Su corazón se detuvo por un momento. Giró su rostro hacia atrás cómo los demás para poder ver de qué se trataba.
—¿Tom? ¿Qué te sucede?— preguntó Eli al observar que las risas provenían del joven chico.
Mantenía su postura agachada, mientras se recargaba en sus rodillas.
El joven no respondió y sus risas dejaron de ser sutiles volviéndose histéricas y frenéticas.
—¿Tom?— llamó Samantha y caminó unos cuantos pasos hacia él.
Este fue levantando lentamente su rostro hasta voltear a verla.
—Oh... Dulce e ingenua Samantha.— fue lo único que comentó.
Un silencio se hizo aparecer. Ella sólo observaba sin poder entender algo. Sólo observaba esa mirada engañosa que él se cargaba.
—¿Qué te sucede, amigo?— cuestionó Axel.
—Yo no soy su amigo.
Tom dirigió sus ojos hacia él. Aquellos ojos que transmitían brillo, ahora no eran más que perlas apagadas que brindaban una abrumadora oscuridad.
—Dame ese títere.— soltó frívolamente.
—No... Tom, ¿qué te pasa?— le respondió Axel.
—Dame a ese maldito muñeco ya.— Tom sacó un arma de su bolsillo y con esta apuntó a todos los presentes dejando unas reacciones completamente impactadas.
Raven rápidamente resguardó a Eli detrás suyo.
—Wow, baja eso.— comentó esta última.
—¿Qué estás haciendo? ¿Esto es una broma?— preguntó Samantha.
—Me temo que no...— fueron sus palabras, acompañadas de una sonrisa, pero no aquella cálida y brillante sonrisa que conocía, no... Esa sonrisa era frívola, intimidante, malvada.
Abrumaba a cualquiera, parecía un psicopata. Aquella sonrisa no podía venir de Tom, de su querido Tom.—¿Qué demonios haces Tom?— preguntó Jasper fulminando cada parte de su alma con su mirada. —Suelta el arma.
—Entreguénme al puto muñeco ahora.— exigió con más rudeza que antes.
—¿Para qué? ¿qué demonios quieres con él?— preguntó Raven.
—No me obliguen a usar esto.— sostuvo su pistola firmemente y la apuntó hacia Axel.
—¿Tom? ¿Qué te sucede?— preguntó Sam. —Esa maldita cosa te está controlando...
—No me está controlando nadie, Samantha.— dijo fríamente.
—No entiendo...
—Sam, Sam, Sam... Tonta Sam.
Aquél chico no era la persona que conocía.
—¿Sabes? Creía que Frank y ellos eran unos idiotas por confiar en mí, pero tú y tus amigos son los imbéciles más grandes que he conocido.— una risa emanó de él.
"Tal vez dentro de tu poderoso círculo de amigos, hay una rata traidora." "Estás confiando en la persona equivocada." "Hay un traidor entre ustedes."
—No... Tú no... No puedes ser tú.— susurró Samantha para sí misma cuando recordó la charla que tuvo con Frank.—¿Qué carajos estás diciendo? Baja esa maldita arma ya. Estás asustandonos y no es divertido.— habló Raven.
Tom disparó al suelo haciendo que todos brincaran por la impresión.
—La próxima irá hacia él si no hacen lo que les pido.— apuntó a Axel nuevamente.
—Dale el títere.— dijo Raven y el chico obedeció.
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El Diario de Hannah
Horror¿Alguna vez has tenido un amigo imaginario? ¿Alguna vez has fingido que tus muñecos están vivos al jugar con ellos? ¿Alguna vez has hablado solo? Qué tan alejado de la realidad es pensar que todo lo que creímos que era parte de nuestra imaginación...