Capitulo 30: Jorah Mormont.

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—Los ex esclavos viven de su paga, ya casi está listo el proyecto para que todos los niños sean educados para aprender a leer y escribir, así como sumar, los maestros han querido protestar pero los callamos.

Hablo Gusano Gris a lo que Milo asiente. Mientras observa todo desde el balcón del palacio, las calles limpias con gente caminando y hablado alegremente.

—Me alegra saber que no nos vas abandonar—Menciona Missandei a su lado.

—Jamás haré eso ¿Alguna otra información?—Milo pregunta.

—Un hombre intento colarse, es un espía de Westeros—Afirma Gusano Gris.

—Admito que es el más cercano en acercarse. Traiganlo ante mí—Ordena Milo a lo que Gusano Gris asiente.

. . . . . . . . .

El hombre se llama Jorah Mormont, un hombre al que ha deshonrado su casa. Fue el Señor de Isla del Oso hasta que huyó de Poniente para evadir la ejecución por traficar con esclavos.

Milo lo sabía porque Ned Stark tenía que ejecutarlo y al leer su mente Milo sabe que es un espía de la araña y para el Rey Rhaegar, su objetivo es averiguar quien es él y si es cierto lo de los dragones. Así lograría obtener el perdón real.

Los ojos de Jorah se abrieron en cuanto lo llevaron afuera del palacio, donde vio a Milo con su capucha puesta y su alrededor los cuatro dragones volando por los cielos pero lo suficientemente cerca como para quemarlo vivo si se atreve a hacer algo contra su dueño.

Milo le había impedido moverse usando sus poderes  antes de que pudiera darse la vuelta para irse, y en un movimiento audaz se había quitado la capucha revelando su cara al miembro caído de la Casa Mormont.

Ser Jorah había conocido a Jon Snow solo una vez cuando visitó Invernalia para celebrar uno de los días del onomástico de Robb Stark. Tal vez un año dos antes de Greyjoy Rebellion. Había sido un niño tan frágil por lo que Jorah recordaba de él por los recuerdos que había de Jon. Había hablado con Lord Stark sobre eso una vez. Cómo vio al niño y cómo parecía que el joven no estaba comiendo lo suficiente. Su Señor miró al joven Snow por un momento, pensando si eso era cierto, pero le había asegurado al hombre oso que el niño estaba recibiendo suficiente comida como todos los demás. Que fuera solo el último invierno fue duro para Jon Snow, como lo había sido para todos los demás. Jorah no estaba dispuesto a desafiar a Lord Stark sobre el tema, ya que no era su lugar, pero el chico parecía miserable hasta cierto punto.

La esposa de Lord Stark no ayudó en nada. De vez en cuando miraba al chico desde su asiento durante las festividades. Casi gruñe incluso. Claro, el niño era prueba de que Ned Stark se acostó con otra mujer durante la Rebelión de Robert, pero ¿Nombra a un soldado o Lord que no lo hizo? ¡El mismo Robert habia tenido una mujer más en su tienda cada noche! Y se decía que casi tenía veinte bastardos a su nombre. ¡Que la gente lo supiera! Roose Bolton tenía uno propio en Dreadfort. Bastantes Señores en el Sur tenían algunos y también los Señores del Valle junto con algunos Señores en las Tierras de los Ríos.

De acuerdo, Ned Stark se había llevado a su bastardo a casa con él. Pero el hombre solo estaba siendo responsable. La mayoría de los Lores dejaban a sus hijos bastardos con sus madres o algún tipo de orfanato y no miraban atrás. Al menos Lord Stark tuvo las agallas de asumir la responsabilidad de sus acciones por huir de ellos como todos los demás.

Y habían pasado bastantes años. Seguramente la mujer habría hecho las paces con el chico estando en Winterfell y su marido por dejarlo quedarse, ¿verdad?

Aparentemente no si el joven estaba aquí y no en el Norte.

—Hola Ser Jorah. Veo que encontraste algo de interés—Dijo Milo.

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