Un día simplemente entiendes el porqué existen las reglas. El porqué las reglas sirven para mantener el orden y la paz de una sociedad, y el que pasaría si estas no existieran.
En las clases de ética, te enseñan la importancia de seguirlas, y las consecuencias de no hacerlo.
Ya sea para ayudarnos o simplemente tenernos como borregos domesticados, las reglas están hechas, y es nuestro deber seguirlas para un buen desarrollo como personas.
Tenemos reglas y normas que se forjan en nuestro hogar, escuela y entorno social. Las consecuencias de no seguirlas varían demasiado, desde un simple castigo hasta ir a prisión.
Sam comenzaba a descubrir el porqué se debían respetar ciertas reglas.
Una de ellas era el no rondar por la universidad de noche sin autorización de un maestro.
—Tranquila.— le dijo Tom observándola con esa mirada tan característica de él.
—Este está abierto.— se escuchó que dijo una voz bastante gruesa.
—Mierda.— murmuró Sam, quien ya se estaba preparando para lo peor, para lo que fuese que les deparara el destino. Estaba angustiada, si, pero la seguridad que Tom le había proporcionado momentos antes ya no se iría. Así que estaba lista para aquello.
La puerta se abrió haciendo que un sonido chillante se escuchara. Seguido de eso varios pasos se hicieron presentes. Se dirigían adentro, en dirección hacia donde Tom y Sam se encontraban.
—¡Maldición Frank! nunca mencionaste que el trayecto fuese demasiado cansado— se escuchó una voz suave de mujer.
—No lo hubiese sido si no trajeras esos tacones. ¡Dios! ¿cómo puedes soportar semejantes edificios?— le contestó una voz masculina.
—Se le llama estilo, zoquete. Algo que al parecer no conoces.— volvió a hablar la chica.
—¡Basta! ¿ustedes de verdad no pueden durar aunque sea 10 minutos sin pelearse?— habló otra voz de varón quien sonaba un poco más apagado que el resto.
—No me culpes a mí, Nicolás. El idiota de Henry es el que siempre inicia las discusiones— la voz de la chica resonaba en eco en aquella aula "Vacía".
—Cállate Chloe. Todos sabemos que tu eres la bruja del cuento.— dijo Henry quien se sentó en una silla de las que estaba ahí.
—Silencio— habló Frank.—Estuvimos buscando por horas un sitio en el cual estuviésemos tranquilos para poder beber, y ustedes no me arruinarán la noche con sus niñerías— comentó mientras sacaba una lata de cerveza barata de la hielera.—Necesito silencio.
—Como sea, de igual forma no vales ni mi tiempo.— le dijo Chloe a Henry para luego tomar también una lata de cerveza y comenzar a beber. El sonido de un palo resonó en el suelo, cómo si este se hubiese dejado caer. Al parecer era el bate de la chica.
—Mujeres.— respondió Henry para luego sacar un cigarro y colocarlo en sus labios.
—Esto no es bueno...— susurró Tom demasiado bajo pero no lo suficiente para que Sam no lograra escucharle.
—¿Qué sucede? — preguntó ella. Por un momento creyó que este no la había escuchado ya que no se tomó el tiempo de responderle al instante, pero cuando iba a repetir la pregunta, él contestó.
—Ellos no son del todo buenas personas. Debemos irnos ahora y de una manera rápida.—Tom sonaba y se veía preocupado, y eso le hacía perder la calma a la chica. Verlo de esa forma era muy inusual y sinceramente era algo por lo que se debía temer.
ESTÁS LEYENDO
El Diario de Hannah
Ужасы¿Alguna vez has tenido un amigo imaginario? ¿Alguna vez has fingido que tus muñecos están vivos al jugar con ellos? ¿Alguna vez has hablado solo? Qué tan alejado de la realidad es pensar que todo lo que creímos que era parte de nuestra imaginación...