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Había vuelto a casa después de haber salido con sus padres a probarse ropa para una boda a la que los habían invitado y a él lo habían escogido como "Dama de honor" el "Dama" lo había hecho sentir mal pero lo peor fue haberse probado un vestido por obligación de sus padres cuando él había dicho que quería usar un traje, había tratado de verse lo más tranquilo y conforme estando con sus padres pero al llegar a su casa se encerró en su habitación cerrando todo dejando la habitación a oscuras ya que no quería verse y solo bastó con que la luz de su baño estuviera encendida y la puerta abierta para que lograra verse en el espejo y la bomba estallara...¿no se veía lo suficientemente masculino?

Se sentía estresado y agobiado, no quería vivir así, ya no. A donde sea que iba siempre lo llamaban por su otro nombre al ver su tarjeta de identidad, siempre que salía a la calle tenía miedo de ser agredido, le daba miedo ir a la escuela y le generaba ansiedad ser llamado por "ese" nombre y la angustia que le generaba ser el futuro objetivo de burlas no lo dejaba en paz, habían veces que sentía que ni siquiera sus propios amigos lo entendían y es que no lo hacían, nadie lo entendía. Llevaba meses ocultandole a todos lo que sentía solo porque habían personas más importantes que él y no quería estresar a su novio más de lo que ya estaba, había estado ocultando por meses sus deseos de atentar contra su propia vida a causa del estrés, el miedo y la ansiedad que le generaba el solo hecho de ser como era solo porque habían personas más importantes que él y no quería molestar. Llevaba días sin comer y los síntomas físicos que eso le generaba lo iban a matar en algún momento y ni hablar de sus piernas y brazos, estaban tan lastimados que de solo ver lo que él mismo había hecho lo angustiaba. Sufrir en silencio era lo peor que le había pasado.

— Yeo...¿estás ahí?—su hermano preguntó tocando la puerta del baño— voy a entrar—abrió la puerta y sintió su corazón apretujarse al ver a su hermano llorando en el piso— ¿Qué pasa? Ven—se sentó a su lado luego de cerrar la puerta y lo abrazó fuerte dejando que se recostara en su pecho.

— Quiero morir—murmuró entre lágrimas aferrándose a su hermano.

— No, no, Sanggie no pienses en eso ¿bien? No pienses en eso por favor—negó aterrado pegando a su hermanito a él— ¿Qué te parece si vamos a ver a Hwa? Seguramente esté muy feliz de verte ¿no quieres?—se sorprendió al verlo negar— ¿Qué quieres hacer?

— Nada.

— ¿Nada? Está bien...quédate aquí conmigo ¿bien? Abrázame y relájate, respiremos juntos.

Si tan solo hubiera nacido como hombre su vida sería mil veces mejor.

A la hora de la cena salió y lo primero que escuchó fue a su familia halagarlo diciendo: "que linda te veías con ese vestido", "te ves hermosa viendote más femenina", "no entiendo por qué ahora eres marimacho, seguramente son las modas de ahora", "deberías dejarte crecer el pelo", "pagaría de nuevo solo para verte femenina otra vez" y más comentarios así haciéndolo sentir peor de lo que se sentía, incluso sus tías y primas lo habían llevado a probarse más vestidos y le habían puesto un montón de maquillaje diciéndole que se veía hermosa, incluso le habían colocado una peluca obligandolo a salir afuera a la cena, todos menos su hermano celebraron al verlo, sus abuelas le habían dicho que se alegraban de que ya no pareciera un vagabundo, sus padres después de años se dignaron a abrazarlo ahora que "ya no era Yeosang" y era Chaeyoung de nuevo porque de nuevo tenían a su querida princesa, su familia entera parecía quererlo de nuevo ahora que según ellos ya no era Yeosang. Odiaba las cenas familiares.

— ¿Qué te pasa cielo?—preguntó su madre al ver que no había tocado nada de la comida, ni siquiera había agarrado los palillos— no haz comido nada.

𝗔𝗡𝗡𝗢𝗬𝗜𝗡𝗚 𝗚𝗨𝗬𝗦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora