Los Elegidos.

Capitulo 11: La verdad

—Es la última vez que les hago caso—Milo menciona quitándose la sangre de su cuerpo en un baño, dentro de su gran hogar ubicados en la cuidad libre de Qarth.

Habían entrado en la ciudad disfrazados cuando viajaban con un grupo de mercaderes a través de los Yermos Rojos. En una pequeña ciudad anterior a Qarth.

—Ya te dijimos perdón Milo—Responde Amleth rodando los ojos.

—¡¿Dijimos?! ¡Fue tu idea!—Exclama Jiang ofendido.

—¡No peleen!—Milo exclama en voz alta deteniendo lo que sería una futura pelea—¡Ese no ere el plan!

—Lo sabemos—Amleth responde suspirando —Pero salió bien. Todos están hablando sobre el fantasma encapuchado que mato el Magister Illyrio Mopatis y sus guardias, muchas personas afirman que los dragones quemaron todo su palacio, y el fantasma encapuchado salió de el hogar del Magister sin ningún rasguño o quemadura.

—Una pregunta Milo ¿Que hacemos con todas las riquezas que sacamos del hogar del Magister?—Jiang pregunta.

—Repartan esas riquezas entre los pobres quienes lo necesitan mejor que nosotros —Dijo Milo con Jiang asintiendo estando de acuerdo.

—¿Y ahora que?—Jiang pregunto.

—De seguro el rumor del fantasma encapuchado llegó a Westeros—Responde Milo—Muchas personas deben estar preocupadas de los dragones y temen enserio su regreso.

—Esa es la idea, que te teman.

Hablo cierto Dios con capucha y alas blancas con tonos negros. Milo lo miro y asiente de acuerdo con él.

—¡¿Y ahora que hacemos?!—Milo le pregunta a el Dios.

—¿Estás hablando con él Dios dragón?—Jiang le pregunta entusiasmado a lo que Milo asiente—¿Que te dice?

—Por ahora Milo, haz lo que tú quieras, siempre estaré contigo siempre y cuando todos sepan que los dragones están aquí más fuertes y con un jinete poderoso y ágil que el mundo necesita.

Dijo R'hllor, alias el Dios dragón por Jiang.

—Las personas de Westeros no creerán en los dragones hasta que los vean—Milo murmura—Sigamos aquí y vayamos a otro lugar.

—¿A dónde iremos?—Amleth le pregunta a Milo.

—A Astapor—Milo responde.

—¿Astapor? ¿Por qué Astapor, Milo?— preguntó Jiang curioso.

—Porque tienen lo que necesito. Los Inmaculados—Respondió Milo.

—Milo, tengo dudas de estar aquí por mucho tiempo. He escuchado historias sobre la Casa de los Eternos y sus Brujos. Se rumorea que extraen su fuerza mágica de los dragones—Comentó Jiang mientras Milo sale del agua con una toalla alrededor de su cintura.

Luego de ponerse sus pantalones, entra a su habitación y se sienta en el suelo, meditando en el centro de la habitación.

—Tengo que estar de acuerdo con Jiang en esto, Milo. Las armas y la guerra es donde ambos prosperamos en términos de dar consejos. La magia es otra historia. Se decía que los brujos de Qarth en su mejor momento ejercían poderes sobrenaturales. Capaces de desafiar incluso muerte mientras su magia se mantuviera fuerte— agregó Amleth mientras miraba a Milo, los dragones están volando a los alrededores.

—No le temo a esos brujos y ustedes tampoco deberían—Confiesa Milo meditando—Por favor déjenme solo, necesito hablar con Jon y hagan lo que dije con las riquezas del difunto Magister.