Capítulo diecinueve: Sesión de Espiritismo

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Despertó de golpe.

-Genial, ya volviste.- dijo Raven, quien se encontraba al borde de la cama al igual que sus demás amigos.

-¿Qué?... ¿Qué hacen aquí?... ¿Dónde estoy?...- Samantha comenzaba a levantarse mientras la luz de la bombilla dejaba de cegarla poco a poco.

-Jasper te trajo a nuestro cuarto...- le respondió Eli, haciendo que la chica se percatara de que efectivamente ya no se encontraba en su dormitorio. -Y... Nos contó lo que sucedió.

-También nos contó sobre tus pesadillas y aparentes "Alucinaciones".- le respondió Axel.

-¿Qué hizo qué?- se volteó a ver al chico de cabellos azabaches con confusión y un poco de enojo. Que ellos se enteraran de lo que le sucedía era lo último que quería.

-Escucha, tenía que hacerlo. Yo no tenía idea de qué hacer en esos momentos... Sea lo que sea que te esté buscando, no es nada bueno y... Demonios, ni siquiera puedo procesar aún lo que sucedió. Necesitamos buscar ayuda.

-¿A qué te refieres?... Yo no necesito ayuda... No estoy loca...- Sam tenía los nervios de punta.

-Sabemos que no lo estás...- la respuesta de Raven la desconcertó por un momento. -Jasper también estuvo ahí y queremos buscarte ayuda, pero no ayuda psicológica...

La confusión la invadió.

-¿Entonces?

-Espiritual.

Todo quedó en silencio unos momentos mientras que Sam tenía una competencia de miradas con los oscuros ojos de Raven. Trataba de aclarar sus pensamientos y saber específicamente a lo que se refería, pero no era capaz... Simplemente estaba en shock, y más por el terrible y extraño sueño que había tenido anteriormente.

-No entiendo.

-Te ayudaré.-repuso. -No conozco bien tu relación con Jasper, ni el cómo sea él, pero Alex ha confirmado que jamás bromearía con este tipo de cosas. Nos ha contado todo lo que has pasado estas semanas, y además lo que acaba de suceder. Así que creo tener una idea de lo que podemos hacer.

-¿Qué haremos?

-Creo que lo más conveniente sería contactar con lo que sea que te esté acosando, y tratar de averiguar qué es lo que quiere.

La idea le heló la sangre. Había mucho que procesar. ¿Ella le había creído así sin más? ¿sin cuestionarlo? Además, Jasper se veía pálido, él había vivido un poco de su pesadilla. ¿Qué pasaría ahora? ¿y de que se trataba aquél extraño sueño que había tenido antes de despertar?

-¿Eres médium?...- se adelantó Axel.

-No necesitas ser médium para manejar una ouija.

-¿Qué?

-Es el único recurso que hay de momento.

-¿De dónde sacaremos una ouija a esta hora?- le cuestionó Axel. Raven se levantó de la cama y se dirigió a su maleta.

-La compré hace unos años. Antes solía jugar mucho con ella pero ahora sólo la uso de vez en cuando.- de su maleta sacó el tablero y todos se quedaron helados ante esa confesión.

-En primer lugar ¿por qué traes algo cómo eso aquí? ¿ocultas eso de tus amigos?... Dios, estás loca.- Axel estaba completamente anonadado y sólo hizo que Sam se sintiera culpable, pues, Raven no era la única que tenía secretos con ellos.

-Diversión, no sé. Jamás me ha funcionado usarla realmente.

-¿Nunca te ha respondido algo?- la voz de Eli resonó en su susurro casi imperceptible.

-Jamás. Pero creo que ahora podría ser bueno sacarla y practicar un poco.- giró su vista hacia Sam con una oscuridad en sus ojos.

El Diario de HannahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora