Capítulo veinte: Ouija

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-¿No crees que exageraste con las velas?- cuestionaba Axel mientras permanecía sentado al lado de Raven. Observaba nervioso como la chica apagaba las luces y encendía la última vela blanca para poder iniciar.

-Es necesario hacer esto para que dé mejores resultados.

-Honestamente no sé cuál es tu definición de "Buenos resultados".

-Pronto verás.- contestó sarcástica.

-Sabes, es irónico porque no crees en Dios, pero si en estas cosas.- Axel recriminó tratando de no sonar alarmado.

-Puede, pero así son las cosas.

Eli veía con miedo el oráculo que Sam sostenía en sus manos temblorosas. La chica al notar esto le habló.

-Oye Eli... No es necesario que estés aquí si no quieres, en realidad ninguno de ustedes... No es realmente su obligación ya que el conflicto es mío y si quieren dejar esto no habrá problema. Raven y yo podremos hacerlo...

-No Sam.- respondió Elizabeth. -No te dejaré sola.- era tan dulce a pesar de que internamente muriera por el miedo.

-Eres irritante, pero no quiero que algo malo te suceda.- se sumó Jasper. En ocasiones podía llegar a ser adorable aunque casi siempre su mal humor llegaba a estropear las cosas.

-Yo me iría... Pero Raven me mataría, así que bueno, aquí estoy.- las bromas de Axel lograban calmar el ambiente, haciéndolo más ligero y quitando la tensión.

-Gracias. Lo aprecio mucho.- Sam estaba conmovida por la reacción de sus amigos.

-De acuerdo...-dijo Raven mientras se sentaba en el suelo, uniéndose a ellos y formando un círculo alrededor del tablero. -Además de las pesadillas... ¿Tienes alguna pista del por qué esto ha llegado hasta a ti?...- preguntó mientras la veía con sus ojos maquillados con sombras negras.

El diario...

-No... Realmente no creo que haya algo en específico que de respuesta del por qué me persigue...- pronunció con carraspera. Odiaba mentir, pero algo le hacía pensar que si confesaba lo de ese diario ellos también terminarían en ese lío.

-Bien... Jasper nos contó que casi todas las noches sueñas con nuestras muertes y un títere quien es el causante... ¿Cómo es ese títere?- todos estaban atentos en esa conversación mientras los latidos de su corazón estaban casi escuchándose.

-Es, bueno... -imágenes grotescas se le vinieron a la mente sobre ese títere de madera. Imágenes que estaba segura que ya la habían traumatizado. -Es... Macabro... Tiene los ojos muy hundidos y a la vez saltones, y parecen estar inyectados en sangre cuando los ves fijamente... Uno está caído, dejando ver entre él un pequeño hueco oscuro. El muñeco está muy dañado... Tiene facciones muy expresivas y la boca demasiado abierta, en una especie de sonrisa jodidamente tenebrosa... Su traje, su traje es blanco, cómo de marinero, pero... Tiene manchas secas de sangre... Y su voz... Su voz...

-Sam... ¿Qué hay con su voz?...- preguntó Axel. Con sólo esa descripción ya sentía pánico.

-Parece sacada de tus peores pesadillas...- volteo a verlo fijamente por unos segundos para después mirar sus manos y seguir hablando. -Es tan profunda y chillona... Es difícil de explicar, parece sobrehumana y... No lo sé... Con sólo escucharla se le erizaría la piel a cualquiera.

Jasper se incorporó demostrando su incomodidad. La entendía, pues él también la había escuchado.

-Bien...- Raven procesó la información por unos momentos para después seguir haciendo preguntas. -¿Tienes alguna idea de cómo se llama? ¿Alguna pista? ¿Algo que podamos conectar con ello?

El Diario de HannahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora