Capítulo 46

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CHRIS

Las palabras de Charlie me tomaron por sorpresa, era obvio que la deseaba, pero tenia miedo de que no estuviera lista aún. Me tomo del rostro y comenzó a besarme, lo hacía despacio, creo que intentaba tomar valor para llegar a más. Me separe de ella y le sonreí.

—no es necesario hacerlo en este momento, puedo esperar– lo único que queria era que no se sintiera obligada.

—no Chris, yo necesito esto, necesito demostrarte lo que siento por ti y necesito saber que puedo amarte libremente.

–¿estás segura?

No respondió solo volvió a besarme, la tome de la cintura y la recoste en la cama, su mano seguía en mi rostro. No quería presionarla así que dejé que ella tomara el control de todo. De pronto se separó de mí y se levantó de la cama, pensé que se había arrepentido, pero fue todo lo contrario, hizo que me sentara en la cama y se colocó frente a mí para comenzar a quitarme la camisa, levanté los brazos para facilitarle el trabajo ya que todo lo estaba haciendo con una sola mano. Me tomo nuevamente de la cabeza y volvió a besarme, mientras lo hacía su mano jugaba con mi pelo, de pronto quiso quitarse la blusa, cuando lo intento hizo una mueca de dolor “¿te lastimaste?” le dije preocupado, ella solo movió la cabeza en forma negativa, cuando se deshizo de la blusa me vio a los ojos  y sonrió avergonzada.

—no quiero lastimarte, así que lo haremos como yo te diga ¿está bien?– me miro confundida –no puedo acostarme encima de ti, tendrás que estar tu arriba.

Su cara cambio de dulce a asombro en menos de un minuto, se quedó inmóvil y note en su rostro que algo le preocupaba, sabia que esto no era buena idea, pero antes de decir algo ella empezó a hablar.

—yo…– suspiro –mi jefe… él…

—no recuerdes eso en esto momentos por favor– cerré mis ojos angustiado.

Parece que no me escucha y sigue hablando —yo era virgen… y él solo me tomó – bajo la mirada –él estaba de pie y me tomo por detrás…

—Charlie…

—necesito hablarte de esto, cuando me resistí me golpeo, solo bajó su cierre y me penetro, esa imagen me ha torturado por días y días. Quiero estar contigo para que sepas lo que siento por ti, pero también quiero hacerlo para… quiero borrar esas imágenes de mi cabeza, reemplazarlas con algo hermoso, algo como tu y yo haciendo el amor.

—nena…

No me dejó hablar y volvió a besarme muy lento, su mano sana bajó al cierre de mis pantalones muy despacio, me puse de pie y ella dejó de besarme para terminar de bajar mis pantalones. Después tomo mi mano he hizo que bajara los suyos, era una chica muy sensible pero justo en este momento se estaba portando muy valiente. Cuando ya estábamos totalmente desnudos, me subí a la cama y me senté, la tome del brazo bueno y la coloque encima de mi sobre mis caderas pero sin penetrarla aún. Nuestras miradas se encontraron, buscaba en ella algo que me diera a entender que no estaba lista, pero era todo lo contrario. Su mirada era segura, llena de deseo y de algo mas que me alegraba el corazón, estaba llena de amor.

Quería que perdiera el miedo así que no la presione, cuando se sentó encima de mi comenzó a trazar círculos con sus dedos en mi pecho, pude notar que temblaba un poco. Me acerque más a ella y comencé a besarla, mi manos estaban en su nuca y ella colocó su mano sana sobre mi hombro, sus labios se separaron de los míos pero continuó besándome la mandíbula hasta llegar a mi cuello, mis manos bajaron a su espalda y se aferraron a ella. Su respiración era agitada, de pronto me susurro al oído “estoy lista” se levantó un poco y cuando sintió la punta de mi miembro en su vagina, bajo lentamente, era una dulce tortura. Tomo aire y se quedó inmóvil un momento, creo que trata de asimilarlo, una lágrima rodó por su mejilla.

—¿estas bien?– susurre cubriendo su rostro con mis manos. Pegó su frente a la mía y cerró los ojos, movió la cabeza de arriba abajo para contestar mi pregunta.

—vayamos lento nena, tomate tu tiempo.

Algunos minutos después empezó a moverse muy despacio, sin controlarlo, un gemido salió de mis labios, cuando sentí sus movimientos mis manos volvieron a su cintura. Había anhelado tanto esto que era mejor de lo que mi mente se había imaginado, Charlie seguía moviéndose muy despacio, su brazo sano se aferró a mi hombro para conservar el equilibrio mientras yo hundí mi cabeza en su cuello y comencé a darle pequeñas mordidas y a chuparlo con delicadeza. Sentía que estaba tocando el cielo con cada movimiento de ella, nuestros cuerpos empezaron a sudar.

—asi nena, vas bien.

—no sabes cuanto deseaba esto– su voz era un susurro.

Volví a poderme de sus labios, mis manos viajan de su cintura a su cabello y ella coloco sus manos en mis mejillas, nuestro beso estaba cargado de anhelo, deseo y amor. Quería que el tiempo se detuviera y quedarnos asi para siempre. Despegue los labios de Charlie y mi cabeza cayo hacia atras por las sensaciones de placer que me enloquecían, mis gemidos era suaves, pero cargados de pasión, ella también gemía muy despacio. Empece a levantar las caderas para que mi pene entrara hasta el donde de su ser, quería tocar hasta la última fibra de su sexo.

Charlie empezó a acelerar el ritmo y después de algunas embestidas más, juntos llegamos al orgazmo. Levante mi rostro para ver el suyo, estaba llorando pero había un brillo especial en sus ojos que la hacía lucir más hermosa que nunca, amaba tanto a esta mujer que sería capaz de todo por ella sin dudarlo.

—eso ha sido maravilloso– le di un beso corto en los labios –gracias.

—Chris... te necesito.

—y yo a ti nena

Después de hacer el amor nos duchamos, la ayude a vestirse y después nos fuimos a la cocina, ayer había comprado despensa así que el refrigerador y la alacena estaba surtidos en su totalidad. Charlie se sentó en la pequeña barra y me observó mientras preparaba el desayuno, un sonido en la puerta nos interrumpió, pude ver a Charlie ponerse algo nerviosa creo que pensaba que era mi padre que había vuelto.

—tranquila– le dije mientras caminaba a la puerta.

Caminé hacia la puerta y la abrí, del otro lado estaban Brian y Elena con los materiales para pintar la casa, entraron en ella y fueron a saludar a Charlie. Invite a nuestros amigos a desayunar y cuando terminamos nos pusimos nuevamente manos a la obra, Charlie fue a recostarse, creo que nuestra actividad de esta mañana la había cansado ya que ella no estaba totalmente bien aún.

—¿está bien nena?– entre a la habitación y me senté a su lado sobre la cama.

—mmm– dijo adormecida.

—descansa amor, te llamaré para comer ¿esta bien?

—te amo.

—también te amo nena– bese su cabeza.

No debería amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora