CHRIS
La chica intentaba aparentar estar molesta, pero yo sabía que estaba triste, realmente no sabía que planeaba, pero su comportamiento me hacía creer que no me haría daño. Estaba tan al pendiente de mí, una pregunta rondaba mí cabeza ¿para que se tomaría tanta molestia de alimentarme e intentar que no esté tan incómodo si pensaba matarme? No logro entender qué quiere de mí, de lo único que estoy seguro es de que ella tiene tanto miedo al igual que yo. Esta chica no es mala, creo que esconde un doloroso pasado, algo que la atormenta todos los días y eso me hace pensar que ha tenido una mala vida.
—tengo un poco de sed— termine la fruta y la chica se levantó con la bandeja.
—enseguida vuelvo— dijo sin mirarme, he notado que siempre evita mí mirada.
Charlie salió de la habitación, unos minutos después volvió con un vaso de agua, me lo coloco en las manos y esperó a que bebiera.
—¿Por qué haces esto?– dije mirando el vaso frente a mí —Déjame libre y te prometo que no levantare cargos.
—cállate…— dijo muy bajo —no quiero que me hagas favores.
—es que no se que quieres, ni porque me tienes aquí.—
Sabía que no me diría nada, pero no quería rendirme, mí familia ya debe estar preocupada y yo quiero salir de aquí. La chica me arrebató el vaso de las manos y tomó la cinta nuevamente.
—no por…— solo alcance decir esa palabras cuando ella me coloco la cinta de nuevo, levanté la cabeza para verla a los ojos y vi húmedad en ellos, ella estaba triste y su mirada reflejaba esa tristeza.
—a ver si así te mantienes callado, no quiero que me cuestiones— su voz se quebró un poco pero rápidamente se recuperó —yo tengo que hacer esto… si yo no le hago justicia, nadie más lo hará.
¿A que se refiere con “hacer justicia”? Sus palabras me desconcertaron mucho. Sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente, se giró para que no las vieras pero ya era tarde. Salió de la habitación y la cerró con llave, de pronto recordé que traía una navaja en mis llaves, toque las bolsas de mis pantalones pero no traía nada, era lógico que ella me quitara mis pertenencias, suspire frustrado, cerré los ojos y me lleve las manos a la cara.
No entendía nada, si quería dinero porque no llamaba a mis padres, ellos se lo darían de inmediato. Mis hermanos y mi padre tenemos una de las más grandes empresas de vinos en el país , somos creadores, cultivadores y distribuidores, hemos trabajado con grandes marcas, empresas y gente muy importante del país y del mundo, nuestra marca de vino es de las más conocidas y con mejor calidad en el mercado. Años atrás teníamos una empresa externa que nos distribuía, pero decidimos hacerlo nosotros mismos y nos fue de maravilla. Mí abuelo empezó el negocio en su pequeña granja y con los años fuimos creciendo. Vinos y Licores Edd (se llamada así por mí abuelo Eddie) es mundialmente conocido, gracias a mí padre que hizo todo lo posible por internacionalizar la empresa de mí abuelo.
El dinero no es problema para nosotros, por eso no entiendo porque no habla para pedir rescate, esto empezaba a desesperarme demasiado. No sé cuánto tiempo llevaba secuestrado pero parecía una eternidad, según mis cálculos eran apenas dos días. Escuché ruido en la cocina, como si algo se hubiera caído, no podía preguntarle si estaba bien porque tenía la cinta que cubría mi boca. Un grito agudo me tomó por sorpresa, intenté quitarme la cinta pero como tenía las manos atadas no podía. Escuche un llanto y después otro grito, ahora era como de frustración, si esto era tan difícil para ella ¿porque lo hacía? Minutos después ya no se escucho nada, me relaje un poco.
Más tarde empezaba a quedarme dormido en la silla cuando la chica entró a la habitación. No se acercó a mí, se dirigió a la cama y se puso a cambiar las sábanas, yo solo la observaba, pude notar un moretón en su brazo, comencé a hacer ruidos para que volteara a verme, cuando lo hizo le indique con las manos que si podía quitarme la cinta. Se acercó a mí y me la quito.
—¿te encuentras bien?— mire su moretón para que supiera de qué hablaba.
—si… gracias— siguió con la cama.
—¿qué pasó?— no quería molestarla , pero necesitaba saber qué había ocurrido.
—no es algo que te importe, así que cállate— dijo molesta.
Quería volver a preguntarle si estaba bien, pero no quería esa cinta sobre mi boca de nuevo. Terminó de hacer la cama y se llevó las sábanas sucias, poco después regresó con una escoba, empezó a barrer el piso de madera. Estaba muy concentrada en sus quehaceres y yo solo me dediqué a observar, cuando terminó salió de nuevo de la habitación. Más tarde empezaba a cansarme de estar sentado, quería recostarme, la espalda me estaba matando. Me decidí a llamarla, pronuncie su nombre sin gritar, pero ella no escuchaba. Dejé de llamarla y decidí esperar a que ella viniera. El lugar no era muy agradable, me costaba mucho dormir por las noches y empezaba a tener pesadillas. No sabía que iba a pasar conmigo y la vergüenza de que una mujer que medía al menos 1.60 haya podido secuestrarme era lo peor. Soy atlético y tengo mí cuerpo muy bien ejercitado, pero eso ahorita de nada me sirve, ella me puede doblegar solo con arma y eso me hacía sentir un cobarde.
Caída la noche ya estaba acostado en la cama, Charlie me trajo la cena y me ayudó a llegar a la cama, con las manos atadas adelante podía acomodarme mejor para dormir, esta noche me coloco una manta, aun no entendía porque hacía todo esto pero dentro de mi se lo agradecía, he sabido de secuestros donde encuentran a las personas en las peores condiciones posibles, pero ella no era una delincuente, yo estaba seguro de que ella tenía una razón para hacer esto.
En plena madrugada un llanto me despertó, hice todo lo que pude y me levante de la cama, di pequeños saltos y llegue a la puerta, pegué mi oído a ella para escuchar mejor. Un llanto provenía del otro lado, se escuchaba suave, de pronto se escuchó una voz “No por favor” “No lo hagas” por un momento pensé que Charlie estaba en problemas, pero lo descarte porque no escuchaba a nadie más, solo a ella, fue cuando me di cuenta de que Charlie estaba teniendo una pesadilla. “Déjame por favor” “te lo ruego no lo hagas” “Noooooo” el último fue un grito desgarrador, después el llanto se hizo más intenso. Dios ¿que habrá vivido esta mujer para sufrir así? Cuando deje de escuchar ruido regrese con dificultad a la cama, por un momento sentí miedo ¿y si es una psicópata? No se nada de ella, solo una persona enferma se atrevería a secuestrar a alguien, pero su mirada… sus ojos me dicen que no está loca… sino triste.
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No debería amarte
RomanceCharlie es una chica con muchos problemas y conflictos, los cuáles la lleva a cometer muchas locuras, pero esas locuras también le trairan buenos amigos y una persona muy especial. 4/Julio/2022 © Queda expresamente prohibida, sin la autorización esc...