Capítulo 39

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CHRIS

Me puse la pijama para meterme a la cama, la plática que había tenido con Scott, más que sacarme de dudas me creo más. Fuí a recursos humanos para sacar la dirección de Madison y mañana iría a verla, tenia que obtener respuestas a mis dudas. Eran casi las 12 de la noche cuando mi teléfono sonó, no quería contestar pero era muy insistente, mire la pantalla y vi que era Elena

—Hola– dije sin ganas, ni queria que Elena me sermoniara tan tarde.

Un llanto se escucho del otro lado del teléfono, Elena es una chica fuerte y no es de las que llora con facilidad, así que cualquier cosa que le estuviera pasando tenía que ser grave y empecé a asustarme.

—Chris es Charlie, ella...– los sollozos no la dejaban hablar –ella...

—Por dios Elena me estas asustando, ¿que pasa?– me levanté de la cama.

—Charlie… está…– sorbió por la nariz –lo siento tanto, nunca debí traela a este lugar– el llanto de Elena se intensificó –¡esta muerta! ¡está muerta!

—¿Que?– mi voz era solo un susurro –eso no es cierto Elena, dime que no es verdad, por favor, dime que es mentira.

—perdoname Chris… yo…. se incendió el bar en el que estábamos y ella no alcanzó a salir– escuché que alguien le susurraba cosas al oído a Elena, de pronto la otra persona tomó el teléfono de mi amiga.

—¿Chris? Soy Brian no se si me recuerdes, necesitas venir amigo, Elena está destrozada y no encontramos a Charlie por ningún lugar.

—por dios, puede explicar que pasa.

—si amigo, anota la dirección y si quieres acá te cuento todo, debemos buscar a Charlie, yo creo que ella salió pero Elena esta muy asustada

—voy para allá.

Colgué la llamada, no sin antes anotar la dirección de donde estaba Elena y su amigo, comencé a cambiarme de ropa, de pronto recordé lo que me había dicho mi amiga. Caí al piso y me lleve las manos la rostro, Charlie no podía estar muerta, tenía que ser un error. Sin darme cuenta ya estaba llorando, tenía mucho miedo de que lo que dijo Elena fuera cierto.¿Que se suponía que iba a hacer ahora? Charlie era muy importante para mi, comencé a limpiar mis lágrimas con mis manos. Mi padre siempre nos inculcó que un hombre no debería de llorar, pero el dolor que estaba sintiendo era demasiado como para no hacerlo. Me levanté del suelo y tomé las llaves de mi auto, mis manos temblaban al saber a dónde me dirigía. Quería pensar que todo era mentira, a lo mejor Elena se equivocó y Charlie si salió de aquel bar.

Cuando llegue el lugar estaba invadido de ambulancias y bomberos que aún apagaba el incendio, baje del auto rápidamente buscando a Elena. Había demasiada gente y no lograba ver a mi amiga, tome mi celular le marque para que me dijera dónde estaba exactamente. Al segundo timbre contesto, mientras hablaba con ella miraba a todos lados, me dijo que estaban casi por la esquina del bar asi que corrí hacia allá. A lo lejos vi a mi amiga, colgué la llamada y en cuanto ella me vio acercarme, corrió a mis brazos, había dejado de llorar pero al verme el llanto broto de nuevo.

—lo siento tanto, yo la perdí de vista– dijo angustiada –debí acompañarla en todo momento, no debí dejarla sola.

—no es tu culpa Elena, los accidentes pasan– trate de consolarla.

—acaban de sacar a más personas– dijo el amigo de Elena cuando se acercó a nosotros –tal vez Charlie esté ahí.

Camine junto con Elena y Brian hacía donde estaban los rescatistas, tenía gente en camillas y algunas en el piso, aún teníamos esperanza de encontrar a Charlie con vida. Empezamos a ver la cara de las personas que estaba atendiendo, algunos era difícil identificarlos porque tenía el rostro quemado o cubierto de ceniza.

—hay que separarnos– les dije a ambos –así podremos buscar más rápido y abarcaremos mas lugares antes de que se los lleven a los hospitales.

—si, me parece perfecto– dijo Brian.

Los tres nos separamos y empezamos a buscar entre las personas heridas y los muertos. Elena seguía llorando pero se controlaba para poder encontrara a Charlie. Tenía tanto miedo de encontrarla muerta, me acerque a donde estaba un paramédico curando las herida de una persona pero no era Charlie, empezaba a desesperarme. El ambiente era muy tenso y triste, había mucha gente llorando y personas buscando a sus familiares, un hombre sostenía entre sus brazos a una mujer delgada, se aferraba a su cuerpo inerte. De pronto vi una figura que llamó mi atención, era una mujer delgada que estaba cubierta con una manta, ella estaba recostada en el piso echa un ovillo, me acerque a ella y le descubrí la cara, todo el aire salió de mis pulmones al ver a Charlie. Estaba inconsciente y tenía una herida en la cabeza, les grite a Elena y a Brian y esto se acercaron corriendo hacia mi. Elena se llevó las manos a la boca y gritó ¡gracias a dios! !¿esta viva?! Pero yo no sentía su pulso así que no estaba seguro, Brian fue a llamar a un paramédico pero como había demasiada gente nadie se acercaba a atenderla.

—hay que llevarla a un hospital por nuestra cuenta– le dije a Brian cuando regresó al lado mio –¿te molesta conducir mi auto? 

—para nada amigo, vamos.

Tome a Charlie en mis brazos muy despacio, no quería lastimarla, pude notar que una de sus piernas y un brazo estaban quemados. Brian ya había llegado a mi auto y lo había encendido. Elena se fue en el lado del copiloto y yo me fui en la parte de atrás con Charlie aún en mis brazos. Dentro de mi rezaba para que llegáramos a tiempo al hospital. Charlie se veía muy mal y casi no se le sentía el pulso, su rostro estaba cubierto de ceniza, su vestido negro está  roto en algunas partes y tenía muchas heridas sin contar su pierna y su brazo. Comencé a acariciar sus mejillas, pasé mi pulgar por su labios. Lágrimas cayeron sobre ella y me sorprendí al ver que eran mías, me acerque más a su rostro y le di un pequeño beso. Deseaba que todo saliera bien, la necesitaba viva, la necesitaba a mi lado sin importar lo que mi padre pensara.

Brian me dijo que no me preocupara, es policía así que se pasaría todo los rojos posibles para no demorar en llegar y justo como lo prometió en 10 minutos ya estábamos en el hospital central, me baje del auto con Charlie en brazos. Elena corrió a abrir la puerta mientras gritaba por ayuda, varias enfermeras se acercaron a nosotros con una camilla y me pidieron que la recostara ahí para llevarla a urgencias. La coloque con mucho cuidado y camine a su lado, de pronto al llegar a un área especial me prohibieron el paso y tuve que quedarme afuera, Elena llegó a mi lado y me abrazó, cerré los mis ojos y lancé un gran suspiro. Por dentro rezaba porque Charlie saliera bien de todo esto, no quería tener miedo, pero era imposible no hacerlo, cerré los ojos y me aferre a mi amiga, no quería perder mis fuerzas en estos momentos que mas las necesitaba.

No debería amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora