Capítulo veintiocho: Recuerdos amargos

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No podía dormir.

Su cabeza era un manojo de pensamientos el cual no la dejaba descansar.

La plática que habían tenido con Tom esa tarde para explicarle lo que pasó no la dejaba tranquila, o en realidad toda la situación.

En su mente aún podía visualizar el rostro confundido del chico y la incredulidad que reflejaban sus ojos.

Se abrazó contra la almohada de su cama y trató de no pensar tanto en ello, pero le resultaba imposible. Hace tan sólo unas horas atrás eso había ocurrido. Además, sus amigos ahora también estaban en riesgo y eso le aterraba más que cualquier otra cosa.

Necesitaba respuestas. Necesitaba saber como detener esto y como poder salvarse y salvar a los suyos.

Sabía exactamente qué cosa podría darle pistas o algo similar, pero ese diario le había dado más complicaciones que beneficios desde que lo encontró.

Suspiró, era momento de leer de nuevo.

Jasper se encontraba dormido por lo que no quería causar demasiado ruido y despertarlo. Así que tomó aquel cuadernillo lila con cautela y se envolvió entre las sábanas para poder leer. Con la linterna de su teléfono celular comenzó a iluminar una a una las imágenes manchadas y arrugadas de ese viejo diario hasta dar con la última que había leído. Entonces, prosiguió.

02 de mayo de 1986

La noche se deja caer con una densa neblina la cual me impide ver que hay más allá del exterior.

Estoy cansada. Siento como si mis energías se me hubiesen sido arrebatadas, y el como mis latidos disminuyen poco a poco.

Me encuentro en el sótano, en lo más oscuro y profundo de él... ¿La razón?... Muy simple.

Mi madre me encerró aquí desde la última pelea que tuvimos. Hace cuatro días para ser específicos.

Mamá estaba furiosa por las cosas que dije y entró a mi cuarto justo después de haber escrito en mi diario... Con lágrimas en sus ojos me tomó de los brazos y me arrastró hasta aquí, donde me encuentro ahora.

No le importó que le hubiese suplicado. No le importó que le hubiese pedido perdón. No le importó el daño que me estaba haciendo. Simplemente... Yo no le importé.

Han pasado días y no he visto la luz del sol. Esto lo estoy escribiendo porque ya me acostumbré a la vasta oscuridad y... Supongo que puedo ver un poco.

Mamá me trae algo de comida una vez al día, pero supongo que no me es suficiente. Necesito ir al baño, pero aquí abajo no hay nada de eso, así que estoy reprimiendo mis ganas de orinar.

No sé cuánto tiempo estaré aquí, no sé cuánto tiempo seguiré acá abajo, ni siquiera sé si podré sobrevivir esta noche. Tengo la temperatura muy alta y no paro de temblar. Ni siquiera hay mantas en este lugar.

Suena como una locura, y probablemente lo es, pero sé que mi mamá no está actuando así por cuenta propia.

Ese maldito... Ese maldito la está manipulando, lo sé, lo sé perfectamente porque mamá nunca me haría daño... Él está provocando todo esto...

He tenido alucinaciones. Alucinaciones en las que algo me arrastra... Estoy segura que es él, pero en su verdadera forma.

No sé como describirlo, pero es aterrador.

He alucinado con una sombra muy oscura. Con túnica y capucha negra. Esta sombra se acerca poco a poco a donde yo estoy. Al principio no te das cuenta de ella, hasta que empiezas a notar que es la sombra más sombría de todas las que se encuentran.

El Diario de HannahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora