CHARLIE
El lunes por la mañana fuimos temprano al médico, acepte que Chris me acompañara, después de la plática que tuvimos días atrás. Entendí que Chris quiere estar a mi lado y yo también lo necesito conmigo. Por muy difícil que sea todo esto, se que con su ayuda podré salir adelante, el miedo a que el me rechazara iba desapareciendo poco a poco. Llegamos puntuales a mi cita y nos sentamos en la sala del recibidor, mientras esperábamos que el doctor nos atendiera. Estaba algo nerviosa, aún no le decia a Chris de las pastillas que me estaba tomando, el miedo me transformaba en una cobarde, aunque la verdad siempre lo he sido.
—¿aún duele? -dijo Chris dirigiendo su mirada a mi brazo cubierto por la férula.
—a veces mucho y otras poco– suspire– ¿crees que algún dia deje de doler?
—claro que si nena, ya lo veras…
—necesito decirte algo– baje la cabeza apenada –como ya te había dicho, hace muchos años yo era adicta...
La voz de la asistente del doctor nos interrumpió, ella nos indicó que pasáramos al consultorio, rápidamente nos pusimos de pie y caminamos hacía donde la chica nos había indicado, cuando entramos saludamos de mano al doctor quien nos sonreía amablemente y nos invitó a que nos sentamos.
—¿cómo te sientes Charlie?– dijo abriendo mi expediente y tomando una pluma para tomar apuntes.
—tengo días buenos y días malos– mas malos que buenos, pero eso me lo guarde para mi. Las discusiones con Chris hicieron que mis semana fuera pésima.
—Charlie…— el doctor se veía nervioso e incómodo –tengo que hacerte otros análisis, los pasados arrojaron sustancias narcóticas, ¿sigues drogandote?.
El alma se me callo a los pies, que idiota soy, nunca pensé que las pastillas para el dolor fueran asi de fuertes, pero era lo único que calmaba un poco mi dolor. Baje la cabeza apenada, no sabia que decir, el doctor creía que me seguia drogando y no era así. La mirada de Chris era indescriptible, era una combinación de decepción, tristeza, enojo y dolor.
—¿Que?– la voz de Chris era casi un susurro –¿es cierto eso?
—¡No! Te dije que lo habia dejado, pero…
—¿Pero?– la mirada de Chris me partía el corazón, estaba decepcionado de mi.
—solo eran las pesadillas para el dolor, hay noches que no puedo dormir, me levanto y deambulo por la casa, el medicamento no es suficiente.
—¿alguien te las receto Charlie?– me preguntó el doctor.
—no, yo solo las compre.
—Eres una ex adicta Charlie, debes tener mucho cuidado con lo que tomas, eso ya lo habíamos platicado.
—Chris, te juro por mi vida que deje atrás las drogras, ya te lo habia dicho. Por favor creeme.
—esta bien nena, te creo– beso mi frente –¿Que hay que hacer doctor?
—ahorita voy a sacarle sangre y seria maravilloso que me dieras el nombre de las pastillas que estabas usando.
—si, claro, tengo unas aqui en mi bolso.
Saque el frasco de pastillas de mi bolso y las puse sobre el escritorio del doctor, el las tomo y las observo un momento, las volvio a dejar en su lugar. Después el doctor se puso de pie y tomó una jeringa, me acomodo y empezó a sacarme sangre, Chris se había quedado callado. El doctor guardó la sangre y tecleó en su computadora.
—te hare examenes de todo, hasta de VIH… ¿antes te inyectabas verdad? lo se por las marcas en tu brazo lastimado
—si… hace algunos años.
—mañana temprano tendrás los resultado, solo esperó que las pastillas no te hagan recaer Charlie, esto que estas tomando en vicodin.
—¿Y es muy malo eso?— dijo Chris.
—El vicodin contiene hidrocodona y es altamente adictiva, como lo es cualquier opiáceo u opioide. Chicos, una persona que se convierte en adicto a la hidrocodona tendrá que pasar a través de los síntomas de abstinencia de los opiáceos para llegar a dejar la droga. Debiste consultarme primero antes de tomarlas, ademas ¿Donde las conseguiste? Esto– levantó el frasco y lo movió para que su contenido sonara –esto no se vende en cualquier parte y necesitas receta.
—yo... Hay una farmacia cerca de casa que no piden receta.
—dame el nombre, ahorita mismo voy a levantar una demanda en contra de esa farmacia.
Mas tarde salimos del consultorio, Chris seguía sin mirarme, me sentía la peor de las mujeres. Camine muy lento rumbo a la parada del autobús, estaba demasiado triste y apenada, cuando llegó nuestro autobús subimos a él en silencio. 15 minutos después ya estábamos en casa, Chris abrio la puerta y camino a la habitación, yo me quede en la sala porque estaba demasiado avergonzada para estar verlo a la cara.
Me recoste en el sillón y me puse a llorar, había echado todo a perder y Chris estaba molesto conmigo. Me cubrí el rostro con ambas manos para tratar de amortiguar el sonido de mi llanto, de pronto sentí que alguien acariciaba mi cabello abrí lo ojos y vi a Chris sentado frente a mi.
—lo siento– dije en un susurro –tu no te mereces esto…
—es mi culpa, estaba tan concentrado en odiar mi trabajo que no vi que estabas mal, no me di cuenta que ese dolor era insoportable para ti– suspiro –desde que mi padre me quitó todo solo me dedique a trabajar y te deje sola…
—Chris, se que esto es difícil para ti, si te quieres alejarte de mi te juro que no me molestaré, regresa con tu familia amor, aquí no eres feliz.
—hey ¿quien te dijo que no era feliz? a tu lado he sido más feliz que en todos los años que viví con mi padres.
—también soy feliz contigo, pero no es justo que te arrastre a toda esta mierda, mereces algo mejor que todo esto.
—jamás me iré, deja de repetir lo mismo, te prometo que conseguiré el dinero para pagarte una psicóloga y que puedas afrontar todos tus miedo y puedas sanar tus heridas externas e internas, juntos saldremos adelante, escúchame bien, juntos.
Me senté en el sillón y abrace a Chris, amaba demasiado a este hombre y creía en sus palabras, se que el me iba a ayudar, pero también dependía de mí. Tenía que dejar todo atras y enfocarme en el futuro, solo debía importarme Chris y yo por supuesto. Si queria ser feliz, debía afrontar mis traumas, dejar descansar a mi madre y amar a Chris, eso era lo mas importante, amar a Chris como él se merece. Después de un rato nos pusimos a comer y yo me fui con Betty ya que no la habia podido ayudar en la mañana y en mi otro trabajo tenia permiso de ausentarme mas tiempo.
—¿cómo te fue en el médico? -dijo mi amiga cuando llegue a la cafetería.
—bien– dije apenada, Betty sabia todo de mi, pero no queria agobiarla con lo de las pastillas o creo que lo que no queria era su regaño –mañana voy por mis resultados.
—¡Perfecto! Vas a ver que todo va a salir bien, ademas que bueno que llegaste hay demasiada gente.
Me puse mi mandil y me puse a trabajar de inmediato y como había dicho Betty había mucha gente, así que la tarde se me pasó muy rápido para cuando me di cuenta ya era las 8 de la noche, salí de la cafetería y vi a Chris esperándome afuera como siempre, camine hacia él y me regaló una gran sonrisa esa que ya tenía varios días que no veía.
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No debería amarte
RomanceCharlie es una chica con muchos problemas y conflictos, los cuáles la lleva a cometer muchas locuras, pero esas locuras también le trairan buenos amigos y una persona muy especial. 4/Julio/2022 © Queda expresamente prohibida, sin la autorización esc...