Sus ojos se abrieron de par en par. Su rostro no podía expresar una reacción en concreto. Estaba atónita. Sin poder pensar claramente. Con un nudo que comenzaba a formarse en su garganta.
-¿De qué hablas?- preguntó Raven a sus espaldas.
Hannah permaneció en silencio por unos momentos. Parecía calcular sus palabras con mucho cuidado.
Divisó por los ojos ámbar de Sam. Entonces confesó:
-Alice es mi prima.
La cabeza de Sam estaba a punto de estallar. No tenía voz. No podía hablar. No tenía mente alguna para poder pensar en una respuesta.
-¿Eso quiere decir que Sam es tu sobrina? ¿por eso es que ya sabías de ella?
-Sí. Nunca tuve la oportunidad de conocerla, pero Alice me llegó a mostrar fotografías de ella desde que era una bebé.
-¿Cómo mi madre pudo ocultarme esto? Tenía una tía internada en un psiquiátrico... Y venía aquí a visitarla. Eso explica el porqué era tan sospechosa. El porqué siempre actuaba de manera extraña... Todo este tiempo...- Samantha seguía sin creerlo. Un nudo en su garganta comenzaba a formarse, pero no, no se lo permitió. No era momento para eso.
-Alice fue muy reservada con el tema. Sólo tú padre pudo enterarse al final y no fue porque ella quisiese. Él lo descubrió.
-¿Mi padre lo sabía?- Sam estaba procesando. ¿Cómo su padre jamás le dijo?
-Siguió a Alice hasta aquí en una ocasión. Y ya no pudo ocultarlo más.- Hannah estaba seria. No había odio en su mirada, ni enojo. Pero su frágil alma lastimada ya no le permitía llorar al respecto.
-¿Cómo es que nunca fueron capaces de decírmelo? ¿por qué mamá no quería que nadie se enterara?
-No quería involucrarte. No quería que sufrieras ni que algo malo te sucediera.
-¿Cómo podría afectarme esto? ¿cómo algo malo podría pasarme? Esto no tiene nada que ver conmigo. Yo no tenía nada que ver con esto...
-Es el diario. Es la familia. La familia está maldita.- Hannah comenzó a sollozar. -Mi padre condenó a nuestra familia. Su estúpida obsesión con la ciencia. Él nos condenó a todos.
-¿Tú padre? ¿la ciencia? ¿qué carajos tiene que ver con todo esto?- Raven comenzaba a ponerse de mal humor.
Hannah contuvo sus lágrimas.
-Mi padre era un médico qué experimentaba con niños de bajos recursos. Él les hizo cosas terribles... Los mutilaba, cortaba, y cosía... Y todo esto ocurría en mi casa, en...
-El sótano.- terminó la oración Samantha. Recordó lo que noches atrás había visto. No era un sueño, era un terrible recuerdo de alguna víctima.
Hannah la observó perpleja.
-¿Cómo es que lo sabes?
-Lo ví mientras dormía.- contestó. Estaba asqueada. No podía creer cómo él se pudo atrever a hacer aquello. Era un monstruo.
Hannah ya no pudo más y comenzó a llorar.
-Mi padre hizo cosas terribles. Dañó a muchas criaturas y todo por sus deseos morbosos. Nunca tuvieron un fin médico. Sólo eran excusas... Excusas para cumplir sus más retorcidos planes. Y muchos niños pagaron por eso... No hay noche, no hay ni una sola noche en la que no tenga pesadillas. En las que sueñe con todo eso, con esos malditos experimentos. Con ese dolor que él provocó.- tomó un suspiro. No podía controlarse pero intentó hacerlo. Tuvo que tragarse aquél nudo en la garganta que le impedía hablar para poder seguir. -Pero se equivocó de familia.
ESTÁS LEYENDO
El Diario de Hannah
Horor¿Alguna vez has tenido un amigo imaginario? ¿Alguna vez has fingido que tus muñecos están vivos al jugar con ellos? ¿Alguna vez has hablado solo? Qué tan alejado de la realidad es pensar que todo lo que creímos que era parte de nuestra imaginación...