Las respiraciones agitadas eran lo único que se escuchaban en aquella habitación sombría y llena de pánico. Raven logrando controlar la calma siguió sin planear detenerse.
-¿De dónde has venido?
Unos segundos pasaron tras esa pregunta mientras las miradas confusas y temerosas se miraban unas a otras. Nadie acusaba a nadie de que aquello fuese una mentira, trampa o juego por parte de algunos de los miembros de la habitación. Ni siquiera acusaban a Axel quien era el más probable de jugar con eso. Todos sentían aquél extraño ambiente y era más que obvio que algo ahí no estaba bien.
El oráculo comenzó a moverse nuevamente, formando algunas palabras de manera lenta pero jodidamente inquietante.
-D... e... el... A...bis...mo...- Samantha pronunciaba en voz baja y, cuando esto terminó, lo dijo de manera corrida viéndolos con sorpresa y terror. -Del abismo...
-¿Qué quiere decir?...- preguntó Eli demasiado asustada. Sabía a lo que se refería, pero no quería aceptarlo. No quería saber a lo que se enfrentaban.
-Viene del único sitio dónde habitan las criaturas más siniestras...- contestó Jasper.
-El infierno.- completó Raven.
-Mierda... Mierda... Mierda...- Axel estaba pasmado ante aquello.
-De acuerdo... Sigamos.- concentrándose nuevamente y ahora sabiendo con lo que luchaban, Raven continuó. -¿Por qué estás fastidiando a Sam?
El oráculo volvió a moverse de una manera lenta pero precisa mientras los dedos de los chicos se postraban encima suyo. Cuando por fin acabó de responder, todos se quedaron petrificados.
-¿Qué has hecho Samantha?- le preguntó Jasper a la chica al terminar de procesar lo que el oráculo les dijo.
-Yo... No he hecho nada.
-"Se metió en mis asuntos"... ¿Qué fue lo que hiciste?...-Raven cuestionaba con algo de desconfianza porque al parecer su amiga no les había contado todo.
-No lo sé... Yo realmente no tengo idea de lo que he hecho. Simplemente no sé qué está pasando.- Sam respondió con la respiración agitada y sintiendo como su corazón en cualquier momento se saldría de su pecho. Esto era demasiado para ella... ¿Esa cosa estaba así por el diario?... ¿Qué clase de extraña conexión tenían en común?... ¿Qué diablos le estaba pasando?
-Oigan, no creo que sea el momento correcto para interrogarla. Ahorita las respuestas que necesitamos provienen de lo que nos está hablando.- Eli tenía razón. Ya tendrían tiempo para hablar sobre la clase de tonterías que Sam hizo.
-Está bien.- Raven controló sus tensos músculos y siguió con aquello. -¿Qué es lo que quieres de ella?-preguntó. Esa pregunta era demasiado riesgosa y contagiaba cierta desconfianza.
La ouija se limitó a decir lo que ya sabían; su alma. Pero esto no le quitaba la tensión al momento, en lo absoluto. Esto a pesar de ya saberse simplemente lo hacía más tétrico de lo que ya... Todos sentían ese sentimiento de ser observados, en especial Sam. Ella sentía cómo si aquella presencia estuviese detrás suyo, acechándola desde la oscuridad.
-¿Qué carajos se supone que eres? ¿Quién eres?- preguntó Jasper de la nada dejándose llevar por sus emociones y el momento de intriga.
Raven lo vio con una mirada la cual lo regañaba internamente. No se debía de jugar de manera inapropiada u ofensiva con esas cosas. Fue lo primero que les advirtió, pero él ya no podía aguantarlo. Ya no podía seguir en esa situación sintiéndose vulnerable por no poder saber ni averiguar nada útil.
La ouija no respondió.
Duraron así varios segundos en silencio, incluso minutos mientras sentían el horroroso ambiente a su alrededor, pero simplemente no había respuesta alguna por parte del tablero.
-Lo ahuyentaste.- Axel calcó con algo de enojo pero con obvia satisfacción de ya no tener que soportar eso. Soltó el oráculo y relajó un poco sus nervios.
-¿Ahora resulta que yo lo espanté?
-Jasper, las preguntas no se hacen de esa forma. Se tiene que tener respeto y hacer las preguntas de manera clara para que nos pueda responder de la misma forma. Además que no debemos hacerlo enojar por más asustados o nerviosos que estemos.- Raven regañó por ese acto tan inapropiado de su parte.
-¿Y qué se supone que iba a hacer? ¿ver solamente cómo esa cosa se burla de nosotros y habla de querer llevarse a Sam?- el chico comenzaba a alterarse por el simple hecho de pensar en lo que podría pasarle a su compañera de cuarto si no actuaban rápido.
-Jasper cálmate.- le llamó Samantha pero este no hizo caso alguno.
-Entiendo tu frustración, pero no debemos darnos a la tarea de faltarle al respeto a estas cosas que simplemente no entendemos. No sabemos las consecuencias y el precio que debamos pagar por ello.- Raven trató de advertirle con eso, pero él ya estaba hecho un caos.
-Esto no está bien, esta maldita cosa...- sus palabras se detuvieron abruptamente.
Todos los chicos se paralizaron al ver cómo el oráculo comenzaba a moverse de manera rápida e instantánea sin que ningún dedo estuviese sobre él. Se movía de una manera tan veloz que era imposible de leer o procesar las letras que estaba señalando.
Los chicos observaron la escena sintiendo cómo el miedo en sus cuerpos iba incrementando hasta convertirse en terror absoluto.
-¿Quieren jugar?...-se escuchó que dijo una voz chillona de la nada. La voz que Sam describió. La voz que Jasper había escuchado. La voz que provenía de aquél jodido títere...
Seguido de esto, las velas fueron apagadas repentinamente dejándolos totalmente en la oscuridad.
Gritos se escucharon en aquella habitación sin saber qué era lo que sucedía. Sin saber qué era lo que les sucedería...
Eli se arrinconó en la esquina mientras que Raven trataba de protegerse a sí misma. Axel simplemente permaneció en su lugar en un estado de shock.
Estar en aquella oscuridad abrasadora era de las peores sensaciones que pudieron sentir. Era cómo vivir la peor pesadilla en carne propia, sin saber qué era lo que ocurría. Sin saber si los demás estaban bien. Sin saber que carajos debían hacer.
Samantha se arrastró rápidamente por el suelo buscando el encendedor con el que Raven había encendido las velas. Su mente estaba totalmente desequilibrada y ya no sabía diferenciar entre un sueño y la realidad.
Sintió algo, era el encendedor. Lo tomó con fuerza, tirando de él y haciendo varios intentos logró encenderlo.
-Te encontré.- dijo el títere delante de ella. Era alumbrado por el fuego que dejaba ver su terrible cara y su macabra sonrisa retorcida.
Sus gritos ahogados en terror absoluto lograron estremecer a sus amigos.
Jasper comenzó a buscar los interruptores de la luz, sintiendo el sudor frío y el cómo debía de actuar rápido antes de que las cosas empeoraran.
Afortunadamente logró llegar a ellos y velozmente encendió la luz con sus manos temblorosas.
Vio a su alrededor la terrible escena; Raven estaba abrazándose a sí misma debajo del escritorio mientras que no paraba de temblar. Eli estaba llorando mientras sujetaba su cabeza con fuerza y observaba con sus ojos desorbitados. Axel estaba totalmente confundido mientras trataba de reincorporarse. Seguía en shock inicial cómo todos, pero parecía estar un poco consciente.
Todo estaba mal, pero había algo incluso peor.
-¿Dónde está Sam?- preguntó Jasper al notar cómo ella ya no se encontraba en aquella habitación.
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El Diario de Hannah
Horror¿Alguna vez has tenido un amigo imaginario? ¿Alguna vez has fingido que tus muñecos están vivos al jugar con ellos? ¿Alguna vez has hablado solo? Qué tan alejado de la realidad es pensar que todo lo que creímos que era parte de nuestra imaginación...