Jasper salió rápidamente del automóvil y se apresuró en ir con Sam para poder cargarla.
Se había quedado dormida en el trayecto de regreso a la universidad, y no la culpaba por ello, ya era bastante tarde.
Además, la joven tenía fiebre y parecía estar delirando.
Cuando sacó a Samantha del vehículo, comenzó a caminar rápidamente.
-¡Oye Jasper! ¡Espera!-le gritó Raven.
El chico simplemente no escuchó y los dejó atrás, estaba demasiado frustrado.
Tenía bastantes cosas en la cabeza, pero lo que más le importaba en esos momentos era cuidar y proteger a Samantha. Estaba temblando, la fiebre comenzaba a aumentar.
Llegó a su habitación y rápidamente comenzó a abrir la puerta mientras con cuidado cargaba a la chica.
Cuando pudo entrar, se encaminó rápidamente a la cama de ella y la posicionó con delicadeza.
Quitó sus zapatos y después colocó una manta encima de ella.
Mientras buscaba un trapo húmedo y fármacos para tratar la fiebre, los demás integrantes del grupo comenzaban a entrar por la puerta.
-Jasper, tranquilízate.-aconsejó Axel, pero ese era el problema. En esos momentos el joven estaba incontrolable.
-Ella va a mejorar, no te abrumes tanto por ello...-la suave voz de Eli se escuchó detrás de todos ellos.
-Exacto, después buscaremos a alguien más que pueda ayudarnos con esto y que esté más capacitado...-Raven no pudo terminar de hablar gracias a que cierto chico impulsivo y pelinegro la interrumpió.
-No me vengas con eso... ¡Fuimos a que alguien la ayudara y no sirvió de nada! ¡Mira cómo está ahora!- exclamó con furia, pero más que eso, sólo era impotencia por no poder ayudarla.
-Oye, tranquilo. Samantha es una chica fuerte y podremos encontrar a alguien más.-Tom se hizo presente, lo que pareció frustrar más a Jasper.
-Ni te atrevas a mencionar su nombre... Esto es tu culpa, tú nos mentiste... Aquella estafadora no es más que una farsa, y aún así nos condujiste con ella.- lo fulminaba con esa mirada tan característica de él. Ver a ese chico enojado era algo de lo que se debía temer.
-No le digas así a Nora, ella es una profesional.- le mencionó Tom, lo que hizo enojar aún más a Jasper.
-Una profesional que nos ha abandonado en la primera puta cita.
-Entiendo tu frustración, Jasper. Pero Nora no tiene porqué arriesgar su vida por unos desconocidos como nosotros, eso también debemos de entenderlo.- Raven trató de apaciguar, pero la mecha ya estaba encendida.
-¿Ahora estás del lado de esos bastardos mentirosos?
-Jasper, ya. Relájate.-Axel se unió a esa causa.
-¿Tú también? ¿y así te haces llamar mi amigo?... ¡Todos ustedes son unos malditos hipócritas!- exclamó nuevamente. -¡Fuera de mi habitación! ¡Largo! ¡No quiero volver a verlos!- los corrió entre gritos e insultos poco convencionales para su característico humor de siempre.
Los chicos sin protestar hicieron caso y salieron de la habitación. Era mejor no discutir con Jasper. Se estaba dejando llevar mucho por sus emociones y eso podría resultar en algo catastrófico.
El chico totalmente incontrolable golpeó la pared con su puño. Está de más decir que hizo una abolladura en la estructura y que su mano fue lastimada.
Pero ni siquiera le importó. Estaba demasiado enojado y cansado de la misma situación. Estaba cansado de ver cómo aquella cosa jugaba con ellos y maltrataba psicológicamente a Sam. Estaba cansado de que la chica tuviese miedo incluso de dormir por el hecho de tener esas terribles y constantes pesadillas. Estaba harto de no poder hacer nada, de ver como ella decaía, y él solamente observaba como un espectador más.
Maldecía por lo bajo, maldecía tanto por no saber qué hacer. Después de tanto tiempo, parecía que nada en él había cambiado.
Seguía siendo aquel cachorro asustadizo qué lloró incontrolablemente cuando su madre se fue, y ahora lo único que no quería era volver a esa misma situación.
Estaba herido, muy herido, lastimado. Y no sabía cómo mejorar, pero Samantha estaba logrando cerrar esas heridas que tanto le estaban costando, y no quería, no quería perderla a tan poco tiempo de haberla conocido.
Observaba todos los días como Sam se iba deteriorando, y eso le provocaba una presión en el pecho bastante similar a cuando su madre había muerto.
-No... No volverá a ocurrir.- trató de tranquilizarse y comenzó a buscar medicamentos para controlar la fiebre de la chica.
Por otro lado, Tom y los demás se dirigían a la habitación de Raven y Eli.
-Pobre... De verdad está muy preocupado.- mencionó Eli con tristeza.
-Para ser honestos, nunca había visto a Jasper reaccionar así por alguien.- mencionó Axel. -Constantemente suele ser un idiota impulsivo y frívolo, pero esta vez fue distinto... Supongo que quizás Sam ha influido un poco en él.
-En realidad, Sam ha influido en la personalidad de todos nosotros.- dijo Tom a lo que los demás estuvieron de acuerdo. -Es una gran persona, y él solamente no la quiere perder.
-Debemos apresurarnos entonces con las investigaciones. Necesitamos ayudar a Sam y poder encontrar a alguien que pueda sobrellevar esto.- mencionó Raven con determinación, aunque en el fondo, muy en el fondo, estaba completamente asustada por aquello.
-Lamento si Nora no pudo seguir con esto... Creo que debió ver algo terrible para que reaccionara así.- Tom suspiró un poco cansado y decepcionado.
-Fue una maldita pérdida de tiempo.- le respondió Raven. -Pero aún así, necesito que hables con ella y le preguntes qué fue lo que vio, al igual que nosotros hablaremos con Sam para que ya nos cuente toda la verdad.
-Lo haré, no se preocupen.
-Tranquila, Raven. Encontraremos una solución.- le dijo Axel mientras trataba de calmarla y posaba su brazo encima suyo. Sabía que estaba alterada y que sólo trataba de disimular, pero lo hacía bastante mal.
(...)
Comenzó a abrir sus ojos lentamente al sentir una presencia que le mojaba la frente.
Se sentía mal, sin fuerzas, y con la garganta seca.
Cuando su vista dejó de ser borrosa, se encontró con aquellos ojos oscuros observándole.
-Hasta que despiertas.- escuchó que dijo Jasper mientras colocaba aquel trapo húmedo en su frente. Esbozaba una pequeña sonrisa triste.
-¿Estoy soñando?-preguntó Sam desconcertada.
-¿Por qué lo dices?- le preguntó el chico mientras seguía sujetando el trapo en su frente.
-¿Desde cuándo sonríes tan pacíficamente?- ella bromeó provocando un poco de enfado en el chico.
-Eres una idiota.- le respondió y Sam comenzó a reír levemente.
-¿Qué hora es? ¿qué ha pasado?- cuestionó al darse cuenta de la situación en la que se encontraba.
-Son las cuatro de la mañana, y lo que sucede es que te pusiste demasiado mal.- respondió sin ser seco. Era una buena faceta de él.
-¿Entonces tú eres mi doctor?- preguntó la chica entre pequeñas risas.
-Por supuesto que sí.- Jasper siguió el juego haciendo feliz a la joven.
-Gracias.- respondió ella.
-Es hora de dormir.- contestó el otro.
Notas de la autora: ¿Escuchan eso? He venido a bendecir sus oídos;)
ESTÁS LEYENDO
El Diario de Hannah
Ужасы¿Alguna vez has tenido un amigo imaginario? ¿Alguna vez has fingido que tus muñecos están vivos al jugar con ellos? ¿Alguna vez has hablado solo? Qué tan alejado de la realidad es pensar que todo lo que creímos que era parte de nuestra imaginación...