse.

—Chicas, se los encargo...

Las cartas restantes, tanto las Sakura como las Clear Card, se reunieron alrededor del báculo de sueños y se formó una espada de luz.

Rilet resopló por la nariz, parecía furiosa porque la habían alejado de la emoción.

—Sayaka-san, ¿por qué no te unes? Tu espada también puede ayudar, ¿no?

—¿Estás loca? —Le dio una palmada en donde antes tuvo esa gran cortada—. No puedo competir contra esos tres.

—Supongo que... tienes razón...

La intensidad de las luces se volvió aún más grande.

—¡Esto debería ser suficiente!

La flecha rosa de Madoka fue disparada, Sakura y Armando bajaron sus espadas. Eran armas destinadas a salvar corazones y almas, no para la lucha. Los ataques dieron de lleno en la bruja y Shaoran desistió por culpa de la concentración de energía. Un resplandor cegador le siguió a eso y cientos de almas de puella magi y brujas se elevaron a los cielos; los familiares también desaparecían. La pesadilla había acabado: dijeron adiós a esa noche infernal.

Puella Magi Madoka Magica: 青 怪物 の 物語 (Ao kaibutsu no monogatari)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora