-¿Qué mierda haces aquí?- preguntó Samantha tratando de controlar su calma mientras observaba al chico delante suyo.
-Tiempo sin vernos ¿eh?- contestó Frank mientras se sentaba delante de su mesa.
-¿Qué es lo que quieres?- cuestionó manteniendo su alerta encendida. Era el chico que había golpeado a Tom cuando habían ido a recuperar su diario en aquél salón de clases.
Él y su grupo de pandilleros locos habían estado merodeando por las instalaciones de la universidad sin ni siquiera ser estudiantes, y todo para hacer desastre.
En esa ocasión no la hubiesen librado de no ser por la ayuda que recibieron de Jasper. Vaya que le debía mucho a ese chico.
Pero ahora estaba sola.
-Esas no son maneras de tratar a un amigo.
-Tú no eres mi amigo.
-Rompes mi corazón.- tocó su pecho burlonamente. Estaba comenzando a ser irritante.
-Vete de aquí o comenzaré a gritar.- amenazó mientras mantenía su mirada firme y la clavaba en él.
-Adelante, hazlo.- su sonrisa se amplió más y la posicionó de lado, mostrando de esa forma un hoyuelo en su mejilla derecha. -Pero si lo haces, no podrás recibir información valiosa.
-¿De qué hablas?- preguntó con cautela.
-Tal vez dentro de tu poderoso círculo de amigos, hay una rata traidora.- dijo mientras sonreía cínicamente.
-¿Dentro de mi grupo de amigos? ¿cómo es que sabes de ellos?- preguntó confusa y un poco nerviosa.
-No es por nada, pero suele ser demasiado divertido espiarlos.- contestó mientras se glorificaba con la expresión de la chica.
Parecía un demente, un psicópata. Era demasiado escalofriante.
-¡¿Nos has estado siguiendo?!- preguntó exaltada. Ese chico era un acosador, un criminal, y comenzaba a intimidarla.
-No es personal. Sólo digo que deberías de prestar un poco más de atención a tus amistades.
-No voy a seguir escuchando las tonterías de un bravucón como tú.- se levantó dispuesta a retirarse, pero la voz del chico la detuvo.
-Allá afuera se encuentran Henry y los demás. Apuesto que Chloe estará contenta de verte, y quizás quiera darte la bienvenida que no pudo darte antes.- contestó el joven.
Sam lo pensó unos momentos mientras lo observaba. Finalmente decidió sentarse nuevamente. Estaba acorralada.
-Bien hecho, muñequita.
-No me digas "Muñequita".- le contestó irritada.
-Tienes agallas, muñeca.
Le sudó un huevo lo que le dije.
-¿Qué es lo que quieres?- preguntó más directamente y con una expresión molesta.
-¿No puedo charlar pacíficamente contigo? Digo, hace mucho no tenemos un encuentro.
-Ve al punto.
Frank colocó su dedo en su labio mientras proyectaba un pequeño zumbido. Estaba simulando silencio para que ella callara.
-Yo decido cuándo ir al punto y tú cierras tu boquita.
Cuándo vio que Sam dejó sus intenciones por querer hablar, prosiguió.
-No es de mi incumbencia tu vida. En realidad me importa una mierda. Pero debo decir que es interesante la tramoya que se traen, tanto que parece una novela realmente mala.- se burló unos instantes. La furia en la joven comenzaba a acumularse. -En fin. Quiero hacer las cosas más interesantes, así que vengo a decirte que no todo es lo que crees. Estás confiando en la persona equivocada, y pronto lo descubrirás.
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El Diario de Hannah
Horror¿Alguna vez has tenido un amigo imaginario? ¿Alguna vez has fingido que tus muñecos están vivos al jugar con ellos? ¿Alguna vez has hablado solo? Qué tan alejado de la realidad es pensar que todo lo que creímos que era parte de nuestra imaginación...